Desde Santa Fe.
Rafael Bielsa cumplió el compromiso con sus compañeros y con su historia. Hace un año les había dicho que antes del estreno de Operación México, que llevó al cine su novela sobre Tulio Valenzuela y Raquel Negro, la película se iba a ver en Santa Fe. El martes, fue la avant premier a la que él no asistió. Hoy es el gran estreno en Buenos Aires, 17 de noviembre, el día de la militancia peronista: "Patria o muerte", como decía la consigna que promocionó el filme. Y ayer, esa historia de amor, militancia y misterio se develó en la ciudad de "María", como "Tucho" llamaba a su compañera. "Cumplí", dijo Bielsa, aún emocionado por la trama. "Cumplí con una de las dos figuras que inspiraron el libro, con cuatro años de trabajo en los que me comprometió con el cuerpo en el máximo nivel de entrega de que yo soy capaz", dijo. "Pero falta alguien", comentó Rosario/12. "Sí, falta el mellizo", respondió Bielsa. El hijo desaparecido y probablemente apropiado de Tucho y María, que su hermana Sabrina Gullino busca "mucho, entrañablemente". "Eso es lo más importante. Si para algo me gustaría que sirviera esta película y este libro es por el mellizo", para encontrarlo.
La película dirigida por Leonardo Becchini se exhibió en el microcine de Festram, en el complejo presidente Néstor Kirchner. Y tuvo su connotación política: reunió a todos los sectores del peronismo santafesino. "No lo puedo evitar, pero no lo voy a fomentar", aclaró Bielsa. Después, firmó ejemplares de Tucho, la Operación México, o lo irrevocable de la pasión.
La única identidad entre la novela y el film es la historia que protagonizan Luciano Cáceres y Ximena Fassi. "El gran mérito del director es haber creado un producto que se sostiene. A mi me emocionó y conozco la historia", dijo Bielsa. Y subrayó las actuaciones de Héctor Calori (que personifica al genocida Leopoldo Fortunato Galtieri), Patricio Contreras (el general Jáuregui) y Luis Ziembrowski (Jaime Dri, que relató el martirio de la Quinta de Funes) "Realmente me emocionó en el mejor sentido de la emoción, la que exalta el sentido de los valores".
Bielsa dijo que no conoció a "Tucho", aunque militaron en la misma época. "Me enteré de la historia en el año '80, en España, y aún contada a grandes rasgos como la supe por primera vez, me emocionó. Y eso sumado a la distancia, a todos sus ingredientes, a la derrota política que estábamos experimentando en ese momento fue una cosa muy conmocionante".
"Esa historia me quedó. Después, en distintos momentos de la vida, la fui completando con distintos datos y versiones. A medida que uno envejece no todo empeora, a veces el juicio no debería empeorar o no está escrito que empeore", ironizó Bielsa.
"Una periodista me preguntó cuál era la autocrítica. Le contesté: 'En el arte no hay autocrítica. Eso es de otra esfera, de la política de la toma de decisiones, del desempeño público. En el arte, hay una obra de arte o no la hay y eso lo juzgan los especialistas y los lectores'".
-‑Falta alguien. Falta el mellizo de María y el Tucho -recordó Rosario/12.
-‑Eso es lo primero, lo más importante. Porque si para algo me gustaría que sirviera el recuerdo de esta historia y si para algo estoy acá (en Santa Fe) es para decirle a María que no todos cambian, que a veces el pueblo no cambia de idea. Es por eso, por el mellizo, porque en algún lado está. Su hermana lo busca, mucho, entrañablemente. Me cuesta encontrar una historia con tantos condimentos que están vinculados con la mejor expresión de nuestra condición humana. Y por eso termina como termina.