La pubertad es ese real que encuentran los niños, y que podemos decir tiene dos aspectos. Por un lado, es un fenómeno de "cuerpo" y por el otro es el encuentro con el otro sexo, confrontándose a sus padres como hombre y mujer. Tanto los síntomas, como los fantasmas que el niño ha construido, no pueden operar como tales porque se produce un real nuevo.
Púberes de ayer. Freud, al pensar lo que significa para un púber el encuentro con el cuerpo, ubicaba esta problemática en relación a la curiosidad y al sufrimiento. Encuentro con su propio sentimiento de vida diferente y con los otros. Sentimiento de profunda sorpresa, enigma y estupor que Stephan Zweig describía en sus cuentos transmitiendo lo dramático que puede ser, para un niño, el descubrimiento de una mujer detrás de su madre. Los púberes de ayer muestran lo que es el encuentro con la alteridad del Otro sexo, donde ese púber descubre la sensualidad de su madre mujer, la fantasía de acercarse a un hombre como figura de referencia ideal y darse cuenta de que su interés estaba centrado en la figura de su madre. Vemos allí a un adolescente furioso, mezcla de furia y curiosidad por acercarse a ese enigma del encuentro entre un hombre y una mujer. El despertar de la primavera de Frank Wedekind, retomado por Freud, nos habla de cuál es el sentimiento de vida que se produce en ese momento en que el púber se topa con otra imagen corporal y con algo que irrumpe de una manera conmovedora. En la obra de Wedekind, el suicidio de uno de los adolescentes por no poder rehabilitar su cuerpo movido de manera nueva por todo el ardor de las pulsiones y porque su imagen no puede estabilizarse. También Mishima, en El marinero que perdió la gracia del mar nos habla de ese púber que, por el ojo de la cerradura, espía a su madre y del odio que le despierta que el marino quiera abandonar el mar para estar con ella, su madre viuda. Estos textos nos permiten hablar de una época en donde los púberes se encontraban con ese impacto del encuentro con el Otro y la conmovedora irrupción de algo nuevo. Toda una época donde se describía lo dramático de este momento de salida de la pubertad y entrada en la adolescencia.
Púberes de hoy. ¿Qué nos sucede con el encuentro hoy? ¿Qué sucede hoy con estos púberes prematuramente lanzados a un discurso sexualizado? Epoca en que nos encontramos con un discurso desfachatado, prematuramente lanzado a ciertos encuentros, pero un discurso vacío, no habitado verdaderamente por el cuerpo, por aquello que lo trastorna y lo mueve. La adolescencia es la edad del encuentro, y del encuentro con un imposible. Como dice Phillipe Lacadée ¿Cuál es la preocupación en una sociedad hiper liberalizada y segura? "La dificultad de transmitir con la que se topan los padres y docentes, esa falta de curiosidad dolorosa de los púberes, aquellos que ya no son los herederos de una transmisión y una tradición que se tejía a través de las generaciones. Esta falta de referencias los arroja a una exhibición que toma su prioridad en las imágenes. Con ese imperativo y ese empuje, que no tiene en cuenta ni su subjetividad, ni su ser, ni aquello a lo que se confrontan, quedan lanzados. Juegan con las prohibiciones sociales e inscriben su experiencia inaprehensible para los demás y para ellos mismos en la ambivalencia o en la provocación. Si todo adolescente se encuentra en un momento de desafío, la literatura nos confronta con que el desafío de aquellos púberes de antes se traducía en una tremenda inquietud por todo aquello que no se sabe. Ahora, sin embargo, esa intranquilidad nos confronta cada vez más con adolescentes que no dudan en lanzarse en conductas sintomáticas, conductas de riesgo, exhibición y obscenidad. Pero al mismo tiempo son testimonios de un sufrimiento. Aquello que se muestra vía las imágenes y vía la exhibición y el riesgo. Ese sufrimiento se transforma en un modo de vida que intenta anestesiar lo que les sucede. Los púberes de ayer transmiten ese despertar con un querer saber ardiente y doloroso. Hoy también sufren, pero parecen indiferentes al querer saber. Nos encontramos en la clínica con niñas y niños en una posición de personajes con un empuje a la exhibición entre lo sexualizado y lo obsceno. Es un hablar provocador donde no está la ficción.
*Psicoanalista. Miembro EOL y AMP.