Desde Santa Fe
Desde ayer, Omar pasó a ser Perotti en la Casa Rosada. Habrá que ver si en la Casa Gris sucede lo mismo, si Alberto será Fernández. El gobernador de Santa Fe marcó su propia distancia con el Presidente, al criticarlo sin tapujos por su decisión de suspender las exportaciones de carne por 30 días para bajar los precios internos. Alberto dijo que “el tema de la carne se desmadró” por la “apertura total” de las ventas al exterior que dispuso Mauricio Macri y el “boom de China” como uno de los grandes compradores de carne argentina. Perotti le reprochó a Alberto por esos “cambios de las reglas de juego” y alentar “soluciones que no funcionan” y “sólo perjudican el futuro de la actividad”.
El gobernador metió mucho barullo político en el Frente de Todos, con sólo tres tuits que publicó a media mañana, no él sino la encargada de sus cuentas en las redes, que es conocida en los corrillos oficiales. La reacción de la militancia peronista que responde al liderazgo de CFK fue inmediata, tanto como la bronca con el mandatario. “¿No habrá al menos uno en el gabinete de Perotti que de un portazo?”, se preguntó uno de los enojados.
Perotti atraviesa su peor semana en la Casa Gris por hechos que están a la vista. El colapso del sistema sanitario. Su anterior desafío a Fernández -cuando insistió hace quince días con las clases presenciales en zonas de alerta epidemiológica- por el que ayer tuvo que recular. Y lo último: el rechazo a la suspensión de las exportaciones de carne, con una doble demanda al Presidente porque “cambió las reglas de juego” y aplica “soluciones que no funcionan”.
Al final del día, Perotti quedó a la par de los críticos más airados de Alberto y de su propio gobierno en la provincia. No fue casual entonces su coincidencia con el interbloque de legisladores de la UCR, que lideran el senador Felipe Michlig y el diputado Maximiliano Pullaro. Los radicales creen que la decisión de Alberto de suspender las exportaciones de carne “sumará más problemas” y responde a un “severo error de diagnóstico” que sólo aplica medidas “cortoplacistas” y “efectistas”.
En ocho líneas, Perotti había marcado su distancia con Alberto. “En Santa Fe, la ganadería genera trabajo, inversiones y tiene un inmenso potencial. Los cambios en las reglas de juego, con soluciones que no funcionan, sólo perjudican el futuro de la actividad que tanto nos brinda a los santafesinos”.
“La solución es aumentar la producción y no cerrar las exportaciones. Tenemos las condiciones para abastecer el mercado interno y externo, manteniendo la posibilidad de exportar nuestros productos al mundo”, dijo el gobernador. Y cerró con tono salomónico. “Entre todos debemos trabajar de cara al futuro de la provincia, con una visión amplia que nos permita potenciar la ganadería, no achicarla”.
La crítica de Perotti a Alberto impactó en la militancia identificada con Cristina, que pasó de la sorpresa a la crítica abierta. “¿No habrá al menos uno del gabinete de Perotti que de un portazo? Digo…. Como para poder creer en alguien de por acá”, planteó Hugo Kofman, uno de los referentes del Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe, que integra a los organismos de derechos humanos. Su compañera Julia agregó: “Sin palabras”.