Marcelo Tinelli se defendió de las críticas por exhibir una multitud de personas en su programa, sin distanciamiento y sin barbijo, con una agresión injustificada al ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan. El funcionario había dicho: “Es una mala imagen”. Y Tinelli contestó que peor imagen constituía un ministro (Gollán) procesado por el denominado Plan Qunitas. Si el conductor televisivo hubiera averiguado un poco se habría enterado que esa causa judicial se está cayendo a pedazos después de una pericia oficial que demolió la acusación.
La situación actual es que la defensa de todos los imputados -incluye a Aníbal Fernández, Gollán, Nicolás Kreplak e incluso empleados sin responsabilidad del Ministerio de Salud- están pidiendo que la causa se cierre por inexistencia de delito. Y una vez que se hayan expedido todos los defensores lo hará la fiscal Gabriela Baigún. Aún si la fiscal decide seguir con la acusación, es un secreto a voces que la causa judicial está terminada.
Como siempre hizo, el juez Claudio Bonadio armó todo un expediente y procesó a integrantes del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner sin siquiera mandar a hacer una pericia elemental, con participación de todas las partes. Esa medida fue adoptada por el Tribunal Oral Federal número 1, presidido por Adrián Grünberg. Y el resultado resultó lapidario.
Sucedió que Bonadio aceptó como prueba un kit presentado por la denunciante, Graciela Ocaña, y entonces determinó que existieron sobreprecios y era perjudicial para la salud de bebés, e incluso impidió que se distribuyeran los elementos entre madres humildes. Eso fue después subsanado por la propia fiscal Baigún, que impulsó la distribución, lo que demostró que los kits eran buenos para reducir la mortalidad de bebés menores de seis meses.
Los peritos fueron feroces con Ocaña y dijeron lo siguiente sobre el kit oficial y sobre el presentado por la diputada opositora:
- ”El objetivo del Plan era brindar un comienzo de la vida equitativa”.
- ”Un punto clave fue reducir la cantidad de muertes por asfixia causada por el colecho (dormir con los padres), 28,3 muertes cada 1.000 nacimientos, por lo tanto lo sustancial fue el moisés”.
- ”En general, se observa que los kits cumplen con el objetivo para el que fueron diseñados”.
- ”Los elementos aportados por la licenciada Ocaña no cubren la totalidad de los ítems requeridos en la licitación”. Si se toma por ítems, la pericia dice que le faltan 14 de 42 y si se evalúan las cantidades, le faltan 20 de 59 elementos
- ”La longitud del moisés permite que el bebé esté acostado hasta que los bebés puedan sentarse o arrodillarse. El modelo presentado por la licenciada Ocaña no cumple con esta norma”.
- ”La cuna presentada por la licenciada Ocaña está hecha de aglomerado. No cumple con lo solicitado”.
- ”Los materiales del modelo presentado por la licenciada Ocaña no se encuentran homologados”.
- ”La cuna presentada por la licenciada Ocaña no cumple con la normativa europea”.
- ”La cuna presentada por la licenciada Ocaña no es transportable como se requiere en el Plan Qunita”.
- ”Los elementos aportados por la licenciada Ocaña no son equivalentes en materiales, características y calidad a los del pliego licitatorio”.
- ”La distancia de los barrotes de la cuna presentada por la denunciante es peligrosa para un bebé de menos de seis meses”.
Desde el punto de vista de los precios tampoco hubo objeciones. Los peritos sostienen que es difícil la comparación porque el kit no existe comercialmente, pero sumando los elementos llegaron a unos 7.500 pesos, muy cercano a los 7.800 de la licitación, que incluyó además la logística.
Con su experiencia, Tinelli debió darse cuenta que no correspondía usar una causa instruida por Bonadio. El cuestionamiento a su despliegue de personas en el estudio no fue solo de Gollan si no que se instaló en forma notoria en las redes sociales. Frente a esa situación, correspondía una explicación tranquila y razonada, no la actitud de sumarse con los ojos cerrados a una causa burda y canallesca.