Investigadores de la Universidad Politécnica Federal de Zúrich, en Suiza, descubrieron el "talón de Aquiles" del coronavirus: un método teórico para frenar el mecanismo de producción de proteínas que reduciría la réplica viral del SARS-CoV-2 en células infectadas, por lo que podría ser la base para futuros fármacos contra el covid-19.
El hallazgo del equipo científico suizo, que contó con la colaboración de expertos de las universidades de Berna, Lausana y Cork, de Irlanda, se basa en el hecho de que las células producen proteínas mediante uno de sus elementos, el ribosoma, que las sintetiza mediante la lectura del ARN en secuencias de tres letras.
Según explicaron los autores del estudio, publicado en la revista Science, para replicarse en una célula infectada los virus necesitan que el ribosoma tenga una anomalía en esa lectura del código genético del ARN, denominada “cambio de marco” (“frameshifting”), mediante la cual solo lea una o dos letras del ácido ribonucleico en una secuencia.
Así, continuaron los especialistas, tanto el coronavirus causante del covid-19 como el VIH que provoca el sida necesitan de estos “cambios de marco”, en general raros en las células humanas, para reproducirse, por lo que cualquier componente que consiga garantizar que esa lectura incorrecta del ARN nunca se produzca puede debilitar significativamente al virus.
“En términos generales, los tratamientos para las infecciones virales pueden dirigirse al virus, el huésped o los síntomas subyacentes de la infección. Los tratamientos antivirales funcionan interrumpiendo el ciclo de vida viral. Para el SARS-CoV-2, el ciclo de vida se puede dividir en tres etapas: entrada y tráfico de la célula huésped, replicación del genoma viral y empaquetamiento y salida de nuevos viriones”, describieron los expertos en la revista Science.
Como dependen completamente del anfitrión para la traducción (que en los humanos tiene cuatro etapas: inicio, alargamiento, terminación y reciclaje del ribosoma), los virus desarrollaron una variedad de formas de explotar esta maquinaria de replicación. Por eso, advirtieron los investigadores, un posible enfoque antivírico alternativo es “apuntar a las vías de la célula huésped que son esenciales para la replicación del virus, como la síntesis de proteínas”.
El gran hallazgo de este estudio, entonces, es haber descubierto el camino a seguir para atacar el virus. Lo que resta averiguar ahora es qué componente o fármaco determinado podría eliminar las lecturas incorrectas del ARN, algo que deberían investigar los farmacéuticos.
La ventaja, respecto a los fármacos, es que como muchos virus dependen de vías de propagación del huésped similares sucede que algunos antivirales tienen un amplio espectro de actividad contra múltiples virus.
De hecho, en la práctica, muchos de los estudios de fármacos contra el covid-19 consistieron en una “re prueba”, es decir, evaluar el uso de drogas ya aprobadas para otros fines para tratar el nuevo coronavirus. Eso significa, a su vez, que los antivirales que se descubran para tratar el coronavirus también podrían ser útiles para otras pandemias en el futuro.