Estudiar una carrera universitaria y dedicarse a un deporte de alto rendimiento puede parecer un deseo difícil de concretar y es que, en la mayoría de los casos, las personas no encuentran el acompañamiento necesario para llevar adelante ambas responsabilidades. Luciana Codesal, arquera del seleccionado nacional de handball femenino y estudiante de Ingeniería Biomédica, encontró en el programa de Doble Carrera de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) la ayuda necesaria para poder seguir con sus dos pasiones.
En diálogo con el Suplemento Universidad, la joven de 22 años que cursa el cuarto año de la carrera y juega en Ferro, destacó que en 2017, cuando comenzó con sus estudios en la UNSAM, no sabía del programa, que recién conoció una vez que tuvo que viajar con el equipo por un torneo y eso le impedía presentarse a un final. “Cuando recurrí al Departamento de Alumnos para pedir el mail de un profesor y avisar que no podía presentarme al examen, la Facultad supo quién era y yo descubrí este programa que me permitió continuar con mi vida deportiva”, destacó.
El programa de Doble Carrera está vigente en diferentes universidades y el objetivo es integrar la carrera universitaria de un estudiante a su trayectoria deportiva y, de esa forma, adaptar los horarios para poder realizar ambas actividades, sin la necesidad de tener que abandonar alguna.
En ese sentido, Codesal remarcó que “muchas veces lo que pasa es que cuando alguien termina el secundario y quiere proyectar también un futuro profesional dentro del deporte, se ve condicionado por la exigencia y demanda que tienen las carreras universitarias”.
Pese a llevar una rutina diaria cargada de exigencias, la joven expresó que si bien las dos actividades le "consumen mucho tiempo y energía", una la "libera un poco de la otra”, y agregó que por eso es importante contar con herramientas que ayuden a los deportistas "a facilitar esa organización”.
"Para mí fue muy importante darme cuenta de que, sin querer, había entrado a una facultad que era ideal para mi”, destacó sobre lo que sintió al descubrir el programa que le permitió continuar con su entrenamiento junto al seleccionado y sus estudios.
En su adolescencia, Luciana entrenaba junto al equipo de Esquel, de donde es oriunda, y luego de un torneo junto al plantel que representaba a la provincia de Chubut, un técnico de las inferiores del seleccionado argentino le ofreció entrenar en Buenos Aires, a donde empezó a viajar desde los 12 años.
En cuanto a su inclinación por la ingeniería, la joven contó que en su adolescencia le resultaban fáciles las materias como matemática y las ciencias naturales, por lo que entendió que la carrera universitaria que eligiera debía integrar esas asignaturas.
Su pasión por el handball y sus ganas de estudiar una carrera universitaria la llevaron a tomar la decisión de viajar a Buenos Aires, pese a tener que estar lejos de su familia y amigos. Con relación a esto, sostuvo que empezar a viajar de tan chica, casi como un juego, la ayudó a entender que si quería dedicarse a esto tenía que trasladarse a Buenos Aires.
De cara al futuro, la joven advirtió que cuando termine su carrera en la UNSAM, le gustaría viajar a Europa para continuar con el handball y entrenar en otras ligas profesionales. Sin embargo, una vez que finalice su carrera deportiva, aseguró que retomaría los estudios o le gustaría volver a Argentina para trabajar como Ingeniera Biomédica.
“La gente que practica un deporte y también estudia, no tiene que sentirse en un aprieto, siempre hay personas dispuestas a ayudarnos para no tener que elegir entre dos pasiones”, reflexionó.