Hasta el mismísimo James Bond tiene su precio. En venta desde fines del año pasado, todo indica que el estudio Metro-Goldwyn-Mayer encontró comprador. Y no es Apple, como se rumoreaba. Según publicó el portal The Information, la productora podría pasar a manos de Amazon a cambio de alrededor de nueve mil millones de dólares. Es el resultado de varias semanas de reuniones entre Mike Hopkins (vice de Amazon Studios) y Kevin Ulrich (presidente de la junta de MGM) para redondear una cifra que contentara a ambas partes. De concretarse la transacción, cuyo proceso legal culminaría no antes de mediados de 2022, el catálogo de cuatro mil títulos y más de 17 mil horas de la empresa con el logo del león –dueña, entre otras, de la franquicia del agente secreto británico y la saga Rocky– pasaría a formar parte de la órbita de Amazon Prime Video, una movida destinada a engrosar la oferta de la plataforma que actualmente cuenta con 175 millones de suscriptores en todo el mundo.
La pandemia marcó un nuevo quiebre en la historia de la MGM. Una historia agitada en las últimas décadas, con una venta, en 2004, al grupo integrado por Sony, TPG, Provindence Equity Partners y Comcast a cambio de cinco mil millones de dólares. No fue el momento indicado, ya que coincidió con el aumento de la circulación de contenidos pirateados y el inicio de la caída de las ventas y alquileres de DVD. La situación empeoró luego de la crisis económica de 2008, cuyos coletazos hicieron caer el negocio a tal punto que, asfixiada por una deuda de cuatro mil millones de dólares, decretó la quiebra en octubre de 2010. Una financiación de 500 millones de dólares, concretada por la JP Morgan, insufló un nuevo aire comercial, al tiempo que los acreedores se convirtieron en los flamantes dueños. Actualmente, su máximo accionista es el fondo Anchorage Capital.
Si bien la productora facturó 29 mil millones de dólares el año pasado, se calcula una pérdida superior a los 50 millones por el parate de la industria a raíz de la pandemia y la consecuente postergación del estreno de No Time to Die, la última aventura de Mr. Bond, que iba a llegar a las salas en abril del año pasado pero recién lo hará –siempre y cuando la situación sanitaria lo permita– el próximo octubre. Además, hasta ahora MGM no tenía un arreglo comercial específico con una plataforma, una bala en el pie en un contexto donde el streaming se ha convertido en la estrella del consumo audiovisual pandémico. En ese sentido, el arreglo asoma como un win-win: para MGM, porque su inmenso catálogo, que incluye desde El mago de Oz y El silencio de los inocentes hasta Fargo, tendrá un lugar de relevancia en una plataforma con alcance mundial; para Amazon, porque sumar ese volumen de contenidos le permitiría reforzar su unidad de negocios audiovisual, una de las directrices de la gestión de Jeff Blackburn, un ex empleado del imperio de Jeff Bezos que regresó para hacerse cargo de la división entretenmiento.
La noticia se conoce en una semana con dos movimientos importantes en el tablero. El gigante de las telecomunicaciones norteamericano AT&T anunció este lunes la fusión de su empresa WarnerMedia, propietaria de CNN y HBO, con el grupo Discovery. De ellas surgirá una nueva plataforma que aspirará a disputarle el trono a Netflix y Disney+ con una combinación "del entretenimiento premium y los productos deportivos y noticiosos de WarnerMedia y el liderazgo de Discovery en entretenimiento internacional y de no ficción”, según expresaron ambas compañías.
Disney, por su parte, confirmó que el 31 de agosto llegará a Latinoamérica Star+, la plataforma orientada a un público adulto que tendrá como principales cartas de presentación todas las temporadas de Los Simpson, varias producciones no familiares de superhéroes –como Deadpool y Logan– y los eventos deportivos de ESPN. A mediados de junio, además, llegará a la región HBO Max. La guerra de las plataformas recién empieza.