Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo, publicado en la revista Environment International, a lo largo de un año casi 400 mil personas murieron de un derrame cerebral y otras 347 mil por una enfermedad cardíaca, luego de haber trabajado al menos 55 horas por semana.

El estudio, presentado hoy, no está referido a la pandemia covid-19, ya que es anterior, y comprende un período de casos producidos en 2016, luego de una exposición a tareas de más de 55 horas semanales en ese período.

Los autores sintetizaron datos de decenas de estudios con cientos de miles de participantes. "Trabajar 55 horas o más a la semana representa un grave peligro para la salud", subraya la doctora María Neira, directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS. "Es hora de que todos -gobiernos, empleadores y trabajadores- finalmente reconozcamos que las largas horas de trabajo pueden causar muertes prematuras", añade.

El estudio fue publicado con el título de "Carga mundial, regional y nacional de cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular atribuible a la exposición a largas horas de trabajo en 194 países, 2000-2016: un análisis sistemático de las estimaciones conjutnas OMS / OIT de la carga de enfermedades y lesiones relacionadas con el trabajo".

Los  investigadores concluyeron que trabajar 55 horas o más a la semana se asocia con un aumento del 35% del riesgo de un accidente cerebrovascular (ACV) y del 17% de morir de una cardiopatía isquémica, comparado con una persona que trabaja entre 35 a 40 horas semanales. 

En 2016, a nivel mundial, 488 millones de personas estuvieron expuestas a largas jornadas laborales de 55 o más horas semanales. Como resultado del período analizado, según el estudio, 745.194 muertes son atribuibles a la carga horaria, y calcularon en 23,3 millones de AVAD por cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular. AVAD es el cálculo de años perdidos por discapacidad, enfermedad o muerte prematura. Estas cifras representan casi el 5% (4,9%) de todas las muertes, y casi el 7% (6,9%) de todos los AVAD en ese período en el mundo.

El estudio también analiza la proyección entre 2000, 2010 y 2016, y refiere que el número de defunciones debidas a cardiopatías relacionadas con las largas horas de trabajo aumentó 42%, cifra que se eleva al 19% en el caso de los accidentes cerebrovasculares.

La mayoría de las muertes registradas se dieron en personas de 60 a 79 años, que trabajaron 55 horas o más por semana cuando tenían entre 45 y 74 años.