"No son las medidas que me guste tomar pero son las necesarias para evitar más muertes", dijo ayer al mediodía Omar Perotti a la hora de anunciar la nueva etapa que regirá en la provincia de Santa Fe hasta el 6 de junio. La síntesis también la pronunció el gobernador, al sostener que "nuestra provincia vuelve a la etapa anterior al DNU nacional". Esto es así, salvo en el caso de las escuelas, que no tendrán presencialidad en ninguno de sus niveles y de la veda en la circulación vehicular, que será de 18 a 6 (ver nota aparte). El Gobernador destacó que están "llevando adelante una campaña de vacunación que está funcionando de forma eficiente. Ya se vacunaron 726 mi personas del millón doscientos mil de la población de riesgo". Sin embargo, hay discrepancias sobre ese punto. Al momento de formular su discurso, en los "refrigeradores" de la provincia hay 200 mil dosis que se supone se colocarán en los próximos días, lo cual pone de manifiesto que hay demoras en el circuito. Sin ir más lejos, de las 41 mil dosis de Sputnik que llegaron el fin de semana a la provincia, solo 3.100 fueron distribuidas entre los vacunatorios municipales, que tienen capacidad para triplicar el número de dosis aplicadas cada día.
El ritmo promedio de la vacunación en Santa Fe es de entre 15 a 18 mil por día. Por esa razón, sin que se agreguen más vacunas --pero sí habrá más, ya que hay cargamentos aterrizando en Ezeiza a lo largo de la semana que se inicia de no menos de 2 millones de dosis de distintas procedencias--, las próximas dos semanas debería acelerarse el proceso. En ese caso, de acuerdo a las anteriores remisiones, más de 130 mil corresponderían a Santa Fe. Eso, siempre y cuando no se revise el criterio aplicado por Nación, que sigue beneficiando a Córdoba sobre Santa Fe, en un número que no guarda proporción ni con la cantidad de habitantes ni con el mapa etario. No hay una explicación convincente sobre tal asimetría. Esa situación de inequidad se reproduce en alguna medida puertas adentro, ya que no se contemplan los parámetros indicados por el Ministerio de Salud en relación a los conglomerados urbanos. Rosario debería tener un flujo de vacunas mayor al que se observa desde el inicio del programa de vacunación.
Perotti anunció cómo continuarán las actividades en Santa Fe al día siguiente del récord de casos, y precisamente en el sábado más complicado desde el inicio de la pandemia en Rosario: se registraron 1030 casos y 3260 en la provincia. Tras el mensaje del mandatario, la Ministra de Salud formuló un pormenorizado informe sobre la situación epidemiológica, especialmente sobre la ocupación de camas, que se ubica en un 97% promedio con 99% en Rosario. En ese sentido, se ha avanzado en la instalación de más camas críticas, tanto en los efectores provinciales como municipales y se convidó al subsector privado para que haga lo propio en cada uno de los sanatorios. No obstante la predisposición de los principales grupos de la salud privada, la discusión de un nuevo esquema de prestaciones a través de IAPOS se transformó en un inesperado e inoportuno elemento. La lógica indica que éste no es un momento para hablar de contratos y que el Estado provincial tiene que garantizar los recursos para la ampliación del sistema de salud. Ya habrá tiempo para discutir el negocio.
Más importante que las cuestiones contractuales --sin entrar a discutir de plazos fijos, aportes o subsidios-- es poner en línea a todos los sectores que participan del combate contra la pandemia. Desde el punto de vista sanitario, esto se traduce en aprovechar la experiencia de los equipos --especialmente de la salud pública de Rosario-- para la utilización realmente eficiente de los recursos, dejando de lado los cálculos políticos y priorizando la capacidad de gestión sobre la pertenencia a un determinado grupo.
En el plano de los controles, es necesario redoblar los esfuerzos para neutralizar fiestas clandestinas y acampes en espacios públicos y hacer respetar los protocolos en los lugares donde hay concentración de personas, sean bares, restaurantes, o la calle misma.
En cuanto a la justicia, después de haberse desperdiciado una magnifica oportunidad para dar un ejemplo, es de esperar que los fiscales --como lo hizo Marcelo Vienna-- después de una siesta impropia de algunas colegas suyas durante el fin de semana, hagan su trabajo y encabecen procedimientos, más allá de la flagrancia de los infractores. Un pésimo precedente sentó la jueza María Trinidad Chiabera, que fijó una fianza de 200 mil pesos para el terraplanista Mariano Arriaga, le pidió que se portara bien y lo dejó en libertad a las 48 horas. Un punguista callejero no tiene esa suerte.
Cada momento es el peor momento. Nadie sabe a ciencia cierta que sucederá en los próximos días. Las restricciones a las que se volverá a partir de mañana no dieron los resultados esperados: los casos siguen subiendo y la crisis sanitaria sigue escalando.
En los próximos días se verificará si el DNU presidencial al que adhirió Santa Fe produjo esa esperada reducción del número de casos para aliviar el sistema sanitario.
Mientras tanto, al esfuerzo de los equipos de salud, contrastante con la displicencia social, está cifrado en la vacuna. Allí está la expectativa de superar la catástrofe. Por eso mismo, no debería haber ni una sola razón de ningún tipo que impidiera un desarrollo urgente del programa, para combatir al virus y la angustia que se palpa a cada paso.