Bolivia enfrenta la tercera de ola de coronavirus con el epicentro de contagios en la ciudad de La Paz, donde este miércoles las autoridades declararon el estado de emergencia, a causa del sostenido aumento de casos. Ante este contexto, además, anunciaron que el próximo viernes se definirán medidas adicionales contra la pandemia y alertaron que la mayoría de los hospitales están al borde del colapso.
"La tercera ola está cada vez más fuerte y se prolongará hasta el invierno, por lo menos hasta julio, lo que podría sobrepasar la capacidad de terapia intensiva de los hospitales", afirmó en rueda de prensa el jefe de Epidemiologia del departamento de La Paz, Mayber Aparicio.
La emergencia anunciada en el departamento donde está instalado el Gobierno nacional se sumó a declaraciones similares surgidas en la última semana de otras regiones, entre ellas Santa Cruz, la localidad con mayor cantidad de infectados y muertes.
Aparicio añadió que el gobernador regional Santos Quispe llamó a una reunión del Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) en el que participan también los alcaldes de La Paz y de la vecina El Alto para adoptar un plan de contención de los contagios y el fortalecimiento hospitalario.
La tercera ola de la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2 alcanzó su récord máximo ayer, con 2.617 nuevos casos, lo que incrementó a 337.441 el total acumulado desde el inicio de la pandemia en marzo del año pasado. En tanto, el número de muertes también fue récord durante la jornada del martes, con 69 decesos, para hacer un total de 13.635, según el último reporte oficial difundido por el Ministerio de Salud boliviano.
En la mayoría de los nueve departamentos, la ocupación de las unidades de cuidados intensivos supera el 90 por ciento, de acuerdo a los informes de las autoridades regionales de salud, que advirtieron sobre el agotamiento de las provisiones de oxígeno y medicamentos esenciales.
El Gobierno nacional, que atribuye parte del aumento de contagios a una fuerte suba de las pruebas de detección en comparación con lo que ocurría un año antes, anunció planes extraordinarios de dotación de insumos a los hospitales, incluso a los que están bajo la tutela de los ejecutivos regionales.
Aparicio sostuvo que la saturación hospitalaria podría tornarse catastrófica en las próximas semanas si no se reduce el ritmo de infectados, ante el advenimiento de enfermedades típicas del invierno, en especial variedades de influenza, un tipo de gripe viral con elevado índice de mortalidad.
En otro frente del combate contra la peste, el Gobierno decidió ampliar la vacunación general a por lo menos diez horas diarias, incluidos los fines de semana. Según el Ministerio de Salud, hasta hoy habían sido aplicadas 1.194.572 vacunas, de las cuales 902.833 fueron primeras dosis.