Proyectazos, propaladoras, pegatinas y pasacalles con diferentes consignas serán parte de la movida de este jueves, cuando los feminismos vuelvan a gritar "Ni Una Menos" por sexto año consecutivo --el segundo, en modo virtual, por la pandemia--, contra las violencias machistas, cuyo mayor exponente son los femicidios, lesbicidios, transfemicidios y travesticidios de cada año. La fecha se sumó a la agenda de los reclamos de mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries, bisexuales, originarias y afro en 2015 tras el femicidio de la adolescente Chiara Páez, en Rufino, que tuvo repercusión nacional y sacó a miles de personas a las calles para manifestar el hartazgo aquel primer 3 de junio. "Con vida y libres nos queremos" sigue siendo el reclamo de la marea.

La movida Ni Una Menos, que en Rosario autoconvocó a más de 20 mil personas en el Monumento a la Bandera el primer 3J, sostiene exigencias que buscan ampliar derechos y dejar de sumar víctimas; también levanta la bandera de les esenciales en el contexto sanitario actual. 

Un dato de la realidad local da cuenta de que las violencias machistas ya no se toleran, pero tampoco cesan: a la unidad fiscal de violencia de género del Ministerio Público de la Acusación de Rosario ingresa un promedio de 60 denuncias por día. Otro dato reciente indica que la Unidad de Información y Atención a la Víctima de Violencia Doméstica y de Género de los Tribunales canalizó 2.758 consultas, entre febrero y la última semana de mayo.

En este marco, el Comité Feminista ante la Emergencia Sanitaria, que nuclea a unas 80 organizaciones, se reunió en asambleas virtuales para planificar la visibilización de las demandas. "Estamos trabajando desde la asamblea para visibilizar la fecha en toda la ciudad con proyectazos, propaladoras, pegatinas y pasacalles, en el marco de la proclama que venimos construyendo colectivamente", adelantó Majo Poncino, de Ni Una Menos Rosario y del Movimiento Evita. "Hace 6 años, miles y miles de personas nos convocamos a las calles, movilizadas por las injusticias, la impunidad por el femicidio de Chiara Páez; por las diferentes violencias que transitamos cotidianamente las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries, que dio inicio a la histórica movilización bajo la consigna de Ni una menos. El 3 de junio se incorporó en la agenda de los feminismos y de los derechos humanos", recordó.

Como en 2020, "este segundo año de pandemia nos encuentra fortaleciendo y sosteniendo las redes feministas, encontrando nuevas formas organizativas mediante la virtualidad, articulando estrategias entre las organizaciones sociales y sindicatos que desarrollan tareas comunitarias para asistir, acompañar y fortalecer la organización comunitaria en cada uno de nuestros territorios; tejiendo redes que nos posibiliten estrategias para contener, acompañar, ayudar a una compañera que se encuentra ante una situación de violencia de género", contextualizó. "Sabemos que el aislamiento social preventivo y obligatorio es una medida fundamental para reducir los riesgos de contagios, cuidar vidas. Aún así la pandemia no solo desnudó las desigualdades preexistentes sino que profundizó muchas de las problemáticas existentes, como el aumento de la desigualdad económica, la violencia de género, la sobrecarga de las tareas de cuidado, el aumento de la cantidad de merenderos y comedores para suplir las necesidades alimentarias, la barrera en el acceso a los derechos sexuales y reproductivos, entre otras que son consecuencia de las desigualdades culturales, sociales, políticas y las desigualdades estructurales", dijo y recordó la vigencia de la ley de interrupción voluntaria del embarazo y de la ESI (educación sexual integral).

Liliana Leyes, de ATE Rosario, sumó: "En este momento extremo de crisis sanitaria estaremos en las calles, las casas y trabajos de manera virtual. Una propaladora recorrerá los seis distritos de la ciudad con las consignas y habrá otras formas de visibilización para poder gritar que tanto adentro como afuera el machismo mata". Entre las demandas, planteó que "todas las trabajadoras barriales son esenciales, las compañeras que todo este tiempo estuvieron sosteniendo merenderos y comedores, no solo en lo alimentario, sino también en cuestiones sociales". Y planteó: "Ni una menos trabajadora de salud, ni una menos sin salario digno", entre otros reclamos.

Poncino agregó: "Si bien los feminismos avanzamos en una agenda pública, la pandemia nos hizo retroceder en términos de la implementación de los derechos vigentes. En tal situación sanitaria los reclamos continúan y la agenda se amplía: exigimos ya la aparición con vida de Tehuel De la Torre, basta de odio a lesbianas, travestis, trans y no binaries; necesitamos de un abordaje integral por parte del Estado a los reclamos de los feminismos, queremos avanzar en la reforma judicial transfeminista, vacunación, salario y reconocimiento para lxs trabajadores comunitarixs, promotorxs de género y trabajadores estatales esenciales. No hay soberanía de los cuerpos sin soberanía alimentaria, porque adentro o afuera la violencia machista mata y nos queremos vives", reclamó. "No podemos marchar, pero sí continuamos nuestra presencias en las calles", aseguró.