Salem’s Lot
Tobe Hooper
1979
Un susto mayúsculo que marcó a fuego las mentes y paró los pelos de los brazos de toda una generación de espectadores. Cuando la versión televisiva de Salem’s Lot fue emitida a finales de los años 70 en la tevé de aire, nadie imaginaba que las imágenes del vampiro verde interpretado por Reggie Nalder saliendo de su ataúd, o las del pequeño hermano de Lance Kerwin golpeando la ventana del dormitorio, quedarían grabadas en la antología de las mejores secuencias de terror de la historia. Tobe Hooper se tomó muy en serio la adaptación a la pequeña pantalla de la novela de Stephen King de 1975, y a pesar del moderado presupuesto del proyecto –una típica miniserie en dos partes, con tres horas de duración total– logró transformarla en un verdadero festín de suspenso y horror vampírico. David Soul es el exitoso novelista Ben Mears, regresando por primera vez en mucho tiempo a su pueblo natal, Salem’s Lot, dispuesto a enfrentar los miedos que lo acechan desde pequeño y encontrándose, en cambio, con un monstruo mucho más terrible y real que los de la infancia. James Mason encarna de manera magnífica al procurador de almas para su amo chupasangre, escondido detrás de las paredes de la mansión abandonada, una de las muchas “casas embrujadas” que aparecerán de allí en más en la obra de King. A pesar de contar con un excelente reparto encabezado por Rob Lowe, Rutger Hauer y Donald Sutherland, la adaptación televisiva de 2004 no llega a rozar los talones de la versión 79, un clásico terroríficamente inolvidable.
11.22.63
Kevin Macdonald y otros
2016
Publicada originalmente en el año 2011, la adaptación de la novela fantástica 11.22.63 –cuyo título remite a la fecha del asesinato de Jonh F. Kennedy– llegó cinco años más tarde. Jake Epping, un maestro de escuela de un típico pueblo (de Maine, de dónde si no), interpretado por James Franco, es introducido en las artes de los viajes temporales, elegido a dedo por su antecesor para detener de una vez por todas el tristemente célebre magnicidio, y cambiar así el futuro de la humanidad. En los ocho capítulos producidos por J.J. Abrams, en su primera incursión en el universo King, hay muchos elementos de suspenso, un poco de acción e incluso se advierte la posibilidad de algo parecido al romance, pero una porción sustancial del atractivo de la historia descansa en el juego con las paradojas temporales, siempre abiertas a las mil y una elucubraciones, y a la posibilidad del “qué hubiera ocurrido si...”. Franco hizo las veces de productor ejecutivo junto a Abrams y el guion en su totalidad fue firmado por el propio King. Según declaró el autor de la novela –cuya versión televisiva contó con un importante despliegue para reproducir los ambientes y modismos de los años de la Guerra Fría– “nunca había intentado escribir algo parecido a esto. Fue realmente raro al principio, como ponerse un par de zapatos nuevos. Si alguna vez llego a escribir una secuela, será sin duda sobre Jake intentando detener a una persona inescrupulosa que intenta cambiar el pasado de una manera terrible”.
Mr. Mercedes
Jack Bender y otros
2017-19
Basada en la trilogía de libros con el personaje central de Bill Hodges –Mr. Mercedes, Quien pierde paga y Fin de guardia–, las tres temporadas de la adaptación seriada ofrecen una de las grandes actuaciones de Brendan Gleeson, en la piel de un detective de la policía retirado pero aún obsesionado por un caso nunca resuelto, el de un asesino serial responsable de más de una docena de muertes y fanático de los automóviles Mercedes Benz. Muerto el homicida, el relato se reinicia con nuevos desafíos, como el de la muerte de un escritor interpretado por Bruce Dern que pone a Hodges nuevamente tras los pasos del responsable. Lo que permanece intocable, más allá de los detalles de cada pesquisa, es la senda del estudio psicológico de los traumas del protagonista y su eventual némesis. Entusiasmado con el resultado de la adaptación, que no lo tuvo como guionista, King declaró que sería feliz si se produjera una cuarta temporada, y que la decisión de alterar el orden de los libros estuvo originada en el hecho de que “querían terminar con la historia del enemigo número 1 de Bill, Brady Hartsfield. Creo que fue una decisión acertada, que además llevó a un final espectacular para la segunda temporada”. Sin elementos fantásticos y con claras influencias de escritores como James M. Cain (la primera novela está dedicada justamente al autor de El cartero siempre llama dos veces), la serie merece una revisión y, tal vez, una revalorización de sus virtudes, que no son pocas.
The Stand
Vincenzo Natali y otros
2020
La novela postapocalíptica por excelencia en la bibliografía de King, The Stand (publicada originalmente en 1978 y traducida al español como La danza de la muerte y luego como Apocalipsis) disfrutó de un primer intento de adaptación al cine que tenía al mismísmo George A. Romero como posible director y a King como guionista. La cosa, por desgracia, no pudo ser, y la historia fue finalmente trasladada a las pantallas hogareñas en sendas miniseries, la primera de ellas producida en 1994. La segunda versión debutó en plataformas de streaming el año pasado y sigue en líneas generales el relato central del texto: luego de que una pandemia acaba con el 99 por ciento de la población de los Estados Unidos, los sobrevivientes se dividen en dos grupos. Uno de ellos reponde a la Madre Abigail (Whoopi Goldberg) en Boulder, Colorado, mientras que aquellos que se inclinan por el mal siguen la figura de Randall Flagg (Alexander Skarsgård) en la ciudad de Las Vegas. Si bien King no estuvo involucrado en la escritura de los guiones, sí propuso una nueva coda para el final de la historia. Para el showrunner Ben Cavell, “en cuanto se toma la decisión de transformar un libro en algo filmado, uno se enfrenta a enormes cambios. No existe algo así como ‘ser fiel’, porque siempre el traspaso lo cambia todo. Pero parte del placer de los libros de Stephen King radica en que tienen una vida interna: él siempre ofrece más acceso que cualquier otro autor a los pensamientos y sueños más secretos de los personajes. Y eso es algo que puede externalizarse en la pantalla”.