Ceuta es uno de los escenarios del presente de escarnios contra quienes huyen de la miseria y se topan con la barbarie artillada.

Las imágenes que circularon por todo el mundo expresan de manera contundente la ferocidad estatal a la hora de atacar a los migrantes que huían desesperados en las costas africanas.

En efecto, el gobierno del presidente Pedro Sánchez a nombre del Estado español y del reino desplegó fuerzas armadas con carros de combate incluidos para rechazar el ingreso de miles de mujeres y hombres que escapaban de la persecución del Estado marroquí.

Ceuta y Melilla son los últimos enclaves del ex imperio español en África.

La ferocidad de la represión explícita, el talante xenófobo del capital y el Estado, más allá de las etiquetas, estos hechos demuestran una vez más lo que Mijaíl Bakunin dijo sin vueltas: el carácter expansionista y opresor de todo Estado, la saña conquistadora a sangre y fuego.

Estamos en vísperas de un nuevo aniversario el del fatídico 25 de mayo de 1879, cuando el genocida general Roca encabezó la parada militar luego del exterminio en la Patagonia. Este es un acontecimiento fundacional del moderno Estado en la Región Argentina.

Pasado y presente, brutalidad represiva.

 

Carlos A. Solero