A través del cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, la jerarquía de la Iglesia Católica insistió en la idea de “salir juntos y mejores” de la crisis que implica la pandemia sanitaria, reiterando a su vez que “el diálogo es el camino” porque “si hay voluntad de acordar dialogando, podemos achicar las diferencias y estaremos más cerca de lograr el destino común”.
El arzobispo porteño pronunció una homilía en el tedeum (rito de acción de gracias) celebrado en la catedral de Buenos Aires con ocasión de la fiesta patria del 25 de mayo. El obispo hizo suya una frase de Manuel Belgrano en una carta a Bernardino Rivadavia. “Me hierve la sangre al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se resolverían rápidamente si hubiese un poco de interés por la patria”, resaltó.
Utilizando un tradicional estilo eclesiástico de aludir a la coyuntura usando analogías y sin mencionar de manera expresa situaciones o protagonistas puntuales, Poli recurrió también a Belgrano para decir que él “concibió la idea de la patria plural y diversa en la forma de pensar, pero unida a la hora de decidir su rumbo que compromete a todos, con la contundente voluntad de acordar en lo esencial para el bien común”.
En otro pasaje, el cardenal afirmó que “por momentos se instala la idea de un doble destino para los argentinos: fracasado o exitoso; con educación para todos o sumergidos en la ignorancia, abundancia para pocos o pobreza para muchos, exclusivo o inclusivo, cerrados al mundo o globalizado, con oportunidad para todos o solo los privilegiados”.
Sin embargo, reafirmó Polí, “escuchando el grito de libertad e independencia que recorre nuestra historia y llega hasta nosotros cada vez que la celebramos”, se puede sostener que “hay un solo destino colectivo para nuestro pueblo: fraterno, solidario, con educación, salud y justicia, con igualdad de posibilidades para el acceso a la tierra, al techo y al trabajo, valorando y respetando la vida de todos”.
La alocución del arzobispo de Buenos Aires estuvo marcada por referencias bíblicas e históricas, pero siempre atravesada por la insistencia en el diálogo y en la necesidad de “achicar las diferencias” mediante la “voluntad de acordar dialogando”.
Poli retomó también palabras de un reciente documento de los obispos argentinos reunidos en asamblea plenaria (21 de abril de 2021) en el que la jerarquía católica afirmó que frente a “la dura realidad de estos días, en la dramática extensión de la pandemia con su secuela de enfermedad y muerte, se han acentuado la pobreza, la exclusión, la falta de trabajo, así como las expresiones de un creciente enfrentamiento político… renovamos nuestra convicción de que el diálogo es el camino para afrontar juntos, como comunidad nacional, esta etapa difícil y exigente”.
Y en la ocasión los obispos demandaron a la dirigencia política “auténtica capacidad de liderazgo para ejercer con nobleza la vocación política, comunicando claramente la situación en cada momento, suscitando y alentando el compromiso y el empeño de todos, dejando de lado las descalificaciones y posturas que promuevan el resentimiento y la división”.
Antes, el cardenal había señalado que “es bien sabido que siempre han existido los embriagados por el ansia de poder, ese ejercicio de escalar para ver ‘cuál es el mayor’, ‘el más grande’: es una constante en la historia de la humanidad”. Y subrayó que “ambicionar los primeros puestos en la escala social es habitual y no siempre con espíritu de servicio; no hay oficio o profesión, ni aun la más elevada vocación de servicio, que no esté expuesta a esta seducción”.
En el mismo sentido, el cardenal hizo suyas palabras del papa Francisco quien en la encíclica Fratelli Tutti afirmó que “ante tantas formas mezquinas e inmediatistas de política, recuerdo que la grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo”.