No pasaron dos días del debut de Showmatch que ya se desató el primer escándalo. Pero esta vez no se trató de una de las tantas peleas de egos y frivolidades entre participantes a las que acostumbra el ciclo, sino más bien de una expresión de fuerte prejuicio antisemita que dijo en el programa la instagramer Mar Tarrés al momento de hacer su performance. En medio de una charla con Marcelo Tinelli sobre su situación sentimental, Tarrés le pidió que le presentara a un amigo suyo, Adrián Suar, el director artístico de El Trece y que el día anterior habría estado en el piso. "Yo quiero un judío con plata", afirmó la humorista. “Porque los judíos ahorran, tienen plata ahora, ¿entendés?", agregó Tarrés, ante la incomodidad del conductor, que apenas se atrevió a decir “está bien, ella no anda con vueltas”. El comentario recibió el repudio de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina (DAIA).
Los dichos discriminatorios de Tarrés en “La academia”, el flamante certamen artístico del ciclo televisivo, no pasó inadvertido para nadie. O para casi nadie, porque mientras en las redes sociales los televidentes expresaban el repudio a las palabras de la participante, Showmatch continuó con su rutina habitual. Ni en el momento que Tarrés expresó y desarrolló tal prejuicio, ni tampoco después cuando ya era tendencia en las redes sociales, Tinelli se refirió a lo que había pasado en el estudio. Sea por falta de reflejos del conductor o por esa máxima negacionista de que “el show debe continuar”, la expresión de la humorista pasó como si nada.
Tras esos dichos, hoy la DAIA repudió públicamente lo sucedido en Showmatch. Lo hizo a través de Marisa Braylan, directora del Centro de Estudios Sociales de la DAIA, que en declaraciones radiales aseguró que “lo peligroso no es solo que haya pasado esto en un programa que lo ve tanta gente, sino que nadie haya frenado la situación al aire". Además, la dirigente de la DAIA puso en duda de que lo sucedido fuera producto de la simple ignorancia. "Los nazis desataron el mayor genocidio de la historia y era gente culta", reflexionó Braylan.
Lo llamativo del comentario discriminatorio de Tarrés es que la instagramer, que tiene más de un millón de seguidores en la red social, se presenta como una militante que lucha contra los cuerpos hegemónica que impone la cultura mediática, intentando derribar los estereotipos de la belleza.
La humorista intentó expresar en la mañana del miércoles una disculpa “por si alguien se sintió ofendido”, en la que no hizo más que subrayar su prejuicio. “Aclaro que ser judío no es un insulto”, comenzó diciendo la salteña en un comunicado. “Significa gentilicio, al igual que podría haber dicho argentino, boliviano o alemán. En ningún momento le falté el respeto a la comunidad judía, es más resalté que ellos saben ahorrar y en época de crisis son los que más tienen ahorros! Y a los que me dicen ‘después te enojás cuando te dicen gorda’ aclaro que jamás me enojé porque me digan gorda. Dejen de inventar. Gorda es lo que soy y es una connotación física, igual que nadie ofende porque le digan flaca! No me ofende, me pueden decir gorda cuantas veces quieran, para mí es un orgullo ser quien soy”, concluyó Tarrés.