Las negociaciones políticas se intensificaron el domingo en Israel, a pocos días de que expire el plazo para la formación de un gobierno de coalición que podría marcar el fin de la era Netanyahu. El ultranacionalista Naftali Bennett, cuyo partido Yamina es clave para inclinar la balanza de la formación de gobierno, anunció su apoyo al bloque opositor liderado por el centrista Yair Lapid. Después de que Israel fuera a cuatro comicios en solo dos años, en medio de un largo bloqueo político y con un primer ministro que no consiguió configurar un Ejecutivo con el bloque de derecha, los únicos escenarios actuales son "unas quintas elecciones" o "crear un gobierno de unidad" que lo evite, advirtió Bennett, quien se mostró decidido a "asumir responsabilidades".
Este empresario informático que hoy está al frente del movimiento Yamina consiguió siete escaños en las legislativas del pasado 23 de marzo. Pero uno de los miembros del partido ya indicó que no colaboraría con el campo anti-Netanyahu. Así, el bloque todavía tendrá que convencer a otros cuatro diputados para alcanzar la mayoría necesaria de 61 bancas, y para ello podría recurrir a los partidos árabes israelíes, que todavía no manifestaron su postura.
Se especulaba con que el reciente conflicto entre Israel y el movimiento palestino Hamas podía fortalecer a Netanyahu y mejorar sus chances de permanecer en el poder. Imputado con cargos de corrupción en tres casos distintos, "Bibi" reaccionó rápidamente al anuncio de Bennett acusándolo de cometer el "fraude del siglo" y "traicionar" a los votantes de derecha.
"En este momento decisivo debemos asumir responsabilidades. Pretendo hacer todo lo que está en mi poder para formar un gobierno de unidad nacional con mi amigo Yair Lapid", anunció en conferencia de prensa Bennett. Quien fuera exministro de Defensa de Netanyahu había vuelto a rechazar este domingo formar una coalición de derecha liderada por el primer ministro, quien lleva más de una década en el poder en Israel.
"Ese intento falló porque no nos creímos las promesas que nos ofrecieron", indicó Bennett sobre la propuesta desesperada de Netanyahu. Según informaron medios locales, Bennett y Lapid estarían negociando un Ejecutivo de alternancia en la jefatura de gobierno. El primero desempeñaría el cargo de primer ministro los primeros dos años y el centrista le sustituiría en los dos últimos.
Bennett hizo fortuna en el sector de la tecnología y llegó a la política relativamente tarde. Pero desde 2013, este militante del "nacionalismo religioso" ha ocupado cinco carteras ministeriales. Antiguo protegido de Netanyahu, el exempresario de 49 años representa una corriente ultranacionalista y derechista favorable a la colonización de los territorios palestinos ocupados, y ultraliberal en lo económico, una ideología de difícil sintonía con la de otros partidos necesarios en la denominada "coalición de cambio".
Apenas unos minutos después de conocerse las palabras de Bennett, Netanyahu salió con los tapones de punta para reprocharle a su rival y ex aliado que estaba poniendo en marcha "el fraude del siglo". "En lugar de crear un gobierno de izquierdas peligroso", podríamos conformar un Ejecutivo de derechas" con rotación en la jefatura de gobierno junto al mismo Bennett y el conservador Guideon Saar, manifestó Netanyahu. Pero Saar, un exmilitante del Likud, señaló en Twitter que no estaba interesado y que quería seguir con su plan: "reemplazar el régimen de Netanyahu".
"Esto es muy poco convencional y bastante retorcido, pero la posibilidad de un gobierno de izquierda es aún peor", insistió Netanyahu, quien agregó que una mayoría de israelíes votaron por un gobierno de derechas porque es "lo mejor para la seguridad y el futuro de Israel".
La decisión de Bennett, con siete escaños con su formación Yamina, se produce a tres días de expirar el plazo de Lapid para formar gobierno. El partido de este último, Yesh Atid, fue el segundo más votado (17 bancas) solo detrás del Likud de Netanyahu, que alcanzó 30 escaños en los comicios generales del pasado 23 de marzo.
Lapid tiene el mandato de formar gobierno tras el fracaso de Netanyahu, el primero que recibió ese encargo del presidente Rivlin. De todas formas el "bloque del cambio" todavía no tiene apoyos suficientes para formar un Ejecutivo, para lo que necesitaría el respaldo de la Lista Unida o del islamista Raam, ambos partidos árabes. Esto sería un paso sin precedentes en Israel, ya que formaciones árabe-israelíes que representan a comunidades de origen palestino del país no apoyaron nunca antes a gabinetes integrados por partidos de derecha y marcados a menudo por una narrativa anti-árabe.
Si bien las próximas horas serán fundamentales, lo ocurrido este domingo parece marcar otro paso hacia el fin de la era Netanyahu, el primer ministro con más años en el poder en la historia de Israel. Hace 25 años "Bibi" derrotó al laborista y Premio Nobel de la Paz, Shimon Peres, y se convirtió en primer ministro por tres años. En 2009 regresó al poder y desde entonces no lo abandona.