El tribunal de Apelación de París confirmó este jueves la responsabilidad de la empresa alemana de inspección técnica y certificación TÜV Rheinland en el caso de las prótesis mamarias fraudulentas PIP, por lo que condenó a la compañía a indemnizar a cientos de víctimas.
Tras más de una década de sentencias contradictorias, la decisión de la corte parisina podría allanar el camino para la indemnización de decenas de miles de mujeres víctimas de los implantes PIP en todo el mundo.
Según el fallo, el tribunal consideró que la empresa alemana es responsable “por sus incumplimientos y abstenciones en el acatamiento de sus misiones y obligaciones en la supervisión del sistema de calidad” de las prótesis PIP.
Sin embargo, limitó esta responsabilidad al periodo comprendido entre el 1 de septiembre de 2006 y el 6 de abril de 2010. Esto significa que entre las aproximadamente 2.500 mujeres que se habían incorporado a los procedimientos judiciales, varios cientos de las demandas fueron consideradas inadmisibles.
Un millón de prótesis fraudulentas del fabricante francés Poly Implant Prothèse (PIP) fueron vendidas en el mundo entre 2001 y 2010, muchas de ellas en América Latina. A su vez, se estima que la cantidad de víctimas a nivel mundial alcanza las 400.000 personas.
El escándalo de las prótesis mamarias de la compañía PIP salió a la luz en marzo de 2010, cuando se supo que utilizaba un gel de silicona no homologado para uso médico en vez del gel Nusil autorizado, que declaraba emplear.
Esta es la primera parte del caso, conocida como “TÜV 1”, que desarrolló posteriormente nuevas acciones legales en todo el mundo por parte de numerosos de grupos de mujeres.
Entre las afectadas también se incluyen a alrededor de 300 mujeres argentinas que en 2013 demandaron por 54,7 millones de dólares a la empresa PIP, a la aseguradora Allianz y a TÜV Rheinland.
Cabe resaltar que el fallecimiento en 2019 de Jean-Claude Mas, fundador de PIP, significó el fin de los procedimientos judiciales contra la compañía francesa.
Diez años de espera
“Estamos muy contentos con esta decisión, que pone fin definitivamente a las dudas sobre la responsabilidad de TÜV”, señaló Olivier Aumaître, abogado de unas 20.000 víctimas, en un comunicado.
“Después de 10 años de espera y de dura lucha, el certificador alemán tendrá que indemnizar a las víctimas en su totalidad. Este es el final del partido tras la prórroga y no habrá partido de vuelta ni revancha posible”, agregó.
Por su parte, Christelle Coslin, abogada de la empresa verificadora de calidad, indicó que TÜV “toma nota de la desestimación de una gran parte de las demandas por parte del Tribunal de Apelación de París, pero impugna su decisión al considerar responsable, aunque sea parcialmente, al organismo notificado”.
“Esta decisión está en contradicción con la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en febrero de 2017 y del Tribunal de Apelación de Versalles en enero de 2021”, agregó en un comunicado.
TÜV fue declarada culpable en 2013 por “incumplir sus deberes de control y vigilancia” y condenada a indemnizar a seis distribuidores y a unas 1.700 víctimas.
A pesar de esto, dos años después, el tribunal de apelación de Aix-en-Provence revocó esta sentencia y eximió de toda responsabilidad al certificador alemán.
En 2018, el Tribunal Supremo anuló esta decisión y remitió el caso al tribunal de apelación de París.