Roman Protasevich, periodista y opositor al gobierno de Alexander Lukashenko, fue detenido este domingo después de que un avión de combate bielorruso interceptara el vuelo de Ryanair y lo desviara hacia Minsk por una supuesta amenaza de bomba. Líderes de la Unión Europea (UE) condenaron el hecho e integrantes de la OTAN exigieron una investigación sobre el "grave y peligroso incidente".

Protasevich, de 26 años, fue detenido junto a su pareja, Sofia Sapega, una ciudadana rusa y estudiante de derecho en la Universidad Europea de Humanidades (EHU) de Lituania. Ambos viajaban en un vuelo de Ryanair con destino a Vilna que fue desviado cuando se encontraba en el espacio aéreo bielorruso.

“Parece que la intención de las autoridades era llevarse a un periodista y a su compañera de viaje”, declaró el director ejecutivo de la aerolínea low cost irlandesa, Michael O’Leary. “Creemos que también había algunos agentes del KGB (de la agencia de seguridad bielorrusa) desplegados en el aeropuerto”, agregó el ejecutivo y aseguró que “fue un secuestro patrocinado por el Estado, fue piratería patrocinada por el Estado”.

Protasevich y su colega Stepan Putilo dirigían hasta hace poco los canales Nexta y Nexta Live en Telegram -con cerca de dos millones de suscriptores-, desde donde se convocó a protestar contra el gobierno de Lukashenko, que ejerce el poder en el exterritorio soviético desde 1994.

En 2020, Protasevich y Putilo fueron incluidos en la lista bielorrusa de "individuos implicados en actividades terroristas". Ambos fueron acusados de provocar disturbios masivos, un delito castigado con hasta 15 años de cárcel.

Luego de la detención del periodista, el ministro de Relaciones Exteriores de Bielorrusia insistió en que el país había actuado legalmente y acusó a los occidentales de intentar “hacer política”.

"No hay duda de que las acciones de nuestras autoridades competentes (...) cumplieron plenamente las normas internacionales establecidas", dijo el portavoz del ministerio, Anatoly Glaz, en un comunicado, en el que acusó a Occidente de "politizar" la situación y aseguró que “se están haciendo acusaciones infundadas".

La líder de la oposición bielorrusa, Svetlana Tijanóvskaya, dijo desde el exilio en Lituania que “es absolutamente obvio que se trata de una operación de los servicios secretos para capturar el avión con el fin de detener al activista y bloguero Roman Protasevich".

Rechazo de la UE y la OTAN

Representantes de la UE y otros países occidentales ya habían impuesto sanciones al gobierno de Lukashenko por la represión de manifestaciones después de haber sido reelecto para su sexto mandato en unas elecciones que la oposición tilda de fraudulentas.

El desvío del avión y la detención de Protasevich fue calificado de “indignante e ilegal” por la jefa de la UE, Ursula von der Leyen, mientras que Polonia denunció "un acto de terrorismo de Estado" y Francia pidió una "respuesta fuerte y unida".

La OTAN exigió una investigación sobre el "grave y peligroso incidente" y el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, lo calificó de "impactante" por poner en peligro "la vida de más de 120 pasajeros, entre ellos ciudadanos estadounidenses".

Respaldo de Rusia

Rusia, la principal aliada de Bielorrusia, mostró poca preocupación y la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, María Zajárova, criticó la indignación occidental.

"Nos sorprende que Occidente califique de 'sorprendente' el incidente en el espacio aéreo bielorruso", dijo Zajárova en Facebook, acusando a los occidentales de "secuestros, aterrizajes forzosos y detenciones ilegales".