A horas de que el Gobierno nacional defina las nuevas medidas de cuidado para mitigar el aumento de casos de coronavirus en el marco de la segunda ola, dado que este viernes vence el último Decreto de Necesidad y Urgencia que estableció las actuales medidas sanitarias, el Gobierno porteño confirmó que a partir del fin de semana buscará reforzar los controles vehiculares en los ingresos a la Ciudad de Buenos Aires.
El secretario de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro, afirmó este jueves que, a partir del fin de semana, la idea es cerrar "la mayor cantidad de ingresos posibles a la Ciudad de Buenos Aires" y que se harán "controles muy estrictos para determinar la veracidad de las actividades esenciales para circular" en el marco de las nuevas restricciones que serán anunciadas este viernes.
"Se está evaluando hacer un cierre más estricto el fin de semana y evitando la comunicación interjurisdiccional. Está en plena discusión", explicó D'Alessandro en diálogo con CNN argentina.
El funcionario precisó que "de los 106 ingresos a la Ciudad se pueden cerrar varios" y que "hay que trabajar con los permisos reales para que la circulación sea más estricta de lo que es ahora", en referencia a los trabajadores esenciales, quienes tendrían permiso para circular.
Si bien el secretario de Seguridad advirtió que "todavía no está decidido", ya están trabajando sobre la logística que necesitarán para llevar adelante los controles, algo que el presidente Alberto Fernández viene reclamándole a los gobernadores. En ese contexto, el funcionario porteño manifestó que van "a desplazar los móviles".
"Hay que parar la circulación del virus y desde el Estado vamos a estar trabajando muy fuerte para evitar las aglomeraciones. Estamos trabajando en la circulación interjurisdiccional y vamos a ser muy estrictos", adelantó.
Sobre el nivel de acatamiento que las nuevas medidas tendrían por parte de la sociedad, D'Alessandro resaltó: "El grueso de la población cuando se la concientiza cumple. Hay que distinguir el imbécil que hace una fiesta clandestina del comerciante que intenta sobrevivir vendiendo café en su comercio. Hay que ser duros e implacables con los que no cumplen la ley".
La idea del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta es que se imponga una prohibición de circular de lunes a viernes entre las 20 y las 6, y durante las 24 horas los fines de semana. Hasta el momento, son 18 los puntos que conectan a la Ciudad con la provincia de Buenos Aires que fueron cerrados entre las 20 y las 6, de lunes a viernes.
Al mirar con preocupación el aumento de casos, la administración porteña se alejó de la postura contraria a la profundización de las restricciones y ahora apuesta a un confinamiento estricto durante el fin de semana, que contemplaría un “cierre total los fines de semana” de las actividades comerciales del distrito, en un esquema similar a una fase 1, con el objetivo de desalentar los encuentros sociales y familiares en lugares cerrados.
Con esta medida, los sábados y domingos solo permanecerían abiertos los negocios esenciales como alimentación y farmacias, mientras que los locales gastronómicos podrían funcionar únicamente bajo la modalidad de delivery o take away. Estos últimos, podrían abrir al público de lunes a viernes, pero solo con mesas situadas en los espacios exteriores, mientras que los comercios no esenciales tendrían autorizada la atención de clientes solo desde la puerta de ingreso.
Asimismo, en el Gobierno de la Ciudad se analiza el posible cierre de los patios de juegos de las plazas para evitar las reuniones sociales en esos sitios, sumado a la implementación de mayores operativos de control para evitar las aglomeraciones y persuadir a las y los ciudadanos para que respeten el distanciamiento social y las medidas preventivas.
Alberto se reunió con gobernadores
El presidente Alberto Fernández encabezó este mediodía una reunión virtual con los jefes políticos de 11 provincias y de la Ciudad de Buenos Aires, espacio en el que el Gobierno nacional sostuvo que es momento de "hacer cumplir el DNU vigente", dado que "es el peor momento de la pandemia" y, si aumentan más los casos, "no hay sistema de salud que aguante".
Durante el encuentro, que duró casi tres horas, los representantes de la Casa Rosada sostuvieron la posición que ya vienen manifestando desde hace varias semanas: "La única manera de mejorar la situación (epidemiológica) es reducir la circulación".
En las últimas 24 horas se confirmó un nuevo récord de 39.652 casos y se registraron 494 muertes. Con estas cifras, el total de infectados asciende a 3.411.160 y las víctimas fatales son 72.265
A raíz de estos números, la posición mayoritaria de los gobernadores se puede resumir en el pedido de "no perder más tiempo" y avanzar "por más restricciones", puesto que la preocupación por la situación sanitaria fue compartida por todos los presentes, incluido Horacio Rodríguez Larreta.
El Jefe de gobierno porteño dijo coincidir "en que hay que poner más restricciones", habló de la importancia de "mostrarse juntos como buen mensaje" y afirmó que su jurisdicción buscará "controlar más los espacios gastronómicos y de encuentros sociales y en espacios públicos".
Uno de los puntos que se debatió es la suspensión de las clases presenciales en las áreas en las que se presenta una situación de "alerta" sanitaria. Esa medida ya fue dictada en el DNU que está en vigencia y que vence el viernes, pero no fue acatada oportunamente por la Ciudad de Buenos Aires, Mendoza y Santa Fe. En esta ocasión, "la mayoría amplia de los gobernadores adhiere a la suspensión", señalaron fuentes presentes en el encuentro.