Hernán Losada, con solo 38 años, ya marcó historia en los Estados Unidos. Desde su llegada a la MLS, en octubre pasado, se convirtió en el entrenador más joven de la liga desde que se inició en diciembre de 1993. Además, es el primer director técnico hispano de DC United y el octavo en la vida del club de Washington.
El hombre que se desempeñó como mediocampista ofensivo debutó en el 2003 en Independiente, jugó 50 partidos y marcó seis goles. Dos años más tarde, se fue a la Universidad de Chile. En el 2006 emigró a Bélgica para jugar en el Beerschot, Anderlecht, Charleroi y Lierse. Se retiró en 2018 y, una temporada después, se hizo cargo de la sub-21 de Beerschot. A fines de ese mismo año tomó al primer equipo y logró el ascenso a la Primera División.
Losada es hoy uno de los tres entrenadores argentinos en la primera división de los Estados Unidos, junto a Gabriel Heinze y Matías Almeyda. "Soy del estilo moderno, no de la vieja guardia. Hoy, les entra mucha información a los jugadores por lo visual y las imágenes. Todo lo que aprendí en mis años de futbolista no me sirve porque el fútbol cambió”, remarcó el oriundo de Buenos Aires.
En la actualidad, más allá de la presencia de estos tres directores técnicos, los números de la temporada que se inició hace más de un mes han convertido a Argentina en el país que más extranjeros aporta a la MLS, con 43 futbolistas. Y tiene apenas cinco representantes menos que Canadá, que participa del torneo con tres de las 27 franquicias: Montreal, Toronto y Vancouver. Los jugadores argentinos, además, duplican en cantidad a los brasileños y mexicanos. “La MLS ha mejorado en los últimos años con tantas franquicias nuevas, que se han sumado a la competición pero hay muchas diferencias con respecto al continente europeo, sobre todo con la alimentación y la nutrición”, remarca el ex Independiente.
En diálogo con Líbero desde Washington, el ex mediocampista contó cómo pasó de ser compañero de Sergio Agüero en Independiente, compartir vestuario con Lukaku en el Anderlecht, a convertirse en el entrenador más joven de la historia de la MLS.
--¿Cómo estás viviendo tu etapa en el DC United?
--Muy bien, estoy muy contento. Debutamos con una derrota ante New York City (1-2), pero después empatamos con Nueva York RB (1-1), le ganamos a New York City (2-1) y caímos con New England (0-1). Me gusta mucho el equipo, la ciudad y el club. También, la gente con la que estoy trabajando. Me encontré con situaciones a las cuales no estaba acostumbrado después de 15 años viviendo en Bélgica. Me tratan muy bien, con mucha energía positiva. De a poco estoy intentando hacer algunos cambios que nos ayuden a tener mejores resultados.
--¿Cuáles son esas situaciones nuevas que te sorprendieron?
--La magnitud de todo lo que significa la MLS, los estadios, la ciudad y las distancias que existen cuando tenemos que jugar de visitante. Son factores para tener en cuenta. Quizá, en otras competiciones no son importantes, pero acá juegan un rol preponderante y por eso hay que generar cambios en cuanto al descanso, los entrenamientos, la nutrición y la alimentación. Espero que esto pueda marcar la diferencia. Estoy adaptándome a lo que significa esta liga y aprendiendo a conocer a mis jugadores, a los integrantes del cuerpo técnico y a los médicos del plantel.
--¿Te costó adaptarte?
--No, no me costó porque hace mucho tiempo que trabajo fuera de mi país y estoy acostumbrado a otras culturas e idiosincrasias, con otro clima e idioma. Me fui de Argentina en el 2005 hacía Chile para jugar en la Universidad, y hace años que estoy trabajando en el exterior. Soy muy abierto. Por suerte, me adapto muy rápido al lugar donde llego.
--¿Qué fue lo que te sedujo para dirigir en los EE. UU.?
--La competitividad de la liga y lo lindo que es vivir en los Estados Unidos. También, llegar al DC United, que tiene mucha historia de títulos (fue cuatro veces campeón) y además, es el club de la capital. Es una institución que intenta cambiar y tener una nueva identidad, una nueva filosofía de juego. Me sentía apto y preparado para un cambio, para un nuevo desafío y objetivo. La MLS ha mejorado en los últimos años con tantas franquicias nuevas, que se han sumado a la competición. Hay muchísimos jugadores jóvenes y eso provocó que no dudara cuando me llegó la oportunidad.
--¿La estructura y sus instalaciones están al nivel de los mejores clubes de Europa?
--No, hay mucha diferencia. El DC tiene un estadio nuevo que se inauguró hace poco y es formidable. Están construyendo un nuevo centro de entrenamiento con uno o dos campos de juego, de pasto natural y sintético. Pero en varias cosas, hay muchas diferencias con respecto al continente europeo, sobre todo con la alimentación y la nutrición. También, en los horarios de llegada y salida. Queremos cambiar las reglas de convivencia. Para ello, la idea es implementar el desayuno y el almuerzo todos juntos. Estuve 15 años en Europa e hice un curso de entrenador en UEFA, donde aprendí nuevos parámetros. La parte física y médica, la idea de individualizar a los jugadores y la de la alimentación es fundamental. Es un proceso que lleva tiempo, y siempre con la idea de seguir progresando.
--Sos el entrenador más joven de la historia de la MLS. ¿Como se llega a tu corta edad a marcar historia?
--Me siento bien por haber llegado a un lugar más rápido que otros. A fin de cuentas, la edad a la hora de dirigir un equipo no cuenta. Al ser joven, tengo más conexión con esta generación de futbolistas, sabiendo que no hace mucho tiempo estaba en un campo de juego y era un futbolista más. Eso puede ayudarme a acercarme al jugador. A conocer cómo piensan y se manejan dentro de un vestuario. A saber cómo llegarles a los jóvenes para poder ayudarlos. El técnico está para que sus jugadores puedan crecer individual y colectivamente. Me gusta trabajar más con los jóvenes y espero generar un lazo afectivo que me ayude a ese progreso.
--¿Te costó sacarte el chip de futbolista?
--No, para nada. En mis últimos años como jugador al mismo tiempo estaba haciendo los estudios para recibirme de entrenador en la UEFA. Ya tenía mi cabeza como jefe de grupo y no como jugador, y ponía en práctica muchas cosas que aprendía en el campo de juego. No me costó nada. De hecho, me sentía preparado para comenzar mi carrera de director técnico. Fue todo muy rápido y no tuve tiempo de adaptación. Algunos se toman un año sabático, en mi caso no fue así. Decidí no parar, prepararme y utilizar todo ese tiempo para ganar experiencia. Así que no me arrepiento. Y todas las horas que invertí, al final, rindieron sus frutos.
--¿Qué estilo de entrenador sos?
--Me gusta jugar como entrenamos. Invierto mucha energía en que el mismo ritmo de los encuentros oficiales se repita en los entrenamientos, que los chicos estén bien físicamente. En el fútbol moderno, cuando tenés un plantel que da ventajas desde lo físico, todo se hace muy difícil. Sigo con la idea de poner a punto a todos mis jugadores porque muchos chicos llegaron fuera de forma física, y eso hizo que la pretemporada haya tenido que cambiar un poco los planes que tenía para evitar lesiones. Poco a poco estamos haciendo un esfuerzo grande para llegar a la condición física que se requiere para ser competitivos. Para ello, tenés que descansar bien, alimentarte bien, cuidarte, porque en el fútbol moderno cuando tenés tres jugadores que no te corren das mucha ventaja.
--¿Como te gusta que juegue tu equipo y cuál es tu sistema preferido?
--No me gusta encerrarme en un sistema. Soy más de encasillarme en principios y estilos de juego. El esquema podrá variar según el rival, las condiciones y los jugadores a disposición que tenga para ese momento. Me gusta un juego de mucha intensidad y muy vertical, en el cual podamos ser protagonistas. Si nos basamos en las apuestas, y en el ranking que se publicó hace poco, somos el equipo que más paga por ganar la liga.
--Las reglas y los formatos en la MLS en cuanto a los refuerzos son diferentes al resto. ¿Cómo te la arreglás en ese sentido?
--Me las arreglo con lo que tengo y puedo. Soy un entrenador que se adapta a las condiciones y a las herramientas de trabajo que le dan, así fue mi período en Bélgica y así será con el DC United. Intento sacarle el máximo provecho y rendimiento a los jugadores que tengo. Si llegan refuerzos, bienvenidos sean, sino a intentar darlo todo con lo que hay.
--Hoy los entrenadores jóvenes apelan mucho a la tecnología en los entrenamientos con la utilización de drones, por ejemplo. ¿Sos de ese estilo o de la vieja guardia?
--Soy del estilo moderno, no de la vieja guardia. Hoy, a los jugadores les entra mucha información por lo visual y las imágenes. Se pueden dar muchos ejemplos y explicar diferentes situaciones del juego, haciendo compilaciones y videos colectivos e individuales. Estamos constantemente filmando todos los entrenamientos, charlas individuales con los futbolistas, respaldados en imágenes que sacamos durante la semana, y en los partidos que disputamos para poder convencer al jugador de lo que se pretende. Si no estás actualizado desde ese punto de vista, das muchas ventajas. Es muy importante compartir con los jugadores toda esa tecnología y no abusar, pero saber que entre diez y 15 minutos por día se pueden utilizar para compartir imágenes porque, desde lo visual, el futbolista puede entender lo que se quiere en el campo de juego.
--¿Qué recuerdos tenés de tus comienzos como entrenador de Beerschot?
--Los mejores, con resultados inesperados en un equipo chico belga con poco presupuesto. Cuando lo agarré estaba en problemas en la segunda división, y se logró hacer una segunda parte del campeonato bárbara, ganando esa mitad y ascendiendo contra todos los pronósticos. Con una base del 85 por ciento del plantel de segunda categoría, se hizo un comienzo de temporada formidable en la máxima división y fuimos un poco la sorpresa del torneo, por la cantidad de puntos que sacamos. También, por la forma de jugar. Terminamos siendo el equipo más goleador y el que más espectáculos daba. Así que fue un comienzo fulminante, con mucha adrenalina y lo disfruté mucho.
--Bélgica no solamente te ayudo a crecer como técnico, sino también culturalmente. ¿Manejas cuatro idiomas?
--Si, así es. Me gusta mucho al lugar donde voy poder adaptarme lo más rápido posible absorbiendo desde la parte cultural, la historia del lugar y el dialecto. Así fue como desde el primer día fui a la universidad a estudiar idiomas. Cuando jugué en Anderlecht y Charleroi aprendí francés. Mejoré mi flamenco y holandés cuando estuve un año jugando en Heerenveen. Hablo cuatro idiomas perfectos. Eso fue la llave para hacer el curso de entrenador en Bélgica. Todo ese aprendizaje en un futuro me abriría las puertas desde lo laboral, para comunicarme mucho mejor con futbolistas de diversas nacionalidades, y es el día de hoy que lo aprovecho para estar más cerca de los míos. Además, me hizo más adulto y maduro desde lo personal.
--¿Te gustaría dirigir en la Argentina?
--No me gustaría dirigir en Argentina. Me siento muy cómodo en los EEUU y anteriormente, lo estuve en Bélgica. Quizá en algún momento se dé la oportunidad pero no lo sé. Ahora no quiero dirigir en Argentina. Estoy muy enchufado en el DC United y con mi vida en Washington. No me veo regresando a mi país. El futuro dirá pero en el corto plazo trabajaré en el exterior.
--¿Cómo se trabaja en el fútbol estadounidense?
--Acá hay muchísimos deportes que son más populares y atractivos para los locales, pero hay mucha gente que es aficionada al fútbol. El segundo idioma es prácticamente el español, y eso hace que los estadios se llenen de muchos latinos. No se siente la diferencia que años atrás había con el fútbol americano, el béisbol y el básquet.
--¿Qué te dejó Osvaldo Sosa, quien te hizo debutar en Independiente?
--A 'Chiche' siempre le estaré agradecido, porque fue el que me dio la oportunidad de poder transformarme en un jugador profesional. Me hizo debutar en el Rojo de Avellaneda, nada más ni nada menos. Me enseñó el manejo del grupo, la confianza que hay que tener en los juveniles, el no tener miedo y confiar en los chicos de las inferiores. Sin él, no hubiera tenido la carrera que tuve como futbolista y a eso, luego le sumo la carrera como entrenador. Le estaré siempre agradecido.
--¿Quiénes son tus técnicos referentes?
--Tuve como entrenadores a José Pastoriza, Julio Falcioni, Oscar Ruggeri, Daniel Bertoni, Pedro Monzón, Miguel Santoro y César Luis Menotti que son de la vieja escuela. El fútbol cambió muchísimo con la inclusión de la tecnología en los entrenamientos, y la manera de jugar con diferentes estilos. Todo la información que recibí en mis años de futbolista no me sirve en estos tiempos modernos. Con los años, me empapé de información de entrenadores más modernos de Holanda, Alemania y Bélgica, Mis referentes son los alemanes: Julian Nagelsmann del Leipzig, Jürgen Klopp del Liverpool, y Thomas Tuchel del Chelsea. Soy partidario de ese fútbol dinámico y proactivo, donde todos están siempre en movimiento y se defiende para atacar con la intención de sofocar al rival. A raíz de esto, se demanda mucha actividad e intensidad. Son entrenadores muy exitosos. De hecho, es el fútbol que me gusta ver, copiar y llevar adelante.
--Cuando empezaste como futbolista al mismo tiempo practicabas tenis. ¿Por qué te decidiste por el fútbol?
--Porque era mejor que siendo tenista. El tenis es un deporte muy interesante, porque la parte mental y psicológica juega un rol fundamental. Se necesita mucha fortaleza mental en muchísimos momentos, para sobrepasar dificultades en los cuales te sentís mal. Desde lo psicológico es muy interesante. Me ayudó mucho para después ponerlo en práctica hasta que se transformó en una afición. Igualmente, hace un tiempo que no agarro una raqueta.
--Viviste media vida fuera de la Argentina. ¿Qué costumbres conservas de tu país?
--El amor por los asados. Siempre que puedo intento reunirme con compatriotas y comer un buen pedazo de carne. No soy fan de tomar mate, sí del café con leche. El hecho de comer tarde lo fui perdiendo y me adapté a los horarios del país residente. Conservo el amor por el dulce de leche. El resto, lo perdí todo.
--Jugaste con (Romelu) Lukaku en el Anderlecht. ¿Cómo lo recordás?
--Su historia es muy parecida a lo que fue el inicio del 'Kun' Agüero en Independiente. Sergio debutó con 15 y Lukaku con 16 años, gracias a un desarrollo físico enorme a su corta edad. En los entrenamientos, volaba Romelu, no lo podían parar. Una potencia física enorme, un jugador muy duro. Sabe utilizar muy bien el cuerpo para cubrir la pelota, y me sorprendió que lo aprendió de tan chico. Mentalmente, el belga está a otro nivel. De joven se veía que iba a ser una estrella mundial.