El nombre del senador Armando Traferri volvió al epicentro de una acusación formulada por los fiscales Luis Schiappa Pietra y David Edery contra un funcionario policial, el comisario mayor Gustavo Spoletti, ex jefe de Informaciones y de Plana en la Unidad Regional XVII de San Lorenzo, tal el territorio del legislador enfrentado a esos dos hombres del Ministerio Público de la Acusación. La trama es, por lo menos, curiosa: lo acusan de haber dispuesto el uso de recursos de la fuerza de seguridad a la misión de custodiar los carteles de campaña política del senador, entre 2017 y 2019, cuando el sanlorencino consiguió su tercera reelección.
"Peculado e incumplimiento de los deberes de funcionario público", se llaman los delitos que los fiscales le endilgaron a Spoletti, y que la jueza María Trinidad Chiabrera imputó. Fue una segunda acusación, en la misma audiencia del jueves donde Spoletti fue imputado junto al ex jefe de la URXVII Gonzalo Paz y al ex jefe de Criminalística en esa regional Jorge Quintana por encubrir al comisario Sergio Di Franco del asesinato por gatillo fácil del joven Juan Cruz Vitali, en mayo de 2019, en Capitán Bermúdez.
"San Lorenzo tiene bastante problemas de seguridad como para que la Policía esté cuidando carteles de campaña y vigilando que los políticos no se arranquen sus carteles entre sí", reprobó Edery en la audiencia, mientras Spoletti –por teleconferencia– negaba con la cabeza.
Schiappa Pietra afirmó que el comisario "dispuso que personal policial de Santa Fe vigile carteles de campaña del senador Armando Traferri, y lo hizo utilizando su ascendencia sobre la policía de la URXVII". Tomó como evidencia las 140 comunicaciones entre el comisario y el senador entre el 11 de agosto de 2017 y el 20 de noviembre de 2019: 12 llamadas de Traferri a Spoletti, otras 22 de éste a aquél, 5 llamadas perdidas y 101 mensajes de whatsapp.
Los fiscales descubrieron esta asidua comunicación entre el policía y el legislador luego de que a Spoletti –ex jefe de Drogas Peligrosas en Rosario– se le secuestrara su Samsung Galaxy cuando estuvo provisoriamente detenido e investigado por una causa relacionada al entorno del narco Esteban Alvarado.
Cada mención del apellido Traferri en el celular de Spoletti fue aprovechada sin desperdicio por Edery y Schiappa Pietra, quienes el año pasado buscaron en vano que el Senado quitara los fueros al sanlorencino por encontrar razones para imputarlo en la megacausa de juego clandestino que llevó a la destitución, arresto e imputación penal de los fiscales Patricio Serjal y Gustavo Ponce Asahad, entre otros. Los senadores no le soltaron la mano y rechazaron la pretensión fiscal.
La reconstrucción, y las transcripciones de mensajes y diálogos telefónicos estableció que el 29 de agosto de 2017 Spoleti llamó al oficial de la PDI Ernesto Gaudencio y le pidió dos de sus hombres para "cuidar los carteles del senador Traferri". Unos días después, el comisario contactó a un colaborador del jefe departamental, Ernesto Andreozzi, "y le dijo que debía comenzar a custodiar carteles con personal policial acordando precio y cantidad de agentes necesarios. Y que se le había informado al senador", detalló Schiappa Pietra.
También citó otra conversación con un empleado municipal de San Lorenzo, cercano al intendente radical Leonardo Raimundo, a quien le advirtió que "tenía filmadas a dos personas sacando un cartel de Traferri y colocando uno de Raimundo, y que si no reponían el cartel del senador tendría que llevarlos detenidos", narró el fiscal.
Spoletti respondió la acusación y se despegó. Dijo que tanto desde Traferri como desde Raimundo le llegaban quejas por esa guerra de eliminar propaganda proselitista callejera. Se ubicó como un simple nexo con la fuerza para que el legislador contrate servicio de policía adicional. Y negó haber tenido ninguna otra injerencia en el asunto.
Edery lo desmintió con la lectura de una transcripción telefónica: "Che Tato (Gaudencio), ¿tenés un par de muchachos para la noche, para controlar un par de objetivos. Les pagan en la mano, es para el senador", repitió el fiscal. Y dedujo: "Spoletti sabía cómo se pagaba, y esa forma está reñida con el modo administrativo de solicitar adicional, no por un mensaje de Whatsapp".
Más tarde, comprobarían que en el lapso investigado, en la URXVII no se requirió ningún servicio adicional de vigilancia para custodiar carteles de campaña política. Ergo, todo fue por izquierda.
En otra conversación telefónica, Spoletti le comentó a un colaborador de Traferri: "Le tenés que decir (a la policía) si colocaron carteles, y dónde, y él se encarga de conseguir otros polis. Le dije más o menos (que pagarían) 100 pesos la hora, manejalo amigo".
Edery entonces concluyó en que el comisario estaba mucho más al tanto de la gestión de lo que admite. "Se ve que la policía estaba muy preocupada por carteles de campaña en una ciudad con muchos problemas de seguridad", cuestionó el fiscal.