La Secretaría de Energía está cerrando la formulación técnica del proyecto para ampliar la capacidad de transporte del sistema de gasoductos nacionales. La carpeta será evaluada por las empresas chinas Powerchina y Shanghai Electric Power Construction, con quienes la dependencia nacional firmó un memorándum de entendimiento, y en los próximos dos meses se elaborará el presupuesto de las obras, estimado en unos 3200 millones de dólares, y el borrador del contrato comercial que incluirá un esquema de financiamiento por parte de bancos chinos. La propuesta será incluida en la agenda política bilateral entre Argentina y China para cumplir con el plan de inversiones del próximo quinquenio, en donde también aparecen otros proyectos de infraestructura.
“El proyecto está consensuado entre Presidencia, Secretaría de Energía, Ministerio de Economía, la Secretaría de Asuntos Estratégicos y la vicepresidencia”, dicen en despachos oficiales. El objetivo es poder reemplazar la importación de GNL y combustibles líquidos por el gas argentino proveniente de Vaca Muerta y de las cuencas del sur, que actualmente enfrentan diversos cuellos de botella para ampliar la producción, entre los cuales está la capacidad del sistema de transporte. Se trata de 1150 millones de dólares anuales en importación, lo cual implica un costo fiscal de unos 650 millones de dólares (ya que parte de la erogación pública vuelve a las arcas del Tesoro a través de los impuestos).
A mediano y largo plazo, también se espera tener una variante nacional a la importación del gas de Bolivia, que está en declino, al igual que las cuencas del norte del país, que tendrán que ser paulatinamente reemplazadas por la producción no convencional. Asimismo podría abrirse la posibilidad de exportar una porción menor de gas a Chile. Más lejana aparece la opción de venderle gas a Brasil, ya que más allá del envío puntual a una central térmica en Uruguayana, no hay por ahora interés del polo industrial de San Pablo de comprar gas argentino.
El documento de entendimiento fue firmado por el secretario de Energía, Darío Martínez, junto Jiao Zifeng, representante de Powerchina, y Chen Hua, de Shanghai Electric Power Construction. “Es el primer paso para la concreción de una verdadera red de gasoductos que permitirá evacuar la producción nacional de gas para abastecer los centros de consumo y nuestras centrales térmicas”, dijo el funcionario. Agregó que “permitirá sustituir las actuales importaciones de GNL, la declinante producción del gas boliviano y la importación de combustibles líquidos”.
Martínez dijo que “se trata de distintas obras asociadas que potencian la red de gasoductos existente y de nuevos gasoductos desde Vaca Muerta hasta el sur de Santa Fe”. Según pudo averiguar este diario, se trataría de más de cinco obras que suman un total de 3 mil millones de dólares. Entre los proyectos estaría incluido un nuevo gasoducto troncal entre Neuquén y Bahía Blanca y una conexión hasta Ramallo, en donde hay un ducto hacia San Jerónimo, Santa Fe. También abarcaría la ampliación de gasoductos del sistema centro y oeste de país, el incremento de la capacidad de transporte del gasoducto que conecta la cuenca Austral con Buenos Aires y el aumento de la capacidad de compresión del gasoducto del Noreste.
Se trata de una obra que viene a reforzar el proyecto de Vaca Muerta para proveer gas en una medida que permita tanto reemplazar importaciones actuales como futuras, dado el escenario de declino de Bolivia y de las cuencas del norte. Pero además, permite proyectar a futuro un camino de exportación. De todos modos, persiste una fuerte necesidad de financiamiento de la Argentina y específicamente de YPF para encarar las inversiones necesarias para multiplicar la producción.
Tal como sucede en el caso de la cuarta central nuclear y la renovación del sistema ferroviario, la inversión de China en el caso de los gasoductos no se hace a partir de una pública sino en el marco del convenio país-país. El tema tendrá relevancia en la agenda de trabajo que llevará al presidente Alberto Fernández en su visita a China, que se viene retrasando con la pandemia pero se espera para los próximos meses. Uno de los puntos sensibles a resolver será el grado de participación de la industria local, ya que China suele acompañar el financiamiento con provisión de equipos e insumos. Y en el terreno local compite nada menos que con Techint.