“La gira fue muy buena para nosotros, pero el grado de positividad dependerá de la evolución de la inflación de este mes y de la vacunación. Hay que superar esos dos desafíos", apuntan cerca del presidente Alberto Fernández, de regreso al país después de la gira que todo el Gobierno califica de exitosa. Más allá de haber cosechado apoyos fundamentales para la renegociación con el FMI y el Club de París --a lo que se abocaron fuertemente durante su viaje-- el Presidente y el ministro de Economía, Martín Guzmán, tienen como prioridad frenar al aumento de precios.
En el marco macroeconómico, el gobierno apunta a un esquema de políticas en el cual el Estado tenga un rol extensivo y, al mismo tiempo, “ir poniendo las cuentas en orden”. Es necesario mantener este equilibrio, según explican, para que la inflación baje. Sumado a esto, aparece el tema de las tarifas, lo cual había generado un conflicto dentro del Ministerio de Economía. Desde la cartera aseguraron que van a avanzar con la segmentación.
La inflación es el principal problema que deberán atender desde el Ministerio de Economía, dado que consideran que la recuperación económica “está en marcha”. En los últimos cuatro meses la inflación fue más alta de lo que el gobierno proyectaba --más de tres puntos de diferencia entre las proyecciones y lo sucedido--, dato que reconocen en el entorno de Guzmán, aunque destacan que había cosas que “era necesario hacer”. Entre ellas señalan la actualización de precios del combustible --que hacía meses que no aumentaba, afirman-- y el descongelamiento de las tarifas. En ese punto, aseguran que el aumento de la inflación estaba previsto.
Aunque con cautela, desde el Ministerio se mostraron optimistas, dado que los últimos números fueron más bajos que en el mes de marzo: la inflación paso del 4,8 al 4,1, argumentan. “Hay que ir corrigiendo donde identificamos que estuvieron los problemas. Pero vemos la inflación en camino descendiente”, afirman. Otro de los datos que destacan es que, durante los últimos meses, el gobierno compró divisa y acumuló reservas en el Banco Central que servirían como respaldo para el peso.
En este marco, fuentes del Ministerio de Economía consideran que hay que tener en cuenta las discusiones en torno al conflicto distributivo. Según explicaron, en los últimos meses hubo una gran actualización de los márgenes de ganancia bajo la expectativa de que la inflación iba a ser más amplia. En esa línea, consideran que “hay que hacer equilibrios múltiples y el Estado juega un rol de importante de coordinador. En una economía que tiene inflación es muy importante los controles de precio por parte del Estado y hay que hacerlos de forma razonable”, sostienen. La evaluación que hacen en el Gobierno es que la política fiscal se cumplió, la financiera también, los sindicatos también cumplieron con su parte, pero que hubo sectores empresarios que no cumplieron y que es allí donde hay que corregir.
Sumado a esto, desde el entorno de Guzmán hicieron hincapié en la importancia de las políticas para apuntalar el aumento de la productividad y de las exportaciones, como premisa para impulsar el crecimiento de la economía.
Otra de las variables que suman desde la cartera que puede haber influido en los números inflacionarios es que la determinación de los precios durante la pandemia es distinta a la determinación que puede existir en otro momento. Cada vez que existe una apertura de algún sector económico, observan que aumentan los precios y que eso también influye en los índices de inflación.
El tema de las tarifas fue el que despuntó el conflicto al interior del Ministerio de Economía días antes de la gira, con el pedido de renuncia finalmente inconcluso al subsecretario de energía, Federico Basualdo. Cerca de Guzmán afirman que la renuncia solicitada está firme y que el Presidente se encargará de cumplir con la paciencia del caso el ordenamiento para avanzar con la segmentación de las tarifas que se está gestionando bien. En ese sentido, explican que se está pudiendo gestionar lo que está planificado. De este modo, sostienen que el punto clave es no perder tiempo para poner en marcha la segmentación: “ejecutar lo que se puede ejecutar y, cuando hay que corregir, se apunta y se corrige”, indican.
Lo cierto es que el aumento en la electricidad del nueve por ciento ya se aplicó sin realizar la segmentación necesaria, lo que implica que todos los ciudadanos pagarán el aumento por igual. Lo que estaba en debate es que desde el ministerio querían aumentar hasta el 15 por ciento, mientras otros sectores del Frente de Todos consideran que la suba no debe llegar a los dos dígitos. El acuerdo habría sido que el aumento quede en un nueve por ciento y que se trabaje en la segmentación. En ese caso, si llegara a existir otro aumento, lo pagarían solo aquellos que no tienen problemas para hacerlo.
Otro de los conflictos que hubo dentro del FdT fue con respecto a la utilización de los Derechos Especiales de Giro (DEG). Esto consistiría en un pago especial que el FMI puede realizar a sus países miembro, en proporción a la cuota mensual que pagan al organismo para palear la crisis generada por la pandemia. En ese concepto Argentina recibiría en agosto unos 4300 millones de dólares. Por este motivo, el bloque del FdT en el Senado presentó un proyecto de declaración que fue aprobado en la cámara alta, pidiendo al Ministerio de Economía que los DEG se utilicen para gasto social y no para el pago de deuda.
Cerca de Guzmán consideran que el reclamo no es necesario porque ellos quieren lo mismo: poder refinanciar las deudas con el Fondo para no tener que pagarle y que esos dólares vayan a las reservas. Los DEG son el dinero del FMI que equivale a poco más de un dólar común y una vez que se entregan, constituyen reservas que pueden ser utilizadas para distintas cuestiones. “El dinero es fungible”, aseguran fuentes cercanas al ministro Guzmán como respuesta a este tema.
El senador Oscar Parrilli, en tanto, luego de que se aprobara en el Senado el proyecto de declaración, aseguró que “esto no es un ataque al ministro de Economía”, y subrayó que “estamos apoyando y colaborando con nuestro gobierno y, obviamente, con el ministro para lograr la mejor relación con las actuales autoridades del Fondo”. En coincidencia con Guzmán, Parrilli agregó que “el FMI tiene que cambiar sus exigencias a los países deudores porque no hay política económica sana, razonable y sustentable que no considere fundamentalmente el equilibrio social de una nación”.