La curva de contagios en la Ciudad de Buenos Aires se volvió difícil de disimular y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no le quedó más alternativa que acompañar las nuevas disposiciones del Poder Ejecutivo Nacional para mitigar la violencia de la segunda ola de covid-19. Por ahora para Larreta la gran duda es la actividad comercial de carácter no esencial. Entonces, mientras espera la publicación del nuevo DNU, sus colaboradores adelantaron que este sector podrá continuar trabajando solo desde la puerta de ingreso, para afuera.
Algunas cosas quedaron claras: los casos continúan aumentando, y con un índice de contagiosidad (R) de 1,07 y una ocupación de camas de Terapia Intensiva que asciende al 83 por ciento en el sector público, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires comenzó a preocuparse. Fue por eso que, luego de varios meses de disputa con los mandatarios nacionales, decidieron sumarse al confinamiento estricto que regirá desde este sábado y hasta el domingo 30 de mayo, inclusive.
En este sentido, junto con el confinamiento --tal vez, un eufemismo para fase 1--, en la Ciudad estarán prohibidos los encuentros sociales tanto en lugares cerrados como abiertos, y la circulación estará limitada a actividades de cercanía tales como ir a al supermercado o a la farmacia del barrio; pero también de esparcimiento y para actividades deportivas individuales. En sintonía, el transporte público y la circulación interjurisdiccional estarán limitados estrictamente al personal abocado a tareas esenciales, y se cerrarán 71 accesos a la Capital --con controles en los 56 abiertos restantes. Sobre esto, los gobiernos nacional, provincial y porteño acordaron fortalecer los controles en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Sin embargo, y a pesar de haber adherido a la mayoría de las medidas anunciadas por el Gobierno nacional, luego de la conferencia de prensa de Rodríguez Larreta quedaron dos dudas que surgieron a partir de diferencias entre un anuncio y otro: por un lado, la cuestión de la suspensión de la clases en la Ciudad; por otro lado, si los comercios no esenciales podrán atender desde la puerta de ingreso como sostuvo el gobierno porteño o si deberán suspender sus actividades, según lo dispuesto por Nación.
Sobre este último punto, fuentes de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad explicaron a Página|12 que se estaba aguardando la publicación del texto final del DNU que asentara las medidas anunciadas durante el jueves por la noche. “Se está a la espera del decreto para pulir detalles y analizar medidas”, sostuvieron. Pero adelantaron que el esquema de los no esenciales se mantendría tal cual lo evaluado durante la semana y lo expuesto en la conferencia de prensa. De esta forma, mientras la actividad comercial podrá funcionar según los protocolos vigentes, el comercio no esencial lo hará de la “puerta hacia afuera con delivery o para llevar, con compra previa de forma electrónica o por teléfono”. Esta disposición solo sería aplicable a aquellos trabajadores y trabajadoras que vivan en la Ciudad de Buenos Aires, debido a la prohibición de circulación interjurisdiccional.
Esta salvedad no alcanza, sin embargo, al área de servicio doméstico. Por un lado, porque al no estar contemplado como actividad esencial, no estará habilitado para circular; al menos, hasta que se publique el listado con las tareas exceptuadas a las restricciones de circulación, y solo en caso de que esté incluido en el mismo. "Por el momento, sin ver la letra fina, es solamente esenciales, por lo cual no queda alcanzado el servicio doméstico”, sostuvo el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, en la noche del jueves.
Y, por otro lado, porque se pretende limitar los encuentros en lugares cerrados --misma razón por la que no se podrá ingresar a comercios no esenciales. En este sentido, el funcionario porteño afirmó que el área de servicios no podrá funcionar “por los próximos 9 días” y que “a partir del 31 volvemos a la modalidad actual”. Estos locales incluyen a peluquerías, salones de belleza y demás comercios a los que se suele ingresar para ser atendido.
Informe: Sofía Moure