Expansivas 5 puntos
Argentina/España, 2021.
Dirección: Ramiro García Bogliano.
Guion: Milagros Figueroa Garro y Ramiro García Bogliano.
Duración: 96 minutos.
Intérpretes: Sara Hebe, Martina Juncadella, Assumpta Serna, Gustavo Portela, Noelia Vergini.
Estreno: a partir del jueves 20 en Qubit.TV y desde el jueves 27 en Cine.ar.
La opera prima en solitario de Ramiro García Bogliano (codirector junto a su hermano Adrián de los relatos de terror Penumbra y Donde duerme el horror) recorre la agenda de género en sus dos acepciones posibles. Por un lado, la del género cinematográfico a la que se encarama: las historias de venganza marcadas por el suspenso y la acción. Por el otro, aquella ligada al lugar de la mujer como víctima de la violencia, con los abusos y explotaciones disparando el hastío y la reacción. Para ello, el guion imagina el reencuentro de dos hermanas –la mayor interpretada por la cantante Sara Hebe, la otra por Martina Juncadella– luego de que un llamado desde el cementerio las obliga a tomar una decisión sobre el cuerpo de su madre, fallecida años atrás en circunstancias sospechosas. Coproducción mediante, la tía de ambas tiene el rostro de Assumpta Serna, médica en un hospital y dueña del auto que servirá como transporte para la más inesperada de las investigaciones.
Es que el padre, figura oscura a quien no se ve ni se contacta desde hace añares, nunca disipó las dudas respecto de su papel en el homicidio de la mujer, y la aparición de un objeto escondido en las entrañas de la casa materna empuja a las chicas a tomar las armas. Literalmente. García Bogliano plantea los primeros dos actos de la narración como instancias de pesquisa, con las dos detectives aficionadas pisando a escondidas los talones del hombre, que a todas luces anda en algo raro, más allá de su trabajo diario en una remisería. El personaje de Juncadella es quien compone música en la ficción, mientras que el de Hebe demuestra en una escena temprana –de manera de dejar bien en claro sus aptitudes– que es capaz de ponerle los puntos ella solita a un varón acosador. Después vendrá el descubrimiento del verdadero “trabajo” del villano, el plan para la venganza y el enfrentamiento final con los minions del jefe, filmados en la tradición tarantinesca, aunque sin dejo de ironía alguno.
No es tarea sencilla hacer cine “de género” exuberante y atractivo. Mucho menos ambicionar que entre sus pliegues la toma de posición sobre el patriarcado y sus zonas más tremebundas se sienta como algo más que una excusa. Expansivas –cuyo título juega con la tipicidad de las balas, al tiempo que parece describir la red de sororidad que se instala en la trama– acierta en la construcción de los personajes, pero no logra ir más allá de los clichés de ocasión, ya sea por acción u omisión. Y su previsibilidad atenta de manera creciente contra la posibilidad del espectáculo que ansía abrazar, aunque utiliza de manera interesante las locaciones de La Plata y alrededores, ciudad casi invisible en el cine argentino cuyas calles se merecen un policial con todas las de la ley.