Con el coronavirus expandiéndose a toda velocidad y poniendo en tensión los sistemas sanitarios del país, Alberto Fernández y los gobernadores acordaron avanzar en un mismo sentido: más restricciones, más controles, menos circulación. Bajo este consenso, el Presidente anunció un confinamiento estricto para los próximos nueve días en los distritos que se encuentren en "alto riesgo o en alarma epidemiológica", como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). La medida, que comenzará este sábado y se extenderá hasta el domingo 30 de mayo, vendrá acompañada de mayores controles, un pedido expreso de Casa Rosada para todas las jurisdicciones.
En un encendido discurso, que incluyó dardos a gobernadores rebeldes, el Presidente afirmó que "estamos viviendo el peor momento desde que comenzó la pandemia" y que no es tiempo de "especulaciones" políticas. En ese contexto, anunció que en las zonas de mayor gravedad epidemiológica quedarán suspendidas "las actividades sociales, económicas, educativas, religiosas y deportivas en forma presencial". Sólo estarán habilitados los comercios esenciales, los locales con envío a domicilio y para llevar. En cuanto a la circulación estará limitada a las cercanías del domicilio, entre las 6 de la mañana y las 18 horas, o por "razones especialmente autorizadas".
Finalizado el confinamiento, el Gobierno dispuso que desde el 31 de mayo hasta el 11 de junio inclusive se retomarán las actividades "en el marco de las medidas vigentes hasta el día de hoy", aunque se dispondrá que el fin de semana correspondiente al 5 y 6 de junio vuelvan a restringirse las actividades en las zonas más críticas.
Durante el anuncio, Fernández resaltó que las medidas durarán "solo tres días hábiles" y llamó a enfrentar la "catastrofe" sanitaria "unidos y sin sacar ventajas". "Les pido que no aceptemos que se niegue esta realidad que debemos superar, cada contagio y muerte debe pesar y conmovernos", expresó luego de finalizar otra jornada con altísimas cifras de casos positivos a nivel nacional.
Sobre la evolución de la pandemia, el mandatario destacó que las restricciones que se tomaron en el último tiempo "tuvieron un impacto positivo en las primeras semanas", aunque hace varios días "los casos comenzaron a aumentar en distintas zonas del país". "Es evidente que hubo decisiones que no compartimos, algunas de las cuales fueron judicialmente avaladas, que debilitaron las acciones contundentes que nosotros propusimos para controlar lo crítico de la situación", lanzó en clara referencia a la postura del jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y al fallo de la Corte Suprema sobre las clases presenciales.
Asimismo, el Presidente puntualizó tres problemas que considera que los gobernadores tienen que corregir: "En algunos lugares no se cumplieron todas las medidas que dispusimos, en otros lugares se implementaron de manera tardía cuando la experiencia indica que es decisivo anticiparse a la extensión de contagios y algo fundamental, en algunos lugares los controles se relajaron, han sido muy débiles o simplemente no existieron".
"Es decisivo que la autoridad de cada jurisdicción aplique estrictamente las normas que se están dictando. No hay lugar para especulaciones y no hay tiempo para dudar", concluyó el Jefe de Estado.
Asistencia económica
Para hacer frente al impacto de la crisis sanitaria, el Gobierno también informó sobre el desarrollo de un conjunto de instrumentos económicos como la ampliación del Programa de Recuperación Productiva (REPRO), que abarcará a los sectores que se verán afectados por el confinamiento con una inversión de $52.000 millones.
En paralelo, se estableció un incremento del monto del salario complementario para los trabajadores de los sectores críticos y la salud, que pasa de $18.000 a $22.000, además de la incorporación del sector gastronómico al Repro y reducción de las contribuciones patronales en los sectores críticos, por $8.500 millones.
En tanto, para las familias, desde mañana hasta fin de mes se inyectarán 18 mil millones de pesos en los bolsillos de los beneficiarios de la tarjeta Alimentar; una medida que anunció el Presidente hace dos semanas.
Consenso con los gobernadores
Previo a la cadena nacional, el mandatario completó ayer la habitual ronda de consultas con gobernadores y les pidió enfáticamente que cumplan con el semáforo epidemiológico que continuará vigente en el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). El mensaje que bajó el Presidente fue claro: "no hay sistema de salud que aguante". En el encuentro, que duró casi tres horas y contó con la participación de la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, los mandatarios provinciales coincidieron en que urge implementar medidas más fuertes. Entre las principales preocupaciones que manifestaron se encuentra el alto nivel de ocupación de camas de terapia intensiva y el descenso en la edad promedio de los internados. "Es muy preocupante la internación de gente de mediana y joven edad", describió uno de los mandatarios.
En el Gobierno recuerdan con insistencia que, según las normas vigentes, las jurisdicciones tienen la potestad de implementar medidas adicionales sin necesidad de que las tome el Poder Ejecutivo nacional. Por ello, les piden que acompañen en forma activa el DNU, intensifiquen los controles y adopten disposiciones excepcionales de acuerdo a la situación epidemiológica local.
Tal como viene sucediendo desde el inicio de la pandemia, el gobernador Axel Kicillof anticipó que seguirá los lineamientos del nuevo decreto que comenzará a regir desde las 0 del sábado. Por su parte, Rodríguez Larreta, confirmó que también "va a acompañar" la decisión presidencial. "En este momento de tanta angustia es importante llevar tranquilidad trabajando de manera coordinada con el gobierno nacional y las provincias", dijo Rodríguez Larreta durante la conferencia de prensa en donde precisó las medidas que implementarán en el distrito.
En una maniobra que da marcha atrás a la posición rígida que venía adoptando, el jefe del Ejecutivo porteño informó que la semana que viene se suspende la presencialidad en la Ciudad. "Los días miércoles, jueves y viernes de la semana que viene los chicos no van a tener clases" afirmó y aclaró rápidamente que "a partir del lunes 31 de mayo, se volverá a la situación actual".
El volantazo del jefe de Gobierno no hace más que graficar que existe un consenso generalizado en que el escenario es de extrema gravedad y que ya no hay mayor margen para rebeldías. "Estamos todos preocupados y hay que trabajar así, consensuando, dialogando, acordando, porque es la mejor manera de cuidar la salud de todos los argentinos", aseveró Rodríguez Larreta en consonancia, en esta oportunidad, con las disposiciones de la Casa Rosada.