El primer jefe de la Policía de la Ciudad, José Potocar, continuará detenido, acusado de ser el jefe de una supuesta asociación ilícita que recaudaba coimas de comercios y cuidacoches a cambio de “protección”. El juez Ricardo Farías le denegó la excarcelación al comisario, que había sido suspendido preventivamente por el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de Gobierno afirmó ayer que “apoya a muerte la investigación” que impulsa el fiscal José María Campagnoli, quien ayer dijo tener “un sinnúmero de pruebas” contra el ex jefe policial. Pero Larreta no apoya tanto como para enviar a su ministro de Seguridad, Martín Ocampo, a dar explicaciones a la Legislatura. Hoy habrá un cruce entre oficialistas y opositores en el recinto por la no concurrencia del funcionario.
Hoy se conformará la Comisión de Seguimiento de la Policía de la Ciudad que, en rigor, estaba estipulada en la ley que creo la nueva fuerza de seguridad, pero el macrismo no se molestó en conformarla hasta que cayó preso el primer jefe de la policía, casi repitiendo el periplo del primer jefe de la Metropolitana, Jorge “Fino” Palacios. El PRO ofrece que se presente en las próximas semanas otro funcionario (quizás el secretario de Seguridad, Marcelo D’Alessandro) ante esa comisión.
Ante la detención del comisario en una causa por presunta corrupción, la gran mayoría de los bloques opositores presentaron un proyecto para que asista Ocampo a la comisión de Seguridad. El ministro se vio envuelto, además, en un video en el que se ve como un grupo de policías le hacen preguntas y lo cuestionan y le gritan hasta que se retira (ver aparte). En el Gobierno porteño, confirmaron a este diario que no hay voluntad de que el funcionario se someta a las preguntas de los legisladores.
El autor del proyecto, el legislador Gabriel Fuks reaccionó ante la novedad: “Es grave que se niegue la concurrencia del ministro después de que trascendiera que la investigación empezó antes del nombramiento de Potocar. Cada vez queda mas claro que el nombramiento fue una concesión del gobierno a la corporación policial”, advirtió. Hoy Fuks planteará sobre tablas que se convoque a Ocampo, lo que requiere una votación de dos tercios. El PRO tiene bancas más que suficientes para bloquearla.
En tanto, Larreta continuó en su estrategia de mostrar que la prisión del primer jefe de Policía que designó no afecta la gestión: “Esta detención no afecta a la Policía de la Ciudad, todos están comprometidos con el cambio que estamos realizando. Tenemos un plan integral para renovar la Fuerza y nada nos va a detener en este proceso”. Se trata de la segunda crisis de peso que le toca enfrentar al jefe de Gobierno, después de las muertes de jóvenes en una fiesta electrónica en el complejo Costa Salguero. Hasta ahora, Larreta se mostró en consonancia con la investigación al tiempo que intentó plantear que no había dudas sobre la honestidad de Potocar cuando lo designaron. Un equilibrio difícil: “Apoyamos a muerte la investigación, pero también es cierto que es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Ojalá que esta situación se resuelva rápido, porque es un buen profesional, con una carrera intachable”, probó Larreta. La posición del oficialismo es intentar alejar el tema de la agenda pública y esperar hasta ver cómo se resuelve la situación procesal de Potocar.
Por lo pronto, ayer le denegaron la excarcelación ante la posibilidad de que pueda entorpecer la investigación o fugarse. Así se suma a los otros seis policías detenidos. El fiscal Campagnoli salió por varios medios a cuestionar el discurso del Gobierno porteño: “Están diciendo que el comisario Potocar es un hombre honesto, que estuvo en el FBI, que es abogado y no sé cuántas cosas más. No me vengan a mí con que está procesado un Director General de Comisarías por hacer bien su trabajo”. Sostuvo que los imputados tuvieron “un crecimiento patrimonial que posiblemente determine a futuro una acusación” en la medida de que llegue más información de la UIF y que contra Potocar hay “un sinnúmero de pruebas”.
Las que se conocieron hasta ahora tienen que ver con un cuaderno donde se anotaban los destinos de la recaudación ilegal y con dos testimonios de subalternos que lo involucran. En el cuaderno, figura la sigla DGC, que pertenecería a la Dirección General de Comisarías, el área que tenía a cargo Potocar en el ese momento. Al lado había cifras, que indicarían cuánto se llevaba cada área. Además, Campagnoli sostuvo que los policías de menor jerarquía hablan de la presión que tenían de sus mandos superiores para recaudar más. “Sospechamos que Potocar es uno de los jefes de esta organización y esa es nuestra acusación. Creemos que cualquier persona que fue comisario de zona no puede desconocer todo eso”, afirmó el fiscal Campagnoli, quien indicó que junto a los comisarios Norberto Villarreal y Susana Aventi eran “una tríada jerárquicamente institucionalizada dentro de la estructura de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires”.