La posición negacionista del espacio Médicos por la verdad y sus acólitos ayer consiguió la consecuencia penal que sus protagonistas parecieran haber buscado. Se convocaron en el Monumento a la Bandera, a pesar de las advertencias y las denuncias penales acumuladas, y esta vez la policía intervino para disuadir. La reacción de los anticuarentena sumó hostilidad y provocación, y terminó con más de 25 personas detenidas, entre ellas, la cara visible de la movida, el oftalmólogo fueguino Mariano Arriaga, que ya el domingo había protagonizado un mitín similar en el parque Sunchales. Quedaron detenidos y serán imputados por infringir el Código Penal al instigar delitos de acción pública.
La movilización corría en redes sociales desde hace semanas. El primer ensayo se cumplió el domingo ante la presencia pasiva de policías y municipales, y la ausencia de algún fiscal que actuara de oficio. Tras esa manifestación pública, en oposición a la normativa de restricciones vigentes, cayeron en cascada sucesivas denuncias en el Ministerio Público de la Acusación: la Asociación de Médicos de la República Argentina seccional Santa Fe, el Colegio de Médicos 2° Circunscripción, luego el ministro de Seguridad provincial Jorge Lagna, y la concejala Norma López por flagrante violación a los artículos 205 y 209 del Código Procesal Penal.
Y ayer, pasado el mediodía, volvieron a la carga pero en otro escenario de la costa: la explanada del Monumento. Algunas personas descalzas, con declamado afán de meditación, varias que se quitaron el tapabocas apenas llegaron, algunas otras con banderas argentinas, formaron una amplia ronda en torno al mástil mayor, con las palmas al cielo.
La Policía había desplegado efectivos de antemano, a sabiendas de la cita lanzada en redes. Con la jefa provincial Emilse Chimenti a la cabeza, intervinieron para dispersar la aglomeración de personas, y así empezaron los primeros escarceos. Hubo expresiones hostiles hacia los agentes y hacia los trabajadores de prensa que cubrían el momento. Los acérrimos desobedecían la orden de colocarse el barbijo, y si lo hacían, se lo quitaban apenas quedaban fuera de la mirada policial. El clima sumó tensión y con los primeros arrestos, no sin forcejeos de parte de hombres y mujeres bien vestidos, empezaron los encontronazos contra los propios efectivos policiales.
"Lo que hace esta gente es una locura y una falta de respeto a la población y a nosotros que no queremos contagiarnos . No tienen conciencia", lamentó Chimenti mientras intentaba en vano persuadir a una pareja de anticuarentena.
Un hombre joven, con un niño sobre los hombros, le dijo al móvil de Canal 5: "No uso barbijo porque no hay demostración científica que demuestre que nos previene de algo", espetó y tras ello se declaró enfermero de profesión y empleado en un hospital, pero no se identificó.
Hubo disparos de balas antitumulto, gritos y alaridos sobre "la libertad cercenada", "¡dictadura!", "la mentira de Bill Gates" y cosas así, y una combi policial que pronto cargó una decena de negacionistas que entraron bufando, detenidos y a la espera de una imputación penal que les caerá esta semana.
Entre los detenidos cayó el oftalmólogo Mariano Arriaga, el referente de los autodenominados "Médicos por la verdad", espacio que niega que la pandemia exista y lo atribuye a un complot planetario urdido por el fundador de Microsoft, además de desaconsejar las medidas de prevención que demanda el gobierno y la comunidad sanitarista.
Arriaga inició esta movida de rebelión en pandemia el año pasado, desde localidades patagónicas. Hace 15 años estuvo acusado en Ushuaia por estafa contra una obra social. Ayer desde el MPA se informó tras la detención de este médico que "tenía orden de captura por los delitos de instigación a cometer delitos, instigación pública y violación de las medidas sanitarias contra una epidemia. En los próximos días será llevado a audiencia imputativa".
Un grandote sin barbijo, de corbata, gafas negras y bandera en ristre, mientras pretendía intimidar a una reportera gráfica que hacía su trabajo, dijo a modo de reproche que a su madre "le pusieron la Sputnik sin decirle lo que tenía, y después le puse un imán y se le quedó pegado en el brazo". Este sujeto, de ademanes filonazis, es el mismo que en los últimos años ha protagonizado irrupciones similares en la ciudad: contra las Madres de Plaza 25 de Mayo en 2017, y contra la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, al año siguiente, frente a la Municipalidad.
Luego de las primeras escaramuzas con la primera tanda de detenidos rumbo a la seccional 2ª, otros anticuarentena regresaron junto al mástil mayor y reintentaron la manifestación. Un par de cientos de covidiotas se congregaron de pronto. Y cuando la policía volvió para disuadirlos, estos resistieron ya con violencia abierta.
Un hombre zamarreó y golpeó a una mujer policía hasta derribarla, en una de las escenas más violentas. Por momentos, los covidiotas parecían rodear y superar en número a la brigada policial, y no faltaba alguno más exaltado que otro que arremetía contra los escudos con una patada.
"Quienes hayan puesto en riesgo al salud de nuestras mujeres y hombres empleados policiales, deberán responder antes la justicia. Esperamos que fiscales y jueces establezcan sanciones ejemplificadores para estos criminales conspiracionistas", dijo Diego Llumá, del Ministerio de Seguridad.
La comisaria general Chimenti comentó: "Entre los detenidos hay, gente grande, joven, profesionales. No entienden de razones, a una compañera un hombre le pegó una piña en la cara. Es lamentable", dijo.
La policía finalmente doblegó la rebelión y entonces arrestó a una veintena de personas por orden del fiscal Marcelo Vienna. La Agencia de Investigación Criminal (AIC) informó que se analizarán videos y fotografías que permitirán identificar y denunciar penalmente a a otros agresores presentes.
La Municipalidad de Rosario informó que multará e incluso clausurará a los comerciantes y empresarios de medicina privada que hubieran participado en en agrupamiento y agresiones a las fuerzas del orden durante esta manifestación.