"No se sabe quién mató a Jimena y esperamos que algún día se sepa la verdad", sostuvo ayer Nicolás Cajal Gauffín tras ser absuelto de la acusación de encubrimiento del crimen de su pareja, Jimena Salas

"Considero que fui acusado injustamente. Como dijo mi abogado, los plazos corrían (para el Ministerio Público Fiscal) y había que llevar a juicio a alguien. Es lamentable que esto haya pasado así", dijo el viudo ni bien terminó la audiencia en la que la Sala VII del Tribunal de Juicio dio a conocer su sentencia absolutoria, por el beneficio de la duda, para los dos únicos acusados por delitos colaterales al homicidio. El otro absuelto es Sergio Horacio Vargas, al que se acusaba de tener participación secundaria en el crimen atribuyéndole haber colaborado dando información de la víctima a los asesinos. 

Jimena Salas tenía 44 años cuando fue asesinada en su casa, en el barrio San Nicolás de la localidad de Vaqueros, en pleno mediodía del 27 de enero de 2017, frente a sus hijas mellizas que en ese entonces tenían 3 años. Recién desde la semana pasada la causa quedó contemplada como femicidio, no hubo más avances que permitan encontrar a sus asesinos, si bien se estableció que fueron dos hombres parientes entre sí, y el juicio tampoco logró esclarecer el móvil del crimen.  

Cerrada esta vía, la causa sigue abierta. Y, sobre todo, sigue abierta la incógnita: ¿Quiénes mataron a Jimena Salas? A este interrogante apuntaron Cajal Gauffín y su abogado, Pedro Arancibia. Aunque se mostró conforme con la sentencia obtenida, el abogado dijo que esto "no nos saca el peso a nosotros como sociedad" y aseguró que persiste "una situación de impunidad porque todavía no encontraron a los asesinos de Jimena". Añadió que a partir de ahora está habilitada la posibilidad para que su defendido pueda constituirse de nuevo en querellante en la causa a los fines de "pedir que se esclarezca el crimen de su concubina".

El letrado, que devino de querellante a defensor, consideró que volver a la querella les permitiría "hacer aportes o peticiones oficiosas, que sean útiles o relevantes para que pueda investigarse mejor la causa a pesar del tiempo". "Uno nunca pierde las esperanzas de que esta causa se encamine y de que pueda surgir algún testimonio, alguna persona que sepa algo sobre lo que ocurrió hace cuatro años y medio", añadió.

"Soy inocente"

Igual que a Cajal Gauffín, los jueces Francisco Mascarello, Federico Diez y Javier Armiñana Dohorman absolvieron por aplicación del principio in dubio pro reo a Sergio Vargas, acusado de partícipe secundario de homicidio calificado por ensañamiento, alevosía, criminis causa y violencia de género y que permaneció casi dos años con prisión preventiva. 

Eso recordó ayer antes de que el Tribunal pasara a deliberar. "Soy inocente más que nada, me privaron dos años de mi libertad para disfrutar con mi familia. Acá estoy, así que otra vez lo vuelvo a sostener y siempre con la frente en alto, yo no tengo nada que ver con esto y soy inocente", manifestó ante los jueces.

Vargas contó en su defensa penal con los abogados Luciano Romano y Marcelo Arancibia. Además el abogado Marcos Rubinovich lo representó en la acusación de la querella y la actoría civil presentada por la tutora oficial del Ministerio Público Pupilar. Los jueces resolvieron no hacer lugar a la demanda civil. 

"Me voy muy conforme, reitero el agradecimiento a la familia Vargas, al doctor Romano y a todos los que hicieron que yo esté ad honorem en este juicio", manifestó Marcelo Arancibia a la prensa al término de la última audiencia. El letrado, de larga y reconocida trayectoria, se retira de la profesión y este sería su último caso. 

Familiares de Vargas con sus abogados. Marcelo Arancibia, en el centro. 

"Es una imprudencia del Ministerio Público Fiscal de haber llevado a dos personas inocentes a juicio", manifestó por su parte Pedro Arancibia, sobrino de Marcelo. "Ojalá que ahora se pongan a trabajar como corresponde y encuentren a los asesinos de Jimena. Nos haría muy bien como sociedad poder conocer un poco más al respecto, son cuatro años y medio de no obtener mayores datos que los que se obtuvieron al prinicipio de la investigación y esto es preocupante", añadió.  

Para el abogado, esta causa es "un fracaso para el Ministerio Público Fiscal". En sus alegatos había manifestado ya críticas al procurador general Abel Cornejo y a la jueza de garantías que permitió la elevación a juicio. La fiscala penal Ana Salinas Odorisio lo cuestionó en sus réplicas por esto. Pedro Arancibia dijo en que en el rol de defensor consideró que debía "hacer referencia a las circunstancias que rodearon procesal y extra procesalmente la causa" e insistió cuestionando que hubo "difamaciones" hacia su defendido. 

Sostuvo que esta causa "dejó evidenciado lo que no se tiene que hacer en materia de investigación penal, lo que no debe hacer el Ministerio Público Fiscal, como caso paradigmático de lo que nunca más tiene que volver a pasar". Dijo que rescata el discernimiento del Tribunal ante "una acusación penal totalmente absurda, ni siquiera de ficción".

La hermana de Sergio Vargas, Silvia Verónica Vargas, quien desde que quedó detenido se movilizó pidiendo su libertad, consideró que lxs fiscalxs deben esforzarse por buscar la verdad. "No agarrar el camino más fácil como hicieron con mi hermano, quisieron hacer de él un perejil para cerrar el caso", expresó. 

El Ministerio Público Fiscal estuvo representado por Salinas Odorisio, Gustavo Torres Rubelt y Ramiro Ramos Ossorio. Además la abogada del niño y tutora oficial interina, Marta Aguilar, llevó a cabo una querella penal y civil en representación de las hijas de Salas, ante "un conflicto de intereses" con el padre, Cajal Gauffín y llegó a pedir que se le quite la responsabilidad parental. También se presentó en el juicio la asesora de incapaces Claudia Flores Larsen, quien adhirió a los pedidos de prisión para los imputados que realizó la fiscalía.