Aunque parezca increíble, vivimos en un gran momento para las comedias de televisión. Y por un lado, eso tiene algo de sentido: sería absurdo, en un mundo oscuro, solo generar más y más contenidos llenos de afectación. Precisamente, la nueva gran cosa que llega desde Apple TV se llama Mythic Quest y es una comedia de situaciones creada por la pandilla responsable de la exitosa y eterna It 's Always Sunny in Philadelphia que -pandemia, crisis y reescritura mediante- acaba de estrenar su segunda temporada en la plataforma.
Mythic Quest es una comedia de oficina situada en la industria de la tecnología, específicamente, dentro de una mega empresa de desarrollo de videojuegos. Está protagonizada por Rob McElhenney, que es también uno de sus creadores y que interpreta a un director creativo tan narcisista que llega a tener sueños eróticos consigo mismo; por Charlotte Nicdao, una programadora genial pero siempre al borde de los nervios obligada a llevar a cabo la visión del creativo; y por una serie de personajes secundarios estrafalarios que conviven en la industria: testeadoras de calidad, cuyo trabajo es jugar el mismo videojuego todo el día, youtubers de 13 años que marcan el ritmo del negocio (y que a uno le hacen pensar en cuántos trabajos dependen hoy de lo que posteen en sus redes los niños de 13 años), ejecutivas de recursos humanos sobrepasadas, escritores de ciencia ficción fracasados y hasta un cameo de Snoop Dog. La serie está más o menos emparentada con el humor de Community -de hecho, está a bordo Danny Pudi, que en esa serie encarnaba a Abed, el adorable estudiante con asperger, pero que aquí es más bien a un villano- y también con Silicon Valley, que ya usó este mundo apasionante y absurdo de la industria de la tecnología -con su choque de mega egos, con sus mega presupuestos, pero con conflictos igual de insensatos que en cualquier oficina- como caldo de cultivo.
It's Always Sunny in Philadelphia, esa serie totémica sobre un grupo de amigos que administra un bar en una ciudad poco épica de Estados Unidos, es considerada una de las comedias más longevas en la tv norteamericana. Desde principio de siglo, con 14 temporadas y contando, el grupo de autores ha dado rienda suelta a sus personajes cínicos y perdedores, que se niegan a madurar, a crecer en humanidad o en cualquier virtud, y a abordar cualquier problema que se sienta muy real o muy dramático. Es, al mejor estilo de Seinfeld para una nueva generación, una serie sobre nada, sin ninguna moraleja. Ahora, en esta nueva apuesta, creada por Charlie Day, Megan Ganz y Rob McElhenney, el mismo team se anima a probar algunas cosas nuevas sin abandonar nunca la comedia distendida.
Por algunos breves momentos de alto impacto, muy bien resueltos en It’s Always Sunny in Philadelphia, algunos fans ya se habían preguntado cómo lo haría la pandilla enfrentándose a conflictos un poco más humanos, un poco más catárticos, un poco más reveladores. Bueno, Mythic Quest, podría ser un acercamiento. Además de la comedia de oficina clásica, el equipo se anima a abordar algunos grandes temas con algo más de humanidad: la colisión de egos gigantes o la tensión irremediable pero codependiente entre el arte y el mercado. “En realidad, en cualquier gran comedia de situaciones, es mucho más fácil escribir cuando por algún motivo obligas a los personajes a estar por mucho tiempo juntos. En Sunny, los personajes se ven obligados a estar juntos debido a su fracaso. Así que pensamos que sería interesante hacer una serie diferente en la que los personajes fueran, en lugar de imbéciles, increíblemente inteligentes, dotados y motivados. Estos nuevos personajes están unidos por su éxito. En este caso, los protagonistas, Ian y Poppy, son muy, muy buenos en lo suyo y además complementarios. Uno sin el otro se hundirían, sin embargo, al mismo tiempo se vuelven absolutamente locos el uno al otro. Ese conflicto es el nacimiento de toda la comedia”, explicó Rob McElhenney.
La segunda temporada de Mythic Quest desembarcó a principios de mayo en Apple TV, después de dos, muy creativos, especiales filmados en pandemia. Justo antes del confinamiento, la serie -que en su primera temporada fue muy exitosa-, estaba en plena pre producción, e incluso había llegado a filmar un avance. Pero esa nueva historia giraba justamente alrededor de una mega convención de videojuegos y, aunque el equipo podría haber ignorado por completo la contingencia, no les parecía natural seguir como si el mundo no fuese ya algo diferente. En cambio, para referirse al tema, pero también para poder olvidarlo rápido, antes de lanzar una nueva temporada, el grupo creó dos especiales independientes a a la manera de un puente: uno, sobre el confinamiento, donde se recreó el trabajo online pero también el infierno de las personas que ya vivían mega conectadas y que quedaron como aisladas en un limbo. Y otro, sobre una vuelta festiva a la oficina, con las nuevas medidas de seguridad.
Todo esto no sólo les permitió empezar de cero con una nueva lógica, sino conservar a uno de sus grandes capitales. Es decir, a F. Murray Abraham, el actor de 81 años que ganó el Oscar por su papel de Salieri en Amadeus, y que es mucho más famoso por sus villanos, pero que en Mythic Quest hace un feliz e inesperado despliegue cómico. En la serie, Abraham interpreta a un escritor de ciencia ficción en el ocaso de su vida, siempre al borde de ser cancelado por sus comentarios, que ahora asesora guiones de videojuegos. Y en esta segunda temporada, para protegerlo, a él y a el personaje, aparece en todas los episodios pero solo a través de una computadora: lo filmó todo desde su casa en Nueva York. “Somos muy parecidos, el personaje y yo, tenemos la misma edad y a los dos nos gustan las mujeres y beber”, dijo Abraham. “Creo que lo que ocurre con esta serie es que hay respeto mutuo entre tres o cuatro generaciones, que es algo muy raro, casi nunca lo ves en televisión. Normalmente, si hay alguien mayor, será un abuelo al margen. Este hombre no, este hombre está vivo, se le permite hacer algo”.