En el juicio que se lleva adelante de forma parcial por el crimen de Jimena Salas, declaró un sargento ayudante que trabaja en el Cuerpo de Investigaciones Fiscales y que en esta causa estuvo a cargo de comprobar y descartar líneas de investigación.
También brindó testimonio una abogada de la empresa donde trabaja el viudo Nicolás Cajal Gauffín, quien lo acompañó en las gestiones por un cobro de seguro tras la muerte de la víctima. El Ministerio Público Fiscal también llamó a declarar a una expareja del imputado Sergio Vargas con quien se vinculó hasta 2014 y en un período que no coincide con el del asesinato de Salas.
Vargas se encuentra acusado como partícipe secundario de homicidio triplemente calificado por haber sido cometido con alevosía y ensañamiento y por precio o promesa remuneratoria. Pasaron dos semanas de juicio y solo hubo testigos que manifestaron haberlo visto ofreciendo sandalias de niñas en la localidad de Vaqueros, donde residía la víctima.
Cajal Gauffín, viudo de la víctima, está acusado por encubrimiento agravado, ya que el Ministerio Público Fiscal consideró que ocultó información de relevancia para la causa como la supuesta existencia de dinero o estupefacientes en un maletín encontrado en la casa, cuestiones que él niega; y por el hecho de que se desconectara una alarma de la casa un día antes del asesinato de la esposa.
Entre los testigos que declararon estuvo el sargento ayudante que presta funciones en la Unidad de Investigaciones Especiales del CIF, Carlos Alberto Gomez, quien desarrolla las tareas investigativas "de calle" y explicó que se dedica a comprobar las distintas líneas de investigación en base a los datos que surgen.
Gomez detalló que se encargó de chequear y descartó por "inconsistente" la información que aportaba un vecino, de nombre Jorge Calo, quien se había acercado a los familiares de Cajal Gauffín y se entrevistó con el viudo manifestando interés en cobrar una recompensa.
Según precisó el sargento, los datos brindados por este sujeto indicaban que a la vuelta de su casa había un perro caniche toy color ceniza y él manifestaba que sería el perro que se había utilizado como señuelo en el asesinato de Salas. Detalló que en más de dos horas de entrevista "no aportaba nada" y "terminó hablando del caso Nisman una hora y media". Además especificó que entrevistaron al dueño de este perro caniche, quien les indicó que el animal no salía, además Gomez dijo que era más grande que el de la fotografía que tomó la víctima antes de que la asesinaran.
Gomez indicó que además investigó una pintada que apareció en el baño del shopping, donde se hacía referencia al asesino de Salas y dejaron anotada una chapa patente. Encontraron al dueño de ese número de patente, correspondía con el propietario de una Suran roja, el sargento dijo que se entrevistó con este hombre, quien había estado fuera de la provincia, de viaje alrededor de un mes, cuando ocurrió el crimen. "No coincidía con la fecha", señaló.
También investigó a un hombre parecido al de un identikit, y que estaba siendo escrachado en redes sociales. Dijo que el sujeto colaboró con hispopado y quedó descartado.
Además el sargento detalló que verificó las 6 tarjetas del colectivo interurbano de pasajeros Saeta que aportó Vargas, de cuales solo usó dos, las número 510 y 432. En base al informe que aportó la empresa Saeta, una de las tarjetas se activó a las 7.50 en el colectivo 2F de la avenida Discépolo, a las 8.40 hubo una recarga de saldo en la avenida 20 de febrero. A las 8.49 se activó la tarjeta de nuevo por calle Mitre y Alvear en que se habría tomado el colectivo.
Mientras que Vargas en su testimonio manifestó que a las 9 a.m. salió a tomar el colectivo en calle Felipe Varela, y que después se trasladó desde el hospital Materno Infantil hasta la casa de su madre en Mitre al 2000, lugar al que llegó entre las 9.30 y 10. El acusado indicó que después se tomó el colectivo rumbo a Vaqueros y que llega a la municipalidad de esa localidad entre las 11.45 y 12 del mediodía, desde donde camina en búsqueda de su amigo Matías Villca. Entre las 13 y 14, Vargas dijo que estaba tomando un vino con su amigo.
Para el investigador, hay inconsistencias porque no coinciden los horarios en que se activaron las tarjetas de colectivo con el relato que brindó Vargas respecto a sus movimientos esa mañana. Gomez señaló que no hay ningún impacto en las tarjetas presentadas en las paradas que señala previo a ir a Vaqueros y que la tarjeta de Vargas se vuelve a activar a las 10.53 donde figura que se habría tomado un colectivo, a la altura de la municipalidad de Vaqueros, y una línea que ya volvía a la ciudad de Salta.
Por otro lado, tampoco coincide el relato de Vargas con el de Villca quien manifestó que Vargas se presentó entre las 10 y las 11 en la obra de construcción donde estaba trabajando y que allí compartieron bebida y comida. Además, Gomez dijo que entre las 12.10 y 12.30, al menos 5 testigos, vieron a Vargas por el barrio San Nicolás.
Asimismo, declaró por segunda vez en el juicio, el perito Maximiliano Bermúdez quien ya había expuesto sobre planimetría de la casa y de la escena del crimen. El testigo fue citado de nuevo porque fue quien estuvo a cargo de retirar del Cuerpo de Investigaciones Fiscales y de trasladar el maletín perteneciente a Cajal Gauffín para las pruebas odoróficas que se hicieron con canes en 2019, y debía realizar un video de este procedimiento.
El abogado Pedro Arancibia realizó algunas preguntas respecto a la cadena de custodia, y quedó sin respuesta el interrogante respecto al depósito judicial en que se guardó el maletín y si existía o no la posibilidad de una contaminación cruzada, debido a que Bermudez desconocía estos detalles y explicó que no corresponden a sus funciones.
Además en la audiencia se escuchó la declaración de una vecina a la que Vargas intentó venderle sandalias, ella tenía hijas pequeñas pero no se las compró porque la talla no coincidía con ellas. De esta manera se sumó un testimonio más sobre la supuesta presencia del acusado al mediodía en el barrio donde vivía la víctima, tal como ya lo señalaron otros vecinos en jornadas anteriores.
Después declaró una ex pareja de Vargas, con quien mantuvo una relación hasta el año 2014, en audiencias pasadas el Ministerio Público Fiscal llamó a declarar a otra exconcubina de este hombre y madre de un hijo en común, con quien había terminado la relación de pareja años antes.
En tercer lugar se escuchó la declaración de una abogada, que asistió a la mediación entre Cajal Gauffín y la compañía de seguros La Caja. La letrada explicó que representaba a la empresa para la que trabaja el viudo, que se trataba de un seguro colectivo y que acompañó en la gestión hasta que él le dijo que dejaría el tema a cargo de su abogado Pedro Arancibia.
El tribunal puso en conocimiento de las partes que los fiscales Rodrigo Miralpeix y Pablo Paz, que fueron citados como testigos en la causa, hicieron uso de facultades que les confiere el artículo 327 del Código Procesal Penal, y presentaron por escrito sus declaraciones. Por ello se ordenó hacer entrega a cada una de las partes copia de ambas presentaciones.
Está previsto que el juicio finalice entre el viernes 21 y el miércoles 26 de mayo. Está a cargo de los jueces de la Sala VII, Francisco Mascarello, Federico Diez y Federico Armiñana Dohorman (interino).