El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud sacó de la lista de enfermedades mentales a la homosexualidad y la aceptó como una variación de la sexualidad humana. Es por eso que se conmemora el Día contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia. Por su parte, la psiquiatría norteamericana, luego de años de concebir la homosexualidad como una “desviación sexual”, en 1986 la eliminó del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales.
Su objetivo principal es el de visibilizar, en pos de impulsar el avance de derechos en todo el mundo. Este día es el motor para impulsar campañas para sensibilizar a la sociedad sobre las graves discriminaciones hacia las personas con una orientación sexual no heterosexual e instaurar una concepción amplia de la sexualidad humana no solo circunscrita al binomio hombre-mujer. Fue recién en 2015 cuando se incorporó la bifobia al nombre de la campaña.
Hay mucho camino recorrido y también mucho se progresó en términos de aceptación. Pero no olvidemos cuánto falta: aún hoy en 12 países castigan a la homosexualidad con pena de muerte y en 69 estados continúan criminalizando los actos sexuales entre personas del mismo. Vivir en un mundo sin violencia es un derecho humano. Que todas y todos puedan ser y amar a quienes quieran es una obligación.