La particularidad de lo que le sucedió a River en las últimas horas fue el punto donde giró todo sobre el equipo de Marcelo Gallardo. Lo fundamental ocurrió anoche, cuando tuvo que salir a la cancha para recibir a Independiente Santa Fe de Colombia para jugar por los puntos nada menos que por la Copa Libertadores.

El equipo se presentó con 11 futbolistas, debido a que salió a jugar como arquero el lesionado mediocampista Enzo Pérez, para que River no tuviera que hacerlo con un hombre menos desde el primer minuto. El banco de suplentes estaba ocupado sólo por Gallardo y sus colaboradores.



Las miradas se dirigían hacia Pérez, que se mostró sonriente en el inicio, por la situación que le tocaba atravesar. Los aplausos para el mendocino aparecían ante cada intervención, de parte de los pocos presentes en el estadio Monumental.


Las dudas sobre lo que podía hacer Pérez se disiparon rápidamente por la contundencia de sus compañeros. River, en apenas seis minutos, sacó dos goles de diferencia. El primero lo convirtió Angileri, capturando un rebote en el arquero luego de un tiro de Fontana; y el segundo fue una gran definición de Alvarez, que contuvo la pelota con el pecho y remató de volea ante la sorpresa de Castellanos.

Las limitaciones de los colombianos también colaboraron mucho para que River pudiera alcanzar esa diferencia. Los jugadores de Independiente mostraron muchos problemas para controlar la pelota, y a eso le agregaban la falta de técnica para poder disimular otros defectos. La primera aproximación seria que tuvieron hacia el arco de River se dio a los 26 minutos, con un remate de media distancia que fue rechazado por Pérez al córner.

Independiente intentó revertir un poco su imagen en el segundo tiempo, con los ingresos de Valdés y Osorio. Pero el dominio de River se mantuvo. Los colombianos no lograban rematar al arco para exigir a Pérez, y ni siquiera en algún tiro libre lograron que la pelota supere la barrera.

El cansancio de los jugadores de River apareció luego de los 20 minutos, y como no podía realizar cambios eligió esperar en su campo y darle la pelota a su rival. Independiente se adelantó pero no tenía claridad. Sin embargo, en una jugada por la izquierda, Osorio terminó rematando al arco y logró descontar.

Los visitantes lanzaban centros al área para que alguien pudiera conectar de cabeza, a pesar de la falta de lucidez en el momento de jugar. El empate finalmente no llegó y River se aproxima a los octavos de final. El objetivo lo alcanzará con sólo empatar el martes próximo ante Fluminense de Brasil. Los jugadores que estén en condiciones de jugar ese día será la gran incógnita.