Este viernes vence el DNU presidencial que establece medidas de cuidado frente al aumento de casos durante la segunda ola de coronavirus en el país y la ley que el Gobierno envió al Congreso para tratar de poner un marco a las medidas sigue sin ser aprobada por los legisladores. Por este motivo, desde Casa Rosada evalúan los pasos a seguir en un contexto en el que este lunes hubo 28680 nuevos casos en todo el país --23.694 sin contar los 4986 de una carga atrasada de Formosa-- y 505 muertos. "Hay que remitirse al último DNU donde se dividió al país en cuatro zonas sanitarias y al proyecto que se está tratando en el Congreso", expresan fuentes de Balcarce 50 y estiman que lo más probable es que en las próximas medidas haya una continuidad y estén en sintonía con lo ya decretado. "En todo caso habrá que ver cada provincia y sus departamentos, si siguen en la misma zona, para ver si tendrán más o menos restricciones", aseguran. Se espera que en los próximos días, tal como sucede todas las semanas previas al vencimiento de los DNU de este tipo, el Gobierno se reúna con expertos y con gobernadores para terminar de definir la estrategia.
En Casa Rosada existe mucha preocupación por la situación que transitan distintas provincias en las que durante los últimos días aumentaron notoriamente los casos como Santa Fe, donde hubo 1618 casos en un día, Mendoza donde hubo 898, Tucumán donde se registraron 910, Córdoba que superó a CABA con 2795 y la Ciudad de Buenos Aires que este lunes tuvo 2445 contagios en un día. En ese marco, provincias como San Luis y Neuquén, por ejemplo, anunciaron la suspensión de las clases presenciales para intentar frenar esta nueva escalada de contagios. Fuentes cercanas al Presidente aseguran que el Gobierno seguirá insistiendo con su postura acerca de que las provincias "deben acompañar y controlar", ya que muchas no lo hicieron y ahora se ven de forma más clara las consecuencias.
Ciudad de Buenos Aires es un ejemplo de aquello. No cumplió con lo decretado por Fernández y los casos van en aumento. En ese contexto el ministro de Salud porteño, Fernand Quirós, este lunes aseguró que el gobierno de GCBA estudia medidas restrictivas más duras y no se descarta la suspensión de las clases presenciales con las que tanto insistieron para que no se suspendan.
Si bien la idea de Fernández era que la ley pueda tratarse antes del vencimiento del DNU este viernes, lo cierto es que pareciera que no darán los plazos. Se supone que podría votarse esta semana en el Senado, donde el oficialismo tendría los votos suficientes, pero el problema radicaría en la cámara de Diputados, donde no se contaría con los votos necesarios para su aprobación.
El proyecto enviado al Congreso básicamente establece un marco normativo con criterios epidemiológicos que determinan acciones a tomar ante cada escenario específico basándose en determinados indicadores relacionados a un semáforo sanitario que indica que existe bajo, mediano o alto riesgo o directamente si hay alarma epidemiológica. A partir de esos datos, según el escrito, cada región deberá tomar una serie de medidas restrictivas preestablecidas.
"Ustedes vieron acá cómo está la situación. No hay otro plan", contaban que decía el Presidente las personas de la comitiva que lo acompañaron en su gira por Europa, mientras observaba con atención las restricciones a la circulación que había en Francia, Italia, España y Portugal. Sobre todo en París, donde el toque de queda era a las 19 horas y todos los bares y negocios se encontraban cerrados.
"Está tratándose la ley y tengo tiempo hasta el viernes", explican que decía Fernández, pero que estaba preocupado por el aumento de casos y la ocupación de las camas en el AMBA. En ese sentido, el Presidente conversó con el gobernador Kicillof y evaluaron que la ocupación de las camas de terapia estaban bajando lentamente, porque a diferencia de la primera ola en la que se contagiaban y morían personas de mayor edad, en este momento se contagia mucha gente joven que no fallece y ocupa más tiempo un lugar en las UTI. Según la actualización de este lunes, la ocupación de camas de terapia intensiva en el AMBA es de 75,7 por ciento, apenas más bajo que el máximo registrado la semana pasada.
Según evaluó el mandatario con sus colaboradores más cercanos, el sistema sanitario de AMBA soporta hasta 15 mil casos diarios, pero hay problemas si los números superan esa cifra, como sucede en la actualidad. En ese sentido, a Fernández no le preocupa si las medidas de cuidado son antipáticas y hará caso a lo que le recomienden los infectólogos, como ya lo hizo en las ocasiones anteriores. "No lo mido en términos políticos, sino sanitarios", dice el Presidente a personas de su entorno más cercano.
En Provincia de Buenos Aires los casos también comenzaron a subir. Con esos datos, el el viceministro de Salud bonaerense Nicolás Kreplak pidió "un cierre fuerte" de actividades en las próximas semanas. Para el funcionario, parece "cada vez más lógico tomar una medida de cuidado más fuerte, por un tiempo más acotado para terminar de vacunar y preservar el sistema de salud". Kreplak explicó que en la provincia "volvió a subir el promedio semanal de casos y la situación es crítica en todo el territorio bonaerense".