Desde Roma

Contra las sugerencias de algunos expertos en seguridad y pese a las amenazas de extremistas islámicos contra el Vaticano aparecidas en páginas Internet, el papa Francisco llega hoy a Egipto para una visita de poco más de 24 horas a El Cairo, donde se trasladará, por el contrario de lo que se había creído en un primer momento, en un simple auto cubierto pero no blindado. Siempre motivado por los temas de la paz y por el diálogo con los musulmanes moderados, Francisco fue invitado a participar de la Conferencia Internacional por la Paz junto al Gran Imán de Al Azhar, Mohamed Ahmad al-Tayyib, considerado el más importante exponente del mundo musulmán sunnita(el grupo mayoritario entre todos los sectores musulmanes). El jefe de la Iglesia católica se encontrará también con el presidente egipcio Abdel Fattah Al Sisi, a quien visitará en el palacio presidencial de Heliópolis, y con el máximo exponente de la iglesia ortodoxa copta y Patriarca de Alejandría, Teodoro II (Twadros II).

“Querido pueblo de Egipto”, comenzó diciendo el Papa en un mensaje grabado dirigido al pueblo egipcio en ocasión del viaje. “Al Salam Alaikum”, agregó en árabe que significa “la paz esté con ustedes”. “Nuestro mundo, desgarrado por la violencia ciega -que también ha golpeado el corazón de su querida tierra- tiene necesidad de paz, de amor y de misericordia (...) Tiene necesidad de constructores de puentes de paz, de diálogo, de fraternidad, de justicia y de humanidad”, dijo Francisco. Y agregó: “Deseo que esta visita sea como un abrazo de consuelo y de aliento para todos los cristianos de Oriente Medio; un mensaje de amistad y de estima para todos los habitantes de Egipto y de la región; un mensaje de fraternidad y de reconciliación para todos los hijos de Abraham, de manera particular para el mundo islámico, en el que Egipto ocupa un lugar destacado. Espero también que contribuya eficazmente al diálogo interreligioso con el mundo islámico y al diálogo ecuménico con la venerada y amada Iglesia Copto-Ortodoxa”.

De este viaje de Francisco se viene hablando desde hace meses y desde el principio se temió por su seguridad. Pero el Papa venido del fin del mundo, una vez más hizo oídos sordos a todos los temores y se dijo convencido de que nada cambiaría sus planes. Francisco “nunca pensó en renunciar al viaje, precisamente porque quiere hacerse presente, estar allí donde hay situaciones de violencia, de conflicto, en este caso Egipto, y quiere ser mensajero de paz allí donde hay más necesidad de anunciar y operar por la paz”, dijo el cardenal secretario de estado vaticano, Pietro Parolin, en una entrevista difundida por la Secretaría para la Comunicación del Vaticano. “La seguridad es una cuestión central hoy en todas partes, no sólo en Egipto –había dicho por su parte el portavoz vaticano Greg Burke a los periodistas–. Vivimos en un mundo donde este aspecto forma parte de la vida cotidiana. El Papa por eso quiere ir adelante serenamente, como una muestra incluso de acercamiento a ese pueblo”. Este viaje, el número 18 que Francisco hace al exterior, explicó además, tiene tres dimensiones: una “pastoral” por el encuentro con la pequeñísima comunidad católica (el 0,28% de la población), una “ecuménica” de diálogo con otros cristianos del país y una tercera “interreligiosa” de diálogo con el Islam sunnita que representa el 89% del país. El lema del viaje es: “El Papa de la paz en el Egipto de la paz”, concluyó Burke. Y con este lema escrito en árabe y en  inglés, y la foto de Francisco, grandes cartelones han aparecido por las calles de El Cairo.

En las últimas décadas Egipto ha sufrido atentados de extremistas islámicos de distintas tendencias, que han costado la vida a decenas de turistas y cristianos coptos sobre todo. Basta mencionar el ocurrido en 1997 en la histórica ciudad de Luxor, sobre El Nilo, que costó la vida a 62 personas. O el ocurrido en 2005 en la localidad turística del Mar Rojo, Sharm El-Sheij, donde murieron 90 personas. Desde 2011, el objetivo de varios atentados han sido las iglesias cristianas coptas, una comunidad minoritaria que alcanza sólo al 10% de la población, en un país de 90 millones de habitantes donde el 89% es musulmán. Uno de estos ataques, en enero de 2011 en la Iglesia de San Marcos y San Pedro de Alejandría (sobre el mar Mediterráneo), costó la vida al menos a 21 personas. Otro, en diciembre de 2016 contra la iglesia ortodoxa copta de San Pedro y San Pablo en El Cairo, dio como resultado 25 muertos. Dos de los últimos atentados ocurrieron 20 días antes del viaje del Papa, el Domingo de Ramos en Tanta (a poco más de 100km de El Cairo) y en Alejandría, contra dos iglesias copto-ortodoxas y murieron 47 personas. 

Francisco es el segundo papa que visita Egipto en este milenio, después de Juan Pablo II en el año 2000, y después de los malos entendidos que hubo entre el Vaticano y la comunidad musulmana de El Cairo con el papa Benedicto XVI. A causa de una clase magistral del papa Benedicto en la Universidad de Ratisbona (Alemania) en 2006, que fue interpretada por el mundo musulmán como falsas acusaciones contra el profeta Mahoma, las relaciones entre la Santa Sede y los sectores sunnitas quedaron congeladas hasta mayo del año pasado, en que el imán Mohamed Ahmad Al-Tayyib visitó el Vaticano encontrándose con Francisco.

La Conferencia Internacional de Paz ha sido organizada por la Universidad de Al-Azhar de El Cairo, principal punto de referencia teológico mundial de los musulmanes suníes. El papa Francisco hablará hoy por la tarde. También está prevista la presencia, entre otros líderes religiosos, de Bartolomeo I,    patriarca ecuménico ortodoxo de Constantinopla. Temas principales de la conferencia son la renovación del discurso religioso para contrastar las tendencias fanáticas y extremistas, pero también rol de los líderes religiosos para evitar la manipulación y la errónea interpretación de los textos sagrados.

Después de este encuentro Francisco será recibido por el presidente Al-Sisi y unas 1000 personalidades del mundo de la política, de la economía y de la cultura de Egipto.

El programa prevé que posteriormente el pontífice se encuentre con el papa copto Twadros II y que vayan juntos a la iglesia de San Pedro y Pablo para rezar por los cristianos asesinados en los distintos atentados, incluido el de diciembre pasado en esa misma iglesia. 

Mañana será el encuentro con la pequeña comunidad cristiana en el Estadio de la Aeronáutica de El Cairo donde Francisco celebrará una misa y se reunirá con fieles, religiosos y obispos locales. Por razones de seguridad, se informó, la llegada al estadio de quien deba seguir la ceremonia se permitirá sólo en autobuses –para evitar toda posibilidad de coches bomba– y no estarán permitidos los teléfonos celulares.

La población y el gobierno egipcios esperan que la visita del Papa “pueda fomentar la convivencia pacífica”, dijo el nuncio apostólico en Egipto, monseñor Bruno Musaró, a la agencia italiana ANSA. Para el nuncio apostólico, el encuentro con Al-Azhar y el discurso del pontífice en la conferencia, serán útiles para demostrar que “la convivencia es posible” y lanzar un fuerte mensaje contra el terrorismo. 

Por su parte el Vaticano, según la misma fuente, no parece estar preocupado por el hecho de que la visita del Papa pueda ser instrumentalizada por el gobierno de Al-Sisi, criticado por su escaso respeto de los derechos humanos en Egipto. Tampoco se sabe si el Papa se referirá de alguna manera en su encuentro con el presidente, al caso del estudiante Giulio Reggeni, quien estaba haciendo una investigación en El Cairo sobre los sindicatos y fue asesinado en 2016, al parecer por exponentes de los servicios secretos, que los creyeron un espía. Pero este asesinato, que tensionó las relaciones diplomáticas entre Italia y Egipto, todavía no se ha aclarado completamente por lo que la familia hizo un llamamiento al Papa para que se lo plantee a Al-Sisi.