River no parece llegar al Superclásico con el mismo apremio de Boca, pero sí llega con un día menos de descanso, tras su agónico empate ante Junior en Barranquilla, y con unas urgencias que valen igual para los dos cada vez que se encuentran y más aún, como esta vez, cuando es por una instancia eliminatoria. En todo eso piensa el conjunto conducido por Marcelo Gallardo, que se trajo un buen punto de Colombia y apenas bajó del avión volvió a entrenar, ahora metido de lleno en el partido del domingo en la Bombonera.
Los jugadores del elenco millonario regresaron en vuelo chárter tras su juego por la Libertadores y fueron liberados hasta las 17, horario pautado para los trabajos regenerativos post partidos en el predio de Ezeiza, el River Camp, con el vértigo que ya se ha vuelto habitual en las congestionadas agendas de fútbol.
De cara al Superclásico, la recuperación del lateral Gonzalo Montiel -quien padece un edema con contractura en el isquiotibial izquierdo- es la duda más importante que tiene Gallardo para definir a los 11 que van a jugar contra Boca el domingo desde las 17.30, en la Bombonera. Por lo pronto, en el entrenamiento de este jueves, el defensor volvió a entrenar diferenciado, mientras que el DT dividió la práctica en dos grupos: aquellos que realizaron actividades regenerativas y aquellos que trabajaron ejercicios técnicos.
Con el empate sobre la hora conseguido por el chileno Paulo Díaz en Barranquilla, River puede enfocarse en el partido con Boca con el alivio de saberse cómodo en el Grupo D: consiguió mantener el invicto sin derrotas de visitante en esta primera fase de la Libertadores, alcanzó las seis unidades y podría lograr el pase la semana que viene si vence a Santa Fe y Junior no gana ante Fluminense.
Aunque ahora intentará poder focalizarse en su compromiso de la Copa de la Liga, el jueves no pudo más que ser un día a pura transición entre los torneos paralelos que afronta el plantel millonario. Ya lo había dicho el propio Gallardo, apenas concluido el empate ante Junior, cuando explicó que ambas Copas se entremezclan en sus planes: "No dudé de la posibilidad de gestionar los minutos y hacer rotar el equipo para llegar de la mejor manera al domingo, que tenemos el clásico. Viaje largo, complicaciones. Lo que busqué, más allá de los esquemas, fue gestionar minutos". Este viernes, a 48 horas de enfrentar a Boca en la Bombonera, sí será tiempo de pensar sólo en el Superclásico.