"No sé si conozco a algún otro músico argentino, pero estoy muy obsesionada escuchando a Charly García", revela Flore Benguigui, desde París. "No sé cómo, ni por qué, pero lo encontré recientemente y me enganché con su música", cuenta vía Zoom. Y aunque en esta parte del Atlántico todo el mundo sabe que la obra de Charly tiene carácter universal, resulta una sorpresa lo que comenta la frontwoman de L'Impératrice, el grupo que toca esta noche en la edición digital del Festival Marvin (y estará disponible on demand hasta el domingo).
Es que además de no hablar castellano, ella le pone la voz y el carisma al grupo insignia de la nueva generación de artistas de la escena musical francesa. Y su compañero Charles de Boisseguin, fundador, tecladista y violero de la banda creada en 2012, añade: "Lalo Schifrin es uno de mis compositores argentinos favoritos, aunque muchos crean que es de Estados Unidos o de alguna otra parte del mundo".
El peloteo no termina ahí, ya que Bandalos Chinos, uno de los grupos más representativos de la avanzada musical argentina, suele mencionar a L'Impératrice entre sus influencias… "¿En serio? Qué bueno saberlo. ¡Los escucharemos!", promete Flore. "Cuando vayamos a Argentina, capaz podemos ir a verlos en vivo." También podrían compartir escenario, ya que sus propuestas son cercanas. "¡Me encanta la idea!", se entusiasma Charles.
"Tenemos muchos fans allá. Nos relacionamos con ellos a través de las redes sociales, al igual que con los de Brasil, Ecuador y México. Nunca pensamos en hacer algo en ese mercado. Por eso es una bendición que esto nos pase. Pese a que cantamos en francés, podemos llegar a otros lugares", señala. El sexteto galo ofrecerá un abrebocas de su magia para el groove y el baile en la versión streameada del Marvin. "Estamos felices y agradecidos de estar en este evento", celebra la cantante. "Si bien es frustrante no poder tocar en vivo en esta edición del festival, nos encanta participar."
La pandémie
El año pasado, L'Impératrice fue uno de los artistas europeos que mejor supo sacarle provecho a la pandemia al organizar una gira mundial virtual tras la cancelación de 60 recitales, que incluían su debut en el consagratorio festival musical estadounidense Coachella. En junio, la banda anunció 10 fechas ajustadas a la circunstancia, grabadas en diferentes locaciones parisinas y emitidas en función de los horarios de las ciudades del mundo en las que gozan de mayor popularidad.
"Fue bastante difícil llevar adelante ese gran tour, porque tuvimos que cancelar y reacomodar las fechas", explica la cantante. Sin embargo, lo lograron, con una de sus performances más contundentes y mejor acabadas de ese tour en el emblemático Gran Palais de París; un show disponible hasta marzo de 2022 en el canal de YouTube del brazo musical del canal franco alemán Arte. "También siento que tomamos esta oportunidad para trabajar bastante en el nuevo álbum."
En efecto, esta serie de shows le permitió a L'Impératrice tantear y adelantar las canciones de su flamante álbum, Tako Tsubo, lanzado el 26 de marzo y candidato desde ya a alzarse como uno de los mejores de 2021. "Lo terminamos realmente en diciembre de 2019, por lo que fue complicado volver a trabajar en él", confiesa Flore. "Invertimos bastante tiempo de la cuarentena para retocarlo e incluir nuevas canciones."
Le disque
El esfuerzo valió la pena porque si su disco debut, Matahari (2018), los transformó en una de las revelaciones de la música popular contemporánea francesa de los últimos tiempos, la secuela los consagra como la aplanadora del pop groovero. "Hicimos el disco que queríamos", afirma la carismática vocalista de 23 años. "Dentro del mundo de la música, siempre tenés que estar corriendo porque estás de gira, yendo al estudio o muchas otras cosas. Entonces nunca parás, ni podés aprovechar el tiempo para dedicarte al disco. Si algo bueno tuvo la pandemia para nosotros es que llevamos a Tako Tsubo hacia el sonido que buscábamos."
--¿Y qué estaban buscando?
Charles de Boisseguin: --Primero que nada, quisimos hacer algo diferente y sorprendente en comparación con Matahari. Esta vez le pusimos un toque bastante francés a las canciones, en las estructuras y en la base.
--Tako Tsubo respira y suda groove…
--Nosotros pertenecemos a eso, y tuvimos el coraje de atrevernos. Tocamos con el corazón, y con el groove. Esto es real. Admiramos la música disco, el funk y a James Brown, por ejemplo. Todo se trata del ritmo, tanto en la música como en las voces.
Amén del pop iconoclasta y de patente francesa que manufacturó en los ochenta la legendaria dupla Les Rita Mitsouko, la propuesta musical de L'Impératrice bebe asimismo del legado del French Touch: esa revolución dance parisina que tiene en Daft Punk a sus mayores iconos. "En mi adolescencia, crecí con Daft Punk y con toda la escena musical francesa de los noventa. Eran mi banda de sonido", reconoce Charles. "Inconscientemente, eso sembró en mí la semilla para hacer este tipo de música con mucha pasión y para crear la banda."
Flore dice que Daft Punk fue probablemente quienes les enseñaron a darle al groove ese toque francés: "Fueron los primeros artistas de nuestro país que cautivaron una audiencia global. Aunque, a diferencia de ellos, nosotros decidimos cantar en nuestro idioma."
--Igual su nuevo álbum tiene más temas cantados en inglés que el primero. ¿Por qué?
Floren Benguigui: --El propio tema te pide en qué idioma tenés que cantarlo. Más allá de si está en francés o en inglés, intentamos preservar la energía de la canción. No por eso descuidamos el sentido de la letra.
Lo nuevo de L'Impératrice gira conceptualmente en torno al "síndrome del corazón roto" o "síndrome del Tako Tsubo", como se le conoce en japonés. Una enfermedad, por ahora, incurable. No obstante, a contramano del título, el sexteto intentó pensar en el sentimiento del público durante su creación. "Como somos seis músicos, siempre pensamos en lo que sentimos y en lo que creemos que la gente también sentirá", devela Flore. "Pensamos muy bien en las canciones que queríamos."
--¿Intentaron conscientemente ser uno de los noveles artistas internacionales que tiene la música francesa?
Flore Benguigui: --No sabemos cómo nuestra música se introdujo en el mundo, pero la devolución del público es muy buena. Es muy difícil que un artista local, cantando en francés, pueda trascender. A nosotros no nos importó, e igual lo hicimos. Cuando giramos por Estados Unidos o México, percibimos que al público le gustan más nuestras canciones en francés. Y eso es fabuloso.
En la última década, Francia viene disfrutando de artistas frescos, identitarios y novedosos como La Femme, Polo & Pan, Pirouettes o Papooz. Charles de Boisseguin dice que se sienten parte de esa avanzada. Y su compañera completa: "Están pasando muchas cosas dentro del mundo de la música en Francia. Pero una banda que funcione en vivo como nosotros, no hay muchas."
--¿Cómo impactó el movimiento feminista en la música de tu país?
--Hace 10 años, el feminismo encendió una llama en el mundo de la música. Al igual que en otras expresiones del arte. Pero a pesar de lo que se consiguió, todavía no es suficiente. No sé si tengo una gran influencia, pero pongo mi aporte para que las cosas mejoren.
--¿Y la juventud francesa se está haciendo cargo?
--Está todo mal con los políticos porque no podés manifestarte. La gente abrió los ojos el año pasado, y nuestra generación está llevando esa transformación a cuestas. La pandemia está bajando, así que confío en que pronto podremos seguir avanzando.