Los aprietos diversos que provoca la pandemia y sus secuelas hizo mover una ficha extrema y estridente a los referentes del sector hotelero y gastronómico de Rosario: una advertencia que sonó a rebelión fiscal, sintetizada en un apotegma del estilo "si me anulan el derecho a trabajar, me eximen de la obligación de tributar". La posición encendió alertas en las oficinas recaudadoras del Estado, y apuró en Casa Gris la firma de un decreto que depara una asistencia equivalente a 3000 millones de pesos para sectores perjudicados por las restricciones obligatorias de la crisis sanitaria.
"El sector gastronómico de Rosario anuncia que se encuentra imposibilitado de abonar impuestos y servicios. En consecuencia, en tanto no se destine al sector una ayuda económica efectiva, los bares y restaurantes de la ciudad no podrán pagar los tributos aplicados a la actividad", anunció ayer la Asociación de Empresas Hoteleras y Gastronómicas de Rosario (AEHGAR). La comunicación advirtió que el sector interrumpirá el pago de los servicios de Assa, EPE, Litoral Gas, y de los impuestos Inmobiliario e Ingresos Brutos. Esto en cuanto al nivel provincial. En el orden municipal, avisan que dejarán de pagar TGI, DREI y Etur. Y en cuanto a tributos nacionales, declararon cesación de pagos de cargas sociales, obra social, ART, seguros, IVA y Ganancias.
Desde el Gobierno provincial, salió al cruce el ministro de Producción, Daniel Costamagna, aunque sin hacer olas: dijo que "no hay lugar para confrontaciones, hay que acompañar y trabajar juntos". Consciente de que esa expresión de deseos no alcance para calmar la angustia empresaria, el funcionario de Omar Perotti puso el acento en el paquete de asistencia que ayer firmó y que al cierre de esta edición estaba en el escritorio del gobernador.
"Venimos de desembolsar $1400 millones en aportes directos en el último año, otros 500 millones en créditos a tasa 0. Ahora preparamos una ayuda que beneficiará el costo de 8000 trabajadores gastronómicos y 3000 trabajadores hoteleros, a razón de $10000 por cada uno, además del Repro II que el gobierno nacional viene sosteniendo, con aportes de hasta 22.000 pesos", dijo Costamagna a Rosario/12.
Esta ayuda anticipada por el titular de Economía, Walter Agosto, el fin de semana, y formalizada ayer, compromete a la Casa Gris a erogar esa ayuda durante tres meses para el caso de la gastronomía, y durante 6 meses para el caso del sector hotelero. En Gobierno trabajan para continuar con otro paquete similar para otros rubros afectados por las restricciones de la pandemia.
En total, son $1400 millones que el Tesoro provincial aportará en forma directa; y otros $1600 millones son dineros que el fisco se privará de recaudar porque así será la eximición tributaria que ha dispuesto. "La iniciativa estará vigente para el trimestre de junio, julio y agosto, y apunta a dos frentes: por un lado, la reimplantación de las asistencias económicas que la provincia venía otorgando a 30 sectores y, por el otro, la incorporación de otros rubros, como trabajadores de gastronomía, hotelería y el transporte turístico", precisó una fuente gubernamental.
Los empresarios plantean: "No se pueden afrontar las mismas cargas impositivas de antes de la pandemia en la situación actual en la que nos encontramos, luego de 14 meses de limitar el trabajo de bares y restaurantes. Desde marzo del 2020, la actividad gastronómica ha perdido 4000 empleos. Sin ayuda, serán más", advierten.
Costamagna contempló: "La situación no es fácil de resolver. Entendemos la angustia que se vive en estos sectores, la complejidad del problema, por eso seguimos acompañando para mitigar los efectos de la coyuntura. Santa Fe hace un esfuerzo sin precedentes, mayor al de otras provincias. Por eso sostenemos que la solución no es confrontar, no hay lugar para eso, no hay lugar para hablar de rebelión fiscal. Hay que trabajar juntos", exhortó.
El cese de pagos declamado por AEHGAR apunta, sobre todo, al gravamen que mayor recaudación otorga en la torta fiscal santafesina: Ingresos Brutos. El 80% de los impuestos eximidos desde ahora se componen de ese tributo, por lo que en el API ya descuentan que por el trimestre venidero ese gravamen resignará alrededor de $1200 millones que no se recaudarán.
En el plano municipal, el asunto es más sencillo. Su principal ingreso es el Derecho de Registro e Inspección (DREI), que está atado a la facturación de sus contribuyentes (comercios e industrias). "Ya con el descenso de la actividad, la facturación cae y por lo tanto, también cae la recaudación municipal", explicó Sebastián Chale, secretario de Producción.
Pese a todo, la Municipalidad recaudó más por DREI en el primer trimestre del año, solo que eso se debe al repunte de la actividad industrial. Es decir, Rosario tuvo un incremento interanual del 7,8% en febrero pasado respecto del mismo mes de 2020, pre pandemia. Asimismo, hubo una mejora de 5,8% en la facturación del bimestre enero febrero 2021 respecto de ese lapso de 2020.
Eso, en cuanto al promedio general, pero enfocado en el segmento de "servicios privados", todo ha sido achicamiento en el primer bimestre 2021 respecto de ese período en 2020:
- Intermediación financiera y seguros (-0,8%)
- Inmobiliarios, empresariales y de alquiler (-7,8)
- Transporte, almacenamiento y comunicaciones (-12,9)
- Alojamiento y servicios de comida (-32,8)
- Comunitarios, sociales y personales (-9,3)
"La rebelión fiscal no es la salida. El municipio presta servicios, de salud sobre todo, que es la mitad del presupuesto. Entonces, no pagar impuestos y tasas es resentir la prestación de servicios esenciales como la salud y el mantenimiento de la ciudad", advirtió Chale.