Una mujer policía comenzó a ser juzgada hoy acusada de haber torturado y asesinado a balazos el 11 de junio de 2019 a un matrimonio del barrio porteño de Parque Avellaneda para robarle entre 70.000 y 80.000 dólares con los que planeaba pagar un viaje a Disney para su hija. La acusada, Sonia Rebeca Soloaga, de 36 años, aseguró que es "totalmente inocente" y que "jamás" entró a la casa de las víctimas.
Al declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 porteño en el debate que se lleva a cabo a través de una plataforma virtual, Soloaga expresó: "Yo no tengo nada que ver, no pienso hacerme cargo de semejante locura, no me cabe en la cabeza cómo me pueden relacionar con algo así". La acusada admitió haber hecho una falsa denuncia cuando aseguró que le habían robado su arma reglamentaria y dinero durante un asalto en el barrio porteño de Flores, aunque negó que eso estuviera relacionado con el doble crimen.
"Yo hice una denuncia que fue falsa, pero con respecto a lo que se me acusa soy totalmente inocente. Lo siento mucho por las personas pero yo no tengo nada que ver", manifestó. Soloaga dijo que "jamás" tocó "nada de nadie" ni entró a la casa de las víctimas. Refiriéndose a las víctimas, Alberto Antonio Chirico, de 71 años, y su esposa María Delia Speranza, de 63, declaró que "las conocía como personas, de la cuadra. Si tenía que ir al baño iba a la panadería de la cuadra, al barcito o agarraba mi auto y me iba a la estación de servicio", agregó.
Ante preguntas del fiscal de juicio, Oscar Ciruzzi, sobre el viaje que planeaba que su hija realizara a Disney para su cumpleaños de 15, la policía dijo que si bien no tenía una deuda con la agencia, sí tenía la idea de "pagar un viaje" con dinero que juntó "haciendo adicionales".
En el debate, en el que es defendida por el abogado Augusto Arena, le imputan “robo agravado por haber sido cometido con un arma de fuego en concurso real con homicidio criminis causa (para ocultar los rastros del robo), reiterado en dos oportunidades, cometidos mediante arma de fuego y alevosía, y falsa denuncia", delitos que prevén la pena de prisión perpetua.
La causa también tiene imputado al entonces novio de Soloaga, el también policía porteño Diego Alberto Pachilla (37), quien está excarcelado y sólo se le atribuye la figura de "encubrimiento doblemente agravado". Ambos eran novios al momento del hecho y trabajaban en la comisaría 9C de la Policía de la Ciudad, fuerza de la que fueron separados al quedar imputados.
En su requerimiento de elevación a juicio -al que accedió Télam-, la fiscal que investigó el caso, Estela Andrades, dio por probado que Soloaga entró a la casa de la calle Garzón "aprovechando la relación que había logrado forjar" con el matrimonio, ya que durante meses había prestado servicios de calle en la zona y Chirico le permitía entrar para usar el baño y le solía servir café y comidas. Para Andrades, Soloaga "pergeñó un plan para así ingresar a la vivienda y apoderarse de dinero en efectivo -entre 70.000 y 80.000 dólares en moneda extranjera y pesos-, perteneciente a las víctimas."
Según la fiscal, el matrimonio fue torturado a golpes y luego ejecutado por Soloaga de un disparo en la cabeza cada uno, "aplicado desde atrás mientras se hallaban indefensos boca abajo", para lo cual utilizó como silenciador un almohadón de color bordó. Para Andrades, el posible móvil del doble crimen fue la deuda que Soloaga tenía que saldar para poder pagar el viaje de su hija.
La clave para vincular a Soloaga con el doble asesinato fue una denuncia que la propia imputada formuló ese mismo día en la comisaría 7A, donde dijo que la habían asaltado y robado 300.000 pesos en efectivo y su arma reglamentaria en Flores. Lo que llamó la atención es que la misma mujer policía había denunciado que la asaltaron, que disparó dos tiros -misma cantidad de vainas 9 milímetros recolectadas en la escena de crimen de la pareja-, lo que para Andrades fue una falsa denuncia "con el propósito de cubrir su accionar.