Elecciones para nadie, vacunas contra la Covid para los que lleguen temprano. Tal como dice el título de la nota, sintetiza la semana del gobierno, que en pleno confinamiento metió esas dos acciones con el sello distintivo de la casa: la improvisación.
Exacerbada por los tiempos de pandemia, la tendencia natural del saencismo de gobernar a pura improvisación, resolviendo todo sobre la marcha, ya se la puede considerar una característica distintiva, que deja la duda sobre si nos gobierna una aceitada banda de jazz o la versión salteña de la Armada Brancaleone.
Las elecciones son un claro ejemplo, fijadas para el 4 de julio sabiendo que se venía la segunda ola y que iba a ser de difícil concreción, se la llevó hasta los últimos plazos, y finalmente quedaron suspendidas en un limbo, sin fecha cierta, a la espera de que el COE diga si se hacen mañana, el mes que viene o entre navidad y año nuevo.
El debate que se viene es si siguen desdobladas de la nacional, tal como pretende el gobierno, o se unifican en un mismo día como reclama gran parte de la oposición y el Gobierno nacional.
Pero por suerte para Gustavo Sáenz, su antecesor Juan Manuel Urtubey fue un gran experimentador con las fechas de elecciones. Si la creencia popular dice que un rayo no cae dos veces en el mismo lugar, durante el urtubeicismo las votaciones tampoco.
Así que el gobernador ya tiene más o menos un antecedente para acomodar las elecciones según el momento político, ya que en los últimos 12 años se votó: mucho antes de las nacionales (2011 y 2015 ), después de las nacionales (noviembre del 2019), en medio de las nacionales (2013) y junto con las nacionales (2017).
Este último escenario, con boletas papel y electrónica en simultáneo, es el que reclama la oposición que se repita, pero que ya casi descartó el gobierno, que se mantiene en su postura de no juntarlas.
Aquella vez en el 2017, el experimento resultó sin mayores complicaciones, aunque, tal como argumenta ahora el saencismo, la doble votación hizo que los tiempos se estiren y que las filas para votar no fueran tan fluidas, justamente todo lo contrario a lo que piden en pandemia.
En tanto, desde los resultados, la experiencia no fue buena para el urtubeicismo, ya que esa elección fue la segunda pulseada nacional entre macrismo y kirchnerismo, que nuevamente ganó Cambiemos y repercutió en Salta, favoreciendo particularmente al saencismo y al romerismo que integraban la coalición liderada por el presidente Mauricio Macri.
En esa oportunidad los candidatos locales de Cambiemos lograron una cosecha de bancas en la Legislatura y el Concejo Deliberante muy buena, con una remontada en la General que, según la categoría, duplicó y triplicó votos con respecto a las PASO (y que si hubiese sucedido eso con los candidatos del oficialismo, hasta el día de hoy se estaría hablando de fraude histórico).
En 2013 en tanto, con elecciones nacionales y provinciales intercaladas, se dio el efecto contrario, ya que se provincializó la nacional. Ese fue el año en el que el oficialismo sufrió un duro golpe en la provincia, pero sobre todo en la capital, donde un impuestazo municipal dispuesto por Miguel Isa generó el malestar de los vecinos y un voto castigo que se fue masivamente al Partido Obrero, y que le posibilitó, por ejemplo, ganar una banca nacional a Pablo López que se metió junto a Guillermo Durand Cornejo y Evita Isa en el Congreso.
Pero cualquiera sea la fecha que finalmente resulte elegida, el saencismo llega con su armado repleto de contradicciones que hace recordar al Dr. Jeckyll y Mr. Hyde. Mientras que uno de sus principales candidatos, Matías Posadas, era el encargado de comunicar la aplicación de un nuevo confinamiento, otros dos de sus candidatos (Andrés Suriani y Durand Cornejo) marchaban por el centro de Salta, reclamando que el aire es libre y que dejen abrir a los negocios, gimnasios e iglesias.
Igualmente hay que reconocer que en ese frente todos coinciden en que la culpable de los males pandémicos y las nuevas restricciones es la Nación, mientras que la provincia se limita a acatar un decreto nacional, so pena de que si no hace caso, de castigo, la manden a la cama sin postre.
Lejos quedaron los tiempos cuando en 2020 el propio Sáenz se jactaba de haber tomado la “valiente” decisión de cerrar todo, inclusive 24 horas antes que lo determine Alberto Fernández.
Vacunas Now
Y mientras las consignas de los marchantes anticonfinamiento se resumían en un “Más vacunas, menos cuarentena”, el gobierno salteño, asesorado por el jujeño (que esta semana confirmó que en sus elecciones de junio pondrán mesas especiales para que voten los enfermos sintomáticos de covid), salió a agitar que estaba a punto de comprar un millón de vacunas contra el coronavirus y que la Johnson & Johnson, picaba en punta, aunque todavía le faltaba el ok de la ANMAT.
Pero no solo eso, si no que adelantaron que llegarían en 30 días y que se las pagaría al laboratorio recién cuando estén en Salta, así nomás como se lee, a lo guapo, poniéndole condiciones a los laboratorios.
Aunque todo esto, siempre y cuando a los laboratorios no se les ocurra meter la búsqueda en Google: “Salta default”, porque con los resultados que arroja difícilmente nos vendan algo si no caemos con el último centavo por adelantado.
El impacto inicial del anuncio fue magnificado por los seguidores del gobernador, que poco más proponían treparlo al monumento y sentarlo en las ancas del propio Güemes. Pero al mismo tiempo era rebajado por los opositores, que consideraban venía a completar la trilogía del humo junto al Plan Mi Lote y la circunvalación de Vaqueros.
Lo cierto es que la expectativa de la compra también se desinfló porque esta semana se abrió el grifo de vacunas enviadas por Nación, y a Salta en cinco días llegaron nada menos que casi 90 mil dosis, que dejaban hasta el viernes unas 121 mil vacunas a la espera de aplicarse, para beneplácito de Josefina Medrano, única integrante del gabinete eyectada, pero que esta semana se divirtió dejando en evidencia las demoras en las inoculaciones.
Por eso, ante el riesgo de ser señalada como una de las provincias que más recibe y menos aplica, el Ministerio de Salud apeló a la improvisación (como no podía ser de otra manera) y entre gallos y medianoches dispuso utilizar los centros de salud barriales para vacunar, sin turno previo y por orden de llegada.
Lo extraño fue la manera en que se informó de esta movida, ya que se hizo a través principalmente de Wathsapp y apelando al boca a boca vecinal. En tiempos de fake news no fueron pocos lo que pensaron que se trataba de un engaño, por eso el viernes por la mañana, las aplicaciones fueron la calma misma y en cuenta gotas.
El problema se dio a la tarde cuando se empezó a correr la bola y los vecinos de distintos barrios (algunos comprendidos en grupo de riesgos y otros que no, pero que igual se tiraban un lance) caían en bandada esperando ligar un pinchazo.
Ayer directamente las colas frente a los centros de salud eran numerosas y no siempre respetando el distanciamiento requerido, si no fuera que se suspendieron, parecía un ensayo general para las elecciones.
Para esta semana se espera que llegue una nueva tanda importante de vacunas, y con la asignación de turno del 148 en baja, ya se abren las apuestas sobre con qué nos sorprenderá el gobierno en esta oportunidad, las posibilidades van desde vacunaciones a domicilio utilizando como base de datos a la guía de teléfono o una piñata gigante llena de vacunas colgada en la plaza 9 de Julio.
Pero ese no será el único desafío para la Grand Bourg Jazz Band, ya que el viernes vence el plazo para confirmarle a los 10 mil gauchos si les autorizan el desfile y le bancan el asado (justo cuando se anuncia un inminente desabastecimiento de carne).
También deberían en estos días poner la nueva fecha de votación, porque por más que Sáenz diga que la única campaña vigente es la de vacunación, dejó miles de candidatos en un freezer a la espera de conocer cuando pueden imprimir afiches, volantes, barbijo y demás merchandising, ya que lo que originalmente se pensaba como una campaña corta ahora puede transformarse en la más larga de la historia.
Entonces capaz que con mucho tiempo disponible, entre tantas sonrisas, likes, fotos en actos oficiales, videos con mascotas y alabanzas y denostaciones al gobernador, se escapa por ahí una propuesta, que les permita a los ciudadanos por lo menos tener una mínima idea de qué es lo que están votando.