Desde Santiago. El sociólogo Tomás Moulián, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, consultado por Página/12 ve el proceso con distancia. Autor de “Chile actual: anatomía de un mito” (1997), best seller emblemático donde criticaba el proceso de neoliberalización de Chile.
“Esperaría que los convencionales constituyentes estén dispuestos a pensar un nuevo Chile. Eso va a depender obviamente de los resultados que se den. Pero mi idea sería que se elaborase una nueva Carta Magna que supere a la de Pinochet. En Chile ha habido tres constituciones importantes: 1833, 1925 y la de 1980 que tiene el sello de la Dictadura. Si bien ha sido modificada y se eliminaron los enclaves autoritarios durante el gobierno de Lagos, como la figura de senadores designados, yo pensaría que el Tribunal Constitucional debería ser eliminado porque se transforma en una tercera cámara que puede corregir decisiones tomadas por el parlamento”.
El ánimo refundacional de las generaciones jóvenes que no vivieron ni Dictadura ni el plebiscito de 1989 no parece haber contagiado a Moulián. “Yo me sitúo a la izquierda y me parece ilusorio. Yo creo que finalmente va a haber un bloque formado por la centroizquierda en alianza posiblemente con sectores de la derecha que van a definir esta Constitución. Y será una corrección de la 1980. Entonces no soy muy optimista de lo que vaya a suceder en la elaboración de una nueva Constitución. El triunfo no va a ser de la izquierda”.
El también profesor de la Academia de Humanismo Cristiano, cree que aunque hay una izquierda formada por el Partido Comunista y el Frente Amplio, no va a estar tan representada, a diferencia del centro político dominado por la derecha e izquierda tradicional que buscará evitar que los sectores más radicales impongan su sello en esta elección.
“En Chile los partidos son decisivos. Desde el siglo 19 e incluso durante la Dictadura. Entonces ellos van a seguir decidiendo el destino de la nueva constitución. Nadie ha logrado eliminar a los partidos (tradicionales) en Chile. Ni Pinochet lo logró. Seguirán tomando decisiones, negociando con el gobierno de Piñera. Es difícil que se forme una coalición entre la centroizquierda y la izquierda del Frente Amplio. Pero habrá que ver los resultados”.