La ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunció en un tuit que el lunes llegarán desde Albuquerque, Estados Unidos, 2.148.000 dosis de la vacuna Oxford-AstraZeneca cuyos principios activos se produjeron en la Argentina. Con ese embarque se alcanzan casi 5 millones de vacunas en los últimos ocho días y se superará la cifra de 17 millones de dosis llegadas al país. Pero al día siguiente, el martes, habría un nuevo vuelo desde Moscú y, además, están pendientes 800.000 dosis desde México, que esperan un visto bueno de la Anmat y también llegarían la semana que viene. A mediados de junio vienen, además, dos millones de dosis de la vacuna china Sinopharm.
La llegada de semejante cantidad de vacunas permitió avanzar en las últimas horas en dos anuncios significativos:
- El ministro de Salud bonaerense Daniel Gollán anticipó que la semana próxima se empiezan a citar para vacunar a ciudadanos de 18 a 40 años con enfermedades previas. Esto permite suponer que personas de 50 años e incluso menos, sin enfermedades, serán vacunadas en junio.
- El ministro porteño, Fernán Quirós, anunció que este viernes se abrió la inscripción de residentes de CABA de 45 a 49 años, con enfermedades previas. El distrito porteño viene más atrasado que el bonaerense, pero también está la perspectiva de poder vacunar personas de 50 años, sin comorbilidades, antes del fin del próximo mes.
El anuncio de Vizzotti confirmó entonces el flujo desde Albuquerque, la ciudad de Nuevo Mexico, donde se ubica una planta de AstraZeneca que terminó las dosis cuya sustancia se produjo en la Argentina, en el laboratorio mAbxience. Dadas las dificultades que hubo en los primeros tiempos en el laboratorio Liomont de México, la terminación se trasladó a Albuquerque. Allí todavía hay más de 20 millones de dosis por terminar, pero este lunes, en un avión cargo, a las 7 de la mañana, llega una cifra enorme: 2.148.000 dosis.
Fuentes del gobierno nacional también adelantaron a este diario que se prepara un nuevo vuelo a Moscú para buscar Sputnik V. Como siempre, la cantidad será un poco superior o un poco inferior a 500.000 dosis. Como se sabe, Vladimir Putin anunció en la semana que pasó que se regularizarán los envios desde Rusia.
Los presidentes de México y Argentina anunciaron la semana pasada que durante este fin de semana llegarían las primeras 800.000 vacunas desde México, con principio activo fabricado en mAbxience, en Garín, y terminación del laboratorio Liomont, en el estado de México. Esas vacunas se demoran unos días: cada vez que una partida llega de una nueva planta productiva, se requiere la autorización de la Anmat. Ese trámite depende de la llegada de documentación y tiene un leve atraso. Las 800.000 estarán en Ezeiza durante la semana que viene.
El flujo de las vacunas Oxford-AstraZeneca, producto del acuerdo Argentina-México, será constante durante el mes de junio. Se calcula que llegarán a la Argentina no menos de tres millones y medios de dosis, teniendo en cuenta que el proyecto contempla la distribución de vacunas en toda América Latina. El laboratorio mAbxience, de Hugo Sigman, producirá en junio 30 millones de dosis, que se terminarán en México y que se distribuyen en todos los países del continente.
Como anticipó Página/12 a mediados de mes vendrán dos millones de dosis de la vacuna china de Sinopharm, otro refuerzo de magnitud a la campaña de vacunación. La principal farmacéutica china firmó un acuerdo con la Argentina por un total de seis millones de dosis, de las cuales cuatro millones vendrán en julio.
A estas cantidades se podrían sumar varios proyectos y acuerdos que están en camino. Con Cuba -adonde viajaron la ministra Vizzotti y la asesora Cecilia Nicolini-, con el Instituto Gamaleya, con Cansino Bio de China, la producción en Argentina de Sinopharm y la interminable negociación con Pfizer.
Las restricciones actuales -igual que se hizo en el Reino Unido y Canadá- son un paso imprescindible para evitar el colapso del sistema sanitario mientras se avanza al máximo en la vacunación. Cuando se aplica la primera dosis, a las tres semanas aproximadamente, los ciudadanos quedan protegidos en más de un 90 por ciento respecto de un desarrollo grave del coronavirus o una internación. Eso descomprime el sistema de salud y le empieza a cerrar caminos al virus.