Con un gol del alemán Kai Harvetz, Chelsea venció 1-0 a Manchester City y se consagró campeón de la Champions League en el Estádio do Dragão de Oporto, en Portugal, en la tercera definición de la máxima competencia de la UEFA en la que participan sólo equipos británicos. Así, el conjunto londinense que conduce Thomas Tuchel obtuvo su segunda Orejona en la edición 66 del máximo certamen europeo.

Sergio "Kun" Agüero -en su último compromiso con el City, de donde podría mudarse a Barcelona para jugar junto a Lionel Messi- ingresó en el complemento en el equipo de Pep Guardiola, que diez años después volvía a disputar una definición de esta envergadura.

Tras la imponente puesta en escena virtual con producción a cargo de Marshmello y la participación de la cantante Selena Gómez en la ceremonia de apertura, el saludo entre el DT catalán y el entrenador alemán presagiaba una nueva e impredecible jornada histórica.

De entrada, Chelsea salió a presionar la salida del conjunto de Guardiola y lucía más agresivo. Pero fue el City el que llegó primero con un pelotazo de su arquero Ederson para Sterling, que atorado por Mendy quiso taquearla y la pelota se fue junto al palo. Enseguida un pase filtrado casi deja a Bernardo Silva de cara al arco. 

Claro que esas incursiones ciudadanas en ofensiva dejaban un poco desguarnecida su defensa, por lo que Timo Werner tuvo un par de chances de anotar, aunque sin fortuna.

De este modo, no bien recuperaba la pelota, Chelsea salía rápido al ataque y encontraba algo tambaleante la última línea del City, donde por izquierda Mount hacía mucho daño. Cerca de la media hora, aún con De Bruyne poco participativo en el juego, el último campeón de la Premier League logró equilibrar el trámite con las incursiones en ataque de Walker, y la siempre acechante presencia en ofensiva de Foden y Mahrez.

Entonces el brasileño Thiago Silva -que jugó la final de Champions del año pasado para el PSG- se retiró lesionado y su lugar lo tomó Andreas Christensen. Y antes del descanso, un pase en cortada de Mount desde mitad de cancha dejó al alemán Havertz frente a Ederson, al que sometió con una gran definición para la apertura del marcador.

De vuelta de los vestuarios, el City empezó a meter bochazos al área de Chelsea para alcanzar empardar el juego. Pero al equipo de Pep le faltaba picante y creatividad en ofensiva. Y por si fuera poco, de inmediato se quedó sin su capitán De Bruyne, quien chocó feo con el enmascarado Rüdiger, se retiró aturdido por el golpe y debió dejarle su lugar al brasileño Gabriel Jesus.

Chelsea pudo estirar la marca luego de una estupenda jugada de Havertz, quien cedió para el ingresado Pulisic, pero éste no pudo aprovechar la inmejorable ocasión. Y enseguida Guardiola mandó al Kun Agüero a la cancha en lugar de Sterling; y con Jesus sumaba dos centrodelanteros para alcanzar una igualdad que, a la larga le fue esquiva. 

Mahrez tuvo el empate en tiempo de descuento. Pero el conjunto blue, bien plantado en el campo y con un sólido juego en bloque, se quedó merecidamente con la Orejona. Así, en un final dramático y con lo justo, Chelsea tomó la corona del Bayern Múnich y se transformó en el nuevo monarca de la Champions League.