La gobernadora María Eugenia Vidal anunció ayer una nueva reglamentación de la Ley de Boleto Educativo, que amplía su aplicación a algunas universidades. En esa oportunidad la mandataria recordó la Noche de los Lápices y mencionó a Pablo Díaz como “único sobreviviente” de ese hecho. Quienes conocen la verdad histórica sintieron un deja vu de los ‘80, cuando el secuestro de varios adolescentes, integrantes de la Unión de Estudiantes Secundarios por parte de los militares quedaba delimitado al reclamo por el boleto estudiantil. Y recordaron que Díaz no es el único sobreviviente de aquellos operativos que se realizaron en septiembre de 1976.
La legislatura de la provincia de Buenos Aires creó por ley el Boleto Educativo en 2015. Recién en agosto del año pasado se comenzó a aplicar, pero se excluía a los universitarios de la provincia, salvo a los de La Plata. Ayer la implementación se amplió a Lanús, Avellaneda, Luján y Moreno. Suteba reclamó que se incluya a los terciarios y las universidades del interior.
En ese contexto fue que la gobernadora habló de La Noche de los Lápices. En 2015, la Universidad Nacional de La Plata ordenó la reparación de los legajos de los estudiantes desaparecidos y de los sobrevivientes de la Noche de los Lápices. Producto de la conformación de una Comisión por la Memoria dentro del Bachillerato de Bellas Artes de la UNLP, surgieron más nombres. Esa universidad dejó constancia de que, además de Díaz, sobrevivieron los estudiantes Gustavo Calotti, Patricia Miranda, Víctor Marcasciano, Juan Cristóbal Mainer y Emilce Moler. Las resoluciones recogieron la producción académica sobre el tema y testimonios de sobrevivientes. En una entrevista publicada por PáginaI12 en 1998 Moler ya había dejado en claro que “hubo una militancia y un proyecto” en las actividades de estos jóvenes.