En junio del año pasado, el Congreso estadounidense promulgó la “ley Promesa” para hacer frente a la crisis fiscal de Puerto Rico, en su carácter de “estado libre asociado”. ¿En qué consistió? Básicamente, en la formación de una Junta de Control Fiscal de siete personas que gobierna la isla a dedo desde sus oficinas en Washington. “Ahora los controlara Trump”, tiembla Falú Quilombo, tecladista de la banda boricua La Quilombera, que describe la relación amor-odio que tienen los boricuas con los del Norte. “En nuestro país no se produce nada para Estados Unidos, sólo música: Chayanne, Ricky Martin, Don Omar”, se ríe.
No la tienen fácil los que quieren hacer rock en la isla. Según Falú, el reggaetón copó todos los boliches y radios. “Si un sábado a la noche tocan Don Omar, Daddy Yankee o Nicky Jam en el Coliseo de San Juan, que vendría a ser nuestro Luna Park, pero más grande, las bandas de rock tienen que quedarse en casa”, explica, porque si arman una fecha ese mismo día no sólo no va nadie sino que encima pierden plata. “Debido al reggaetón se nos cerró mucho la escena, antes volvía de tocar con 50 dólares y ahora los tengo que poner de mi bolsillo”, afirma Falú, que en Argentina colaboró en trabajos de Skatalites, Fidel Nadal, Malena D’alessio y Luis Alfa.
La Quilombera está lanzando un primer larga duración fácil de memorizar: Hominifalombiucoccus Mastoidis Nefrolíticus se llama. “Son términos que vienen de la ciencia, pero hay quienes pensaron que eran palabras diabólicas y no nos llamaron más”, revela, y define la propuesta como “rock afro-latino”, con una presencia fuerte de percusión africana y sonidos andinos. Al escucharlo, se distingue muy nítida la huella que dejó Casa Babylon de Mano Negra.
Tan difícil les fue hacerse un camino en la tierra del perreo que hace unos años inventaron una etiqueta distinta. “Cuando nos preguntaban si lo nuestro era reggaetón o rock les decíamos que más bien era kinky rumba, y ahí nos dejaban tranquilos”, recuerda. Ahora es “rock afro latino” pero, al parecer, también sirve para despistar.
* Sábado 19/11 en Palermo Club, J.L. Borges 2454. A las 21.