La volatilidad de las criptomonedas sigue sorprendiendo en las últimas jornadas. Este lunes hubo un rebote de casi el 15 por ciento en el bitcoin y de más del 20 por ciento en otras monedas de elevada capitalización y volumen de mercado como ethereum. Sin embargo estos activos digitales venían de experimentar retrocesos de precio de casi el 30 por ciento en unas pocas horas y de más de casi 50 por ciento en las últimas semanas. El bitcoin que actualmente cotiza por encima de los 39 mil dólares tenía un valor de más de 63 mil dólares a mediados de abril.
El fuerte movimiento de precios de las criptomonedas sigue generando controversias entre los economistas e inversores que confían en estos activos y aquellos que plantean que son una gran burbuja que terminará colapsando con valores cercanos a cero. Parte de los elementos que explicaron el fuerte retroceso de la cotización del bitcoin desde abril, con una baja de más de 20 mil dólares en su valor de mercado, fueron los comunicados de China que aseguran que tomará nuevas medidas para proteger a los usuarios del sistema financiero.
Por un lado se prohibió a las entidades bancarias que operen con cualquier servicio vinculado a las criptomonedas y al mismo tiempo se difundió un comunicado en el que se adelanta que uno de los próximos pasos será desalentar la industria de la minería de bitcoin. En los últimos meses el fuerte gasto de energía de este sector llevó a referentes mundiales a alentar sobre el impacto para el medio ambiente de este tipo de tecnologías. China había prohibido las operaciones con moneda digitales pero ahora reforzará los controles.
Las alertas por la posibilidad de una burbuja en el mundo de las criptomonedas también llegaron desde Estados Unidos aunque con un tono más moderado. Ese país en los últimos meses se mostró permisivo el último año con la suba exponencial del bitcoin y el resto de las monedas digitales al punto de acercarlas al mercado financiero tradicional. La principal casa de intercambio de criptomonedas del mundo llamada Coinbase fue autorizada para comenzar a operar en la bolsa de Nueva York y batió un record en su salid a bolsa.
No obstante, desde distintas áreas del Gobierno norteamericano empiezan a poner la lupa cada vez más de cerca sobre el sector. Por ejemplo en la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos publicaron recientemente un alerta para informar sobre las estafas vinculadas al mundo de las monedas digitales. El informe plantea que “invertir en criptomonedas significa asumir riesgos pero ser estafado no debería ser uno de ellos”.
Se menciona que desde octubre de 2020 los casos de estafas se han disparado con más de 7 personas que comunicaron pérdidas de más de 80 millones de dólares. Estas pérdidas subieron en más de 10 veces respecto de informes anteriores.
En detalle el documento preciso que las personas de 20 a 49 años registraron cinco veces más probabilidades de hacer un reporte de pérdida de dinero en estafas de inversión en criptomonedas que los grupos de mayor edad. Se agrega además que las cifras son especialmente elevadas dentro del grupo de personas de entre 20 y 30 años. “Este grupo informó perdió mucho más dinero en estas estafas que en cualquier otro tipo de fraude”, se indicó.
Los reportes de alerta fueron una constante en las últimas semanas en distintos países. En la Argentina, por caso, el Banco Central junto a la Comisión Nacional de Valores difundieron un documento conjunto para prevenir a los inversores minoristas sobre la vulnerabilidad que puede generar participar en el mercado de criptoactivos.
“Los criptoactivos presentan riesgos y desafíos para sus usuarios, inversores y para el sistema financiero en su conjunto”, indicaron los organismos. La publicación mencionó que si bien los criptoactivos no evidencian niveles significativos de aceptación en Argentina, la velocidad de los desarrollos y el creciente interés hacen necesaria una actitud precautoria frente a los mismos.
“Es importante que quien decida operar con criptoactivos o invertir con productos relacionados con ellos acceda a información suficiente para entender y evaluar los riesgos asociados a los mismos. Estas tecnologías podrían contribuir a promover mayor eficiencia e innovación financiera pero no son dinero de curso legal”, sentenció la alerta.