Angelina Jolie está de regreso. Tras una década fuera de los grandes focos, la iconoclasta de Holywood aparece como protagonista del thriller de acción Those Who Wish Me Dead. Es un regreso bienvenido, aunque quizá Jolie se muestre reluctante a ello. Un "cambio en mi situación familiar" -como define ella con mucho tacto, en una referencia aparente a su separación de Brad Pitt- significó tener que estar con su familia en el hogar por más tiempo. Al no ser capaz de comprometerse con los proyectos detrás de cámara que encaró en la última década, volvió a trabajos actorales más acotados.
Aun desde su rol consagratorio en Inocencia interrumpida, Jolie ha probado ser una maestra del autodiseño y la reinvención, subvirtiendo al mainstream sin dejar de estar en el centro de él. Hija de dos actores -Jon Voight, con quien tuvo una complicada relación, y Marcheline Bertrand, con cuyo nombre Jolie llamó a una de sus hijas-, empezó su carrera a los siete años. Una vez le dijo a Rolling Stone que cuando entró al circuito de audiciones como adolescente, los directores de casting encontraban su comportamiento "demasiado oscuro". Pero eso no se interpuso en su camino demasiado tiempo. Jolie tenía 24 años cuando ganó el Oscar de la Academia como actriz de reparto por su performance como la atormentada Lisa Rowe, compañera de la Susanna Kaysen de Winona Ryder en Inocencia interrumpida.
El rol era jugado, desafiante, complejo: la perfecta destilación para la persona profesional temprana de Jolie. Rápidamente, la oscuridad se convirtió en parte esencial de su marca. A comienzos de los 2000, Jolie estaba casada con Billy Bob Thornton, cuya sangre llevaba en un ampolla colgada del cuello (y viceversa). Tenía de mascota una rata llamada Harry, sobre la cual recordó una anécdota para Rolling Stone: "Billy me encontró un día sentada en la bañera en pijama, con la rata en mi falda, alimentándola con tarta de calabaza. Mirá, esa es una de las cosas que solo alguien que realmente me ama puede encontrar agradable."
La historia de Harry la rata es el perfecto ejemplo de cómo a comienzos de esa década jugó con su giro rockero, balanceándose en el borde de lo grunge pero con ambos pies firmemente plantados en Hollywood. Quizá supo, también, lo que la industria del cine le hace a las mujeres de impactante belleza: las fetichiza, a la vez que les niega la posibilidad de buscar profundidad y negándose a escuchar lo que tienen para decir.
Pero Jolie creció. En 2001 hizo su debut como Lara Croft, la arqueóloga aventurera en el corazón de la franquicia Tomb Raider. El personaje fue una perfecta oportunidad para que Jolie retuviera ese costado alternativo mientras transicionaba en el mundo de alto octanaje de los tanques del cine.
Ese rol también plantó las semillas para el futuro de Jolie como actriz de acción. En los tiempos del estreno de Lara Croft: Tomb Raider, un periodista de Entertainment Weekly contó una anécdota que retrataba su actitud en el set. Según dijo el director Simon West, Jolie "no tenía miedo, con lo que tuvimos que pasar algún tiempo convenciéndola de ponerse el arnés de seguridad. Tuve que decirle 'no, no podés saltar 30 metros atravesando la sala, porque no sos Lara Croft y cuando aterrices en el piso no te vas a levantar'". Jolie se lesionó los ligamentos del tobillo durante la filmación, pero dijo de la experiencia: "Es como ser un boxeador. Es parte del trabajo".
Jolie retornó al personaje en la secuela de 2003 Lara Croft: Tomb Raider - La cuna de la vida. Mientras tanto siguió experimentando como actriz, con resultados ambiguos. El thriller erótico de 2001 Pecado original, junto a Antonio Banderas, fue algo fallido, pero el crítico Roger Ebert celebró su performance: "Hay en la película diálogos tan sobecargados que son casi literalmente imposibles de pronunciar, pero ella sobrevive a eso masticándolos desdeñosamente y escupiéndolos." Life or Something Like It, una comedia romántica estándar en la que interpreta a una reportera de TV existencialmente conflictuada, era demasiado primitiva, llevándola de la fortaleza del lugar de heroína de acción en construcción al arquetipo de "desafortunada en el amor". The New York Times fustigó al film como una "avejentada comedia de segundas chances". Las cosas se pusieron difíciles pero Jolie se mantuvo en sus trece. En 2005 llegó Sr. y Sra. Smith, y con eso comenzó una nueva era.
La película protagonizada por Jolie y Brad Pitt marcó el comienzo de un romance en la vida real, y concurrentemente el divorcio de Pitt y Jennifer Aniston. Antes del divorcio, Pitt y la estrella de Friends eran una de las parejas doradas de Hollywood; la noticia de su separación hizo historia en los tabloides. Aniston y Pitt fueron enfrentados uno contra el otro. Las cosas alcanzaron un pico de la metacultura de celebridades cuando Paris y Nicky Hilton fueron fotografiadas vistiendo camisetas rivales de "Equipo Aniston" (Nicky) y "Equipo Jolie" (Paris).
Por supuesto, era innecesario. Las parejas se divorcian. Fueran cuales fueran los sentimientos que Jolie y Aniston hubieran desarrollado sobre la otra, era y sigue siendo su problema. Pero este turbulento período fue el nacimiento de una fascinante instancia de las relaciones públicas a medida que Jolie intentaba -y hasta cierto punto conseguía- luchar por retomar el control de la narrativa.
En julio de 2005, la revista W publicó un reportaje fotográfico titulado "Bendición doméstica: Angelina Jolie y Brad Pitt en casa". Las fotos, publicadas meses después de la ruptura de Pitt y Aniston, mostraban a Pitt y Aniston como la típica pareja estadounidense, rodeados de un racimo de hijos ficcionales (Jolie ya tenía un hijo, Maddox, y estaba en el proceso de adoptar a su hija Zahara de Etiopía, pero ninguno de los dos aparece en las fotos). Algunas presentaban la "bendición doméstica" de manera convencional -Brad y Angie en la mesa de desayuno, Brad y Angie en el jardín con sus hijos falsos, Brady y Angie leyendo en la cama-, otras subían la temperatura: Pitt sobre Jolie, Pitt tomándole las muñecas, Pitt tomándole la cara mientras ella se reclinaba en la cama. En el momento de la publicación, la pareja no había confirmado oficialmente su relación; las imágenes, una extraña mezcla de realidad y ficción, parecieron al mismo tiempo la confirmación y el reírse de los rumores.
En paralelo a su carrera de Hollywood, Jolie desarrolló sus actividades humanitarias, y en 2001 comenzó su trabajo con la agencia de refugiados de Naciones Unidas. Su involucramiento fue más allá de los testimonios fotográficos: en los diez años siguientes se unió a más de 30 misiones de campo como embajadora de buena voluntad, y en 2012 se convirtió en enviada especial.
Además de todo ese trabajo, Jolie siguió actuando. Su aparición en El intercambio (2008) la llevó fuera del mundo de la acción trepidante para permitirle florecer como la torturada madre de un niño perdido. La película exhibió su amplio rango como actriz, con buena parte de la tensión emocional y psicológica del film descansando -con éxito- en sus hombros. Ese trabajo le significó su segunda nominación al premio de la Academia.
Jolie volvió a las películas de acción como protagonista de Salt, thriller dirigido por Phillip Noyce en 2010, un film lleno de giros en el que se revela que una agente de la CIA es espía... o quizás no. Jolie se hizo cargo completamente del papel, originalmente escrito para un protagonista masculino. Pareció muy a gusto en el escenario de alto voltaje de la película, dándole empuje a los momentos más pesados de acción a la vez que entregaba golpes quirúrgicos de emoción cuando se necesitaba. El diario LA Times publicó que "Entre lo que hace aquí, Lara Croft: Tomb Raider, Wanted (Timur Bekmambetov, 2008) y Sr. y Sra. Smith, Jolie se ha ganado el derecho de ser considerada no solo como una potente estrella femenina de acción sino como una potente estrella de acción, punto, fin de la historia."
Hay algo infinitamente confiado y enigmático en la aproximación de Jolie a la celebridad. Ella misma se ha puesto a cierta distancia del público. No tiene cuentas de redes sociales conocidas y da raras entrevistas. El efecto, por supuesto, es que cuando ella decide romper el silencio todos escuchan. Dio un paso atrás de los reflectores a medidados de la década del 10, cuando crecieron sus intereses en el trabajo de dirección, doblajes de voz y dos películas de Maléfica. Tal como definió Vanity Fair en 2011, ese cambio empezó con un "proyecto secreto" que Jolie desarrolló "cada noche, cuando los chicos se habían ido a la cama, las niñeras se habían ido a casa y Brad se había ido a donde sea que vayan las estrellas de cine cuando el mundo duerme."
"Luego de que la casa entraba en la típica calma nocturna, Jolie encendía su computadora y se ponía a trabajar, primero de forma tentativa, luego de manera apasionada", detalló la revista. "Metió todo lo que sabía en la historia, el aguijonazo del primer amor, las intrincadas calles de ciudades europeas, los horrores de la guerra, algunos de ellos atestiguados de primera mano durante su trabajo para el Alto Comisionado de Refugiados de Naciones Unidas. En un mes había completado su primer guión cinematográfico". Ese guión se convertiría en su debut como directora, En la tierra de sangre y miel.
La película encaja con el patrón de Jolie para desafiar las expectativas, manteniéndose esttrictamente fuera del camino convencional. Su trabajo como realizadora luce como la lógica compañía de su trabajo como humanitaria, y le permite adentrarse aún más en su compromiso político. En la tierra de sangre y miel, su primer lanzamiento comercial como directora, presenta una historia de amor que se desarrolla durante la Guerra de Bosnia. Unbroken, de 2014, está basada el libro de no ficción de Laura Hillenbrand sobre la experiencia de un veterano de la Segunda Guerra Mundial que sobrevivió a un accidente de avión, se mantuvo a flote en el mar por 47 días y terminó como prisionero de guerra en Japón.
En 2017, Primero mataron a mi padre, basada en las memorias de Loung Ung del mismo nombre, puso el foco en las atrocidades del régimen del Khmer Rouge en Cambodia. Maddox Jolie-Pitt -hijo de Jolie, nacido en Cambodia- trabajó junto a su madre como productor ejecutivo; la misma Jolie dijo que ambos debatieron sobre la película durante algunos años, hasta que él se sintió preparado para involucrarse en el proyecto.
Aunque resulta tentador separar a Angelina Jolie, la actriz de Hollywood, de Angelina Jolie, la cineasta comprometida, para ella esas dos facetas son parte de un mismo todo. "Mi vida como artista tiene que ver con la comunicación y el arte", le dijo a Vogue India en junio de 2020. "A veces el foco está puesto más en el entretenimiento pero más recientemente, como directora, ha tenido mucho que ver con los asuntos globales en los que me intereso. Primero mataron a mi padre es la película que hace casar esos dos mundos. Pero en el corazón es la historia de años difíciles en el país natal de mi hijo. Con lo que mi maternidad siempre influye en mi trabajo. Y no, no veo una división."
Ahora, con Those Who Wish Me Dead, Jolie está regresando a sus raíces en la actuación. Luego de ese rol llegará un emprendimiento de perfil mucho más alto cuando Jolie se una al Universo Cinemático Marvel como Thena en Eternals, que llegará a fines de este año de la mano de Chloe Zhao, reciente ganadora del Oscar por Nomadland. Más allá de cómo se sienta cada quien con las películas de superhéroes, es imposible no sentir intriga por la perspectiva de un personaje que combina la experiencia de Jolie en los blockbusters, sus habilidades como heroína de acción y el talento de Zhao para la dirección.
El regreso de Jolie a la gran pantalla implica grandes noticias para Hollywood. Si hay algo que hemos aprendido a través de sus dos décadas de formación y reinvención, es que la "fábrica de los sueños" es mucho más aburrida sin ella.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.