El diagnóstico es unánime: la segunda ola de coronavirus traspasó el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), se expandió con velocidad y tensiona los sistemas sanitarios en todo el país. El nuevo récord diario de casos (39.652 reportados ayer) grafica un panorama que no admite margen para dilaciones. Por eso, el Gobierno avanza en una serie de reuniones de urgencia con gobernadores y especialistas para intensificar las restricciones y reforzar los controles. Los asesores presidenciales señalaron que el panorama epidemiológico es complejo y que si se continúa postergando medidas sanitarias “va a empeorar”. En Casa Rosada le reprochan a los mandatarios provinciales no estar cumpliendo con las disposiciones vigentes.
Frente a este delicado escenario, y a horas de dictar un nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el presidente Alberto Fernández encabezó un encuentro virtual con doce gobernadores con el objetivo de generar un amplio acuerdo de carácter federal. La predisposición está: existe un consenso generalizado acerca de la gravedad sanitaria y las autoridades locales están dispuestas a endurecer las medidas de cuidado. El pedido expreso del Gobierno a los mandatarios provinciales es que acaten el semáforo epidemiológico y ajusten los controles para evitar, por ejemplo, las reuniones sociales en lugares cerrados que están prohibidas, pero se siguen realizando.
"Con este nivel de circulación de personas y del virus, si no logramos transmitir a la población que se tienen que minimizar las salidas y hacer solamente las esenciales, el riesgo del aumento de casos es muy concreto. La comunidad ha normalizado el número de casos y de fallecidos", expresó ayer Carla Vizzotti en declaraciones radiales y le recordó a los gobernadores que en el DNU vigente, las jurisdicciones tienen la potestad de implementar medidas sin necesidad de que las tome el Poder Ejecutivo nacional.
De la videoconferencia que encabezó el Jefe de Estado desde Olivos participaron Raúl Jalil (Catamarca), Jorge Capitanich (Chaco), Gustavo Valdés (Corrientes), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Morales (Jujuy), Ricardo Quintela (La Rioja), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Gustavo Sáenz (Salta), Omar Perotti (Santa Fe), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Juan Manzur (Tucumán). Se espera que hoy se completen las consultas con los mandatarios restantes, incluidos el bonaerense, Axel Kicillof, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Previo a este encuentro, Fernández escuchó las recomendaciones del grupo de asesores médicos del Gobierno para terminar de diseñar las nuevas disposiciones. Las advertencias fueron drásticas. Según confiaron a este medio fuentes que participaron de la charla, los expertos le indicaron al Presidente que el panorama es "muy complejo por la diseminación de variantes de alta transmisibilidad y el incremento de la mortalidad", por lo que resulta imperioso que las provincias profundicen las restricciones y refuercen los controles.
En el Gobierno entienden que este tipo de medidas resultan "antipáticas” ante la opinión pública, “pero que es momento de tomarlas". De acuerdo a los especialistas, habría que cerrar los comercios no esenciales y toda la gastronomía por un período de al menos tres semanas. "Ni con mesas afuera", resaltaron. También cerrar las escuelas; "no se puede seguir esperando", sentenciaron.
En paralelo, continúan las conversaciones con las autoridades porteñas y bonaerenses para coordinar las medidas en el AMBA. Las diferentes posturas aún persisten, sobre todo en lo que respecta a las clases presenciales. "No nos ponemos de acuerdo", reconoció Daniel Gollán y reclamó que haya "un debate público en el Congreso". En ese punto, Rodríguez Larreta continúa con su desobediencia a las normativas de Nación y mantendría la presencialidad escolar en las escuelas de nivel inicial y primaria; no obstante la secundaria volvería al sistema de educación virtual tal como funcionó el año pasado.
En la administración porteña, además, evalúan un "cierre total" de actividades y circulación los fines de semana ante la suba de casos, que ayer totalizaron 3.328 positivos. También analizan nuevas restricciones para aplicar de lunes a viernes en locales gastronómicos, comercios y plazas para desincentivar la circulación y los encuentros sociales en lugares cerrados. En ese caso, solo podrían abrir durante la semana con mesas situadas en los espacios exteriores, como veredas y plataformas; en tanto, los comercios no esenciales tendrían autorizada la atención de clientes sólo desde la puerta de ingreso. A su vez, serían clausurados los patios de juegos de las plazas de la Ciudad de Buenos Aires para evitar las reuniones en esos sitios.
Un síntoma de la actual preocupación por el estado sanitario es que, pese a su obstinación por mantener la presencialidad, el gobierno de la Ciudad admitió en esta oportunidad la necesidad de implementar normas más estrictas, ante el evidente aumento de contagios. El ministro Fernán Quirós reconoció que "la curva, que venía con pendiente en bajada, volvió a subir". "Los encuentros en lugares cerrados, sean laborales, familiares o sociales, donde hay más de dos o tres personas, son el motivo principal de ese repunte de casos", explicó el funcionario.
En esto último, coinciden todos. Las nuevas medidas estarán orientadas a desalentar al máximo la circulación. Si bien el Presidente descartó esta semana el regreso a una Fase 1, hoy en el Gobierno aseguran que mayores restricciones son inevitables y que necesitan el apoyo de los gobernadores. "Ya no hay tiempo para seguir esperando", repiten.