El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo ayer que una salida de su país del tratado de libre comercio con México y Canadá sería un shock para el sistema y que decidió darle una oportunidad a la renegociación, después de hablar con sus dos socios.

“Iba a poner fin al Nafta en dos o tres días a partir de ahora”, dijo Trump. “Pero decidí que, más que poner fin a Nafta, algo que sería un shock bastante grande para el sistema, vamos a renegociar”, indicó. Antes de reunirse con el presidente de Argentina, Mauricio Macri en la Casa Blanca, Trump insistió, sin embargo, en que sacará a su país del pacto comercial en vigor desde 1994 si no consigue un trato justo y lo consideró un “acuerdo horrible” para Estados Unidos.

El rumor de que era inminente la decisión de Estados Unidos de retirarse comenzó con una filtración a la prensa estadounidense y provocó que tanto el presidente de México, Enrique Peña Nieto, como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se comunicaran con Trump por teléfono. La Casa Blanca anunció que habían acordado proceder rápidamente a renegociar el acuerdo, algo que dependerá, no obstante, de que el Congreso de Estados Unidos ratifique al representante comercial designado por Trump, Robert Lighthizer.

El presidente estadounidense publicó ayer dos tweets sobre el tema, después de que se anunciara de manera formal la decisión de renegociar, en un comunicado de la Casa Blanca. “Recibí llamadas del presidente de México y del primer ministro de Canadá pidiendo renegociar el Nafta en vez de terminarlo”, escribió. “Acepté, sujeto al hecho de que si no alcanzamos un acuerdo justo para todos, entonces pondremos fin al Nafta. Las relaciones son buenas, un acuerdo es muy posible”. Después de semanas sin pronunciarse sobre el tema, Trump había vuelto hace días a amenazar públicamente con sacar a Estados Unidos del acuerdo. Ya lo había hecho apenas llegó a la presidencia con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, que hubiera sido el mayor jamás firmado en términos de PIB de los 12 países de América y Asia que iban a estar en él.

Según el ministro de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, la versión de la orden ejecutiva fue confirmada por funcionarios estadounidenses. En su opinión la finalidad era presionar al Congreso estadounidense, más que a México o Canadá. “Esto hubiera sido una medida para de alguna manera generar presión o incentivos en el Congreso norteamericano”, dijo a Radio Fórmula.

La filtración del borrador de orden ejecutiva, que algunos observadores consideraron un globo sonda para presionar en la negociación, causó el miércoles más que desazón en México y Canadá y una depreciación temporal de sus monedas. Canadá, que al principio parecía ver los problemas de México con Trump como ajenos, estuvo en los últimos días bajo tensión. La administración estadounidense inició el proceso para imponer un arancel del 20 por ciento a la importación de madera canadiense y Trump acusa a Canadá de perjudicar al sector lácteo estadounidense. México y Canadá son el segundo y tercer mayor socio comercial de Estados Unidos, detrás de China. El 80 por ciento de las exportaciones mexicanas va a Estados Unidos y el 75 por ciento de las canadienses sigue ese camino. Pero también en Estados Unidos hay sectores interesados en que se mantenga el Nafta, tanto en la industria como en la agricultura. 

Videgaray dijo que Peña Nieto advirtió a Trump sobre los efectos negativos que tendría una orden ejecutiva. “Esta forma de hacerlo, si bien no estaba pensada o dirigida hacia México, tendría un efecto francamente muy negativo en México y prácticamente cancelaría cualquier posibilidad de una negociación constructiva”, expresó. “Pero el Tratado de Libre Comercio se mantiene”, aseveró Videgaray. “Definitivamente. Esto ayer se lo dijo con toda claridad el presidente Trump al presidente Peña Nieto: que esta ruta no será la que tomen”.