El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz pidió que el Fondo Monetario Internacional revise la política de sobretasas de interés si se superan los montos límite de acceso en los programas de préstamos del organismo. A tono con el reclamo sostenido por Martín Guzmán que manifestó que esta política "crea más desigualdad, es regresiva y en un futuro próximo será cada vez más perjudicial para los países que pedirán un acceso excepcional". Stiglitz calificó a las sobretasas como "procíclicas".
Fue durante el panel que compartió con el propio Guzman y la directora general del FMI, Kristalina Georgieva, denominado "Solidaridad Financiera y Fiscal" que formó parte del encuentro llamado "Soñando un mejor reinicio", organizado por la organizado por la Academia Pontificia de Ciencias del Vaticano.
En economía, las políticas procíclicas, como podría ser aumentar el gasto público y reducir impuestos en momentos en que la actividad crece y reducir el gasto y aumentar impuestos en épocas de recesión, son cuestionadas por profundizar y alargar el efecto de los ciclos sobre el PIB, generando mayor inestabilidad además de promover un desbalance sobre las finanzas públicas. Por el contrario, políticas contracíclicas tienen como objetivo suavizar las oscilaciones propias de las economías de mercado.
“La consecuencia es que básicamente la estructura financiera del FMI se basa en obtener dinero de los países pobres y necesitados, y no es así. La estabilidad financiera global es un bien público que debería ser apoyado por la comunidad internacional y no por esos países que están en una necesidad desesperada”, argumentó Stiglitz.
La política de sobretasas
Uno de los principales reclamos de la gira de Alberto Fernández en Europa, y que el ministro Martín Guzman plantea desde el año pasado en cada foro internacional en el que participa, fue el tema de las sobrecargas en las tasas que son aplicadas por el FMI a países que se endeudan muy por encima del crédito que le corresponde por su cuota de participación en el organismo.
En el caso de Argentina, que se endeudó por una cifra de más de 1.000 por ciento con respecto a su cuota, la sobretasa aplicada fue de 2 puntos porcentuales anuales en los intereses del crédito. Sobre un monto total de 45 mil millones de dólares, equivaldría a 900 millones anuales de sobreinterés.
El pedido de eliminar o reducir las sobretasas fue apoyado por todos los países que visitó el Presidente e incluso Portugal, que fue uno de los damnificados por esta política: “Nosotros también enfrentamos un problema muy difícil con el FMI", explicó durante el encuentro con el presidente el primer ministro de Portugal António Costa: "Cuando llegué al poder me encontré que estábamos pagando una sobretasa de interés", completó. Entre otros países castigados por sobretasas se encuentran Ecuador, Egipto y Ucrania.
De acuerdo a una entrevista que Héctor Torres, quien fue representante de Argentina en el FMI le concedió a EldiarioAr, se trata de una regla injusta por partida doble que el FMI mantiene debido a que Estados Unidos, Japón y sobre todo los países europeos no quieren perder poder relativo: no autorizan a aumentar la cuota en línea con el aumento del PBI y después penalizan porque un país pide más de lo que corresponde.